Preparando el próximo curso. Adoración y rosario. Tendrán que ayudarnos...
Preparando el próximo curso. Adoración y rosario. Tendrán que ayudarnos...Jorge, el 8.08.22 a las 10:21 AM
Me he cansado. Punto.
Hace años, cuando los listillos querían mofarse del cura de pueblo, lo hacían afirmando que, ante las nuevas realidades pastorales, los métodos innovadores y los desafíos del mundo actual, ese cura poco renovado no sabía hacer otra cosa que misa, sermón, rosario y exposición.
Hoy, cuando uno ha conocido los principios más revolucionarios de la teología pastoral, ha experimentado en sus propias carnes la plaga del buenismo eclesial, y se ha dejado la piel en mochila, convivencias, planes, consejos y lluvias de ideas, entiendo que toca volver a las cosas básicas y que hoy la gran renovación se aleja de las secularizadas modas setenteras y ochenteras para retomar el camino de la sacralidad, la oración y la vida sacramental.
A pesar de cansancios y demás agobios, ya estamos preparando lo que deseamos sea este próximo curso. Además de las misas, cada día, aunque a veces con cambio de pueblo, y de la disponibilidad para confesar y administrar sacramentos, el curso va a discurrir sobre los cimientos del santo rosario y la adoración al Santísimo Sacramento. Me explico:
- Santo rosario. Rezado cada día. Pretendo hacer una campaña para animar al rezo del santo rosario tanbién de forma particular. En la iglesia y cada persona. Dentro de este promover el rezo del santo rosario, adelanto ya que el sábado 15 de octubre, a las 10 h., tendremos un nuevo rosario de hombres en la ermita de Braojos.
- Adoración al Santísimo. Pretendemos tener adoración prolongada AL MENOS los primeros sábados de mes en Braojos. De 11 de la mañana a 11 de la noche. Bastarían diez adoradores que se comprometiesen una hora al mes, aunque no pierdo la esperanza de que sea por semana. Quién sabe. Dios siempre sorprende.
¿Y tendrá usted reuniones? Las menos posibles. Las justas para programar lo básico y si acaso alguna de formación con toda seriedad, y eso que ya les digo que si se predican cosas fundamentales, bastante tenemos. Les pongo un ejemplo: la homilía de ayer.
Dos cosas quise dejar claras: la necesidad de conocer y conocer bien la fe de la Iglesia, que es triste que uno para un problema médico pregunte por un buen especialista, se informe de un abogado de garantía para ese problema legal o un buen gestor si la cosa va con Hacienda, y para las cosas de la fe, donde nos jugamos la vida eterna, nos baste la opinión de Puri en el bar o el cura Manolo que dice que qué más da.
Y la otra fue recordar los novísimos: muerte, juicio, infierno y gloria, y decir que eso de que vivíamos como vivamos y, sobre todo, muramos como muramos, todos al cielo, no es así, y que los que dicen que todos al cielo que de dónde lo han sacado.
Pues eso. Que para decir que Dios es bueno y que lo importante es abrir el corazón a la misericordia que llena tus entrañas y vivir el día a día confiando en el abrazo del Padre no merecen la pena los ocho o diez minutos de sermón.
Tendrán que ayudarnos. Que no se les olvide su avemaría. Y si pueden más, mejor.
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