Novísimos o postrimerías.
Antes tenía miedo a la muerte, ahora tengo temor al juicio.
Juicio que sucederá después de la muerte. Si he cumplido y Jesucristo decide que vaya al cielo, allí iré; si no he cumplido, al infierno seré precipitado.
Así, de esta manera y con este nuevo miedo, tengo presente mi conducta, mi forma de ser, aquello en qué pensar, en qué hacer; con este pensamiento quiero vivir mi vida, alerta, siempre alerta, cumpliendo mi doctrina, aprendiendo a amar, a respetar y a temer. Jesús te amo, en ti confío.
Soy consciente de que un miedo mundano se transforma en un miedo etéreo, en algo que desconocía y es una mezcla de temor, amor, adoración,, respeto, fe y devoción hacia Dios.
Es cierto que antes mi conducta y comportamiento era mezcla entre ser y hacer acciones justas, empeñado en ser mejor persona, y como decía antes: aprender, crecer y evolucionar, empeñado en ser mejor persona y en dejar de ser un golfo bebedor y otras hierbas. Y por eso mi camino transita en pos de dejar atrás a el hombre antiguo y hacer surgir a el hombre nuevo. Paso a paso voy caminando hacia ti, mi Señor Jesucristo.
Voy comprendiendo que se trata de mi interior y que el exterior puede ser mejor, peor o desastroso y que no importa, ya que lo que realmente importa es mi deseo, mi voluntad de dirigirme hacia Dios sin distraerme un solo momento. Las circunstancias externas no son excusa para mi comportamiento católico. La vida natural son dificultades, vencer, vencer dificultades hasta que llega la dificultad insalvable y consecuentemente el final en este mundo mundano.
Nace día a día un cálido amor desconocido con pocas palabras para expresarlo.
Señor Jesucristo te amo, en ti confío.
Jesús en ocasiones, en las oraciones, expreso deseos más que evidencias, vivo una eclosión extraña, camino hacía ti y caminaré hacia ti, confío en ello, tengo fe en ello. Si no hago más o no soy más discúlpame, por favor, me esfuerzo y no sé si llego o tengo que hacer más.
Gracias, gracias, gracias. Mi vida ha cambiado mucho desde el día en que te pedí ayuda para que se acabase el terrible dolor que duraba ya todo un día. Mi vida cambia a diario. Gracias.
Juicio que sucederá después de la muerte. Si he cumplido y Jesucristo decide que vaya al cielo, allí iré; si no he cumplido, al infierno seré precipitado.
Así, de esta manera y con este nuevo miedo, tengo presente mi conducta, mi forma de ser, aquello en qué pensar, en qué hacer; con este pensamiento quiero vivir mi vida, alerta, siempre alerta, cumpliendo mi doctrina, aprendiendo a amar, a respetar y a temer. Jesús te amo, en ti confío.
Soy consciente de que un miedo mundano se transforma en un miedo etéreo, en algo que desconocía y es una mezcla de temor, amor, adoración,, respeto, fe y devoción hacia Dios.
Es cierto que antes mi conducta y comportamiento era mezcla entre ser y hacer acciones justas, empeñado en ser mejor persona, y como decía antes: aprender, crecer y evolucionar, empeñado en ser mejor persona y en dejar de ser un golfo bebedor y otras hierbas. Y por eso mi camino transita en pos de dejar atrás a el hombre antiguo y hacer surgir a el hombre nuevo. Paso a paso voy caminando hacia ti, mi Señor Jesucristo.
Voy comprendiendo que se trata de mi interior y que el exterior puede ser mejor, peor o desastroso y que no importa, ya que lo que realmente importa es mi deseo, mi voluntad de dirigirme hacia Dios sin distraerme un solo momento. Las circunstancias externas no son excusa para mi comportamiento católico. La vida natural son dificultades, vencer, vencer dificultades hasta que llega la dificultad insalvable y consecuentemente el final en este mundo mundano.
Nace día a día un cálido amor desconocido con pocas palabras para expresarlo.
Señor Jesucristo te amo, en ti confío.
Jesús en ocasiones, en las oraciones, expreso deseos más que evidencias, vivo una eclosión extraña, camino hacía ti y caminaré hacia ti, confío en ello, tengo fe en ello. Si no hago más o no soy más discúlpame, por favor, me esfuerzo y no sé si llego o tengo que hacer más.
Gracias, gracias, gracias. Mi vida ha cambiado mucho desde el día en que te pedí ayuda para que se acabase el terrible dolor que duraba ya todo un día. Mi vida cambia a diario. Gracias.