Eucaristía de Francisco: Resuelto el misterio del hombre amarillo
Según la pintora, Dorota Sadovská, el cuadro muestra la “apertura” de José, su cualidad de “escuchar” y “cambiar”.
Filosofó que “la línea de fondo de su postura, que va desde la cabeza sobre el hombro derecho hasta el gesto de bienvenida de su mano derecha, crea un arco imaginario de apertura y aceptación”.
La flor de la mano izquierda es un “lirio” que hace referencia a la pureza de José. Sadovská cree que la simplicidad de las formas y el color amarillo “evocan el cuerpo nuevo y glorificado de los santos en el cielo”. Debería haberse convertido en novelista, ya que se explica mejor escribiendo que pintando.
Es simplemente un ejemplo más de que la Iglesia conciliar ha caído en la trampa de un “arte” sexualmente secularizado.
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