José Miguel Arráiz, el 23.08.17 a las 3:22 PM Negligente ha sido la alcaldesa de Barcelona al negarse a instalar bolardos en las zonas concurridas, una de las cuales acaba de sufrir un atentado terrorista. La Policía Nacional los había pedido y había advertido que ese sitio era un objetivo de los terroristas, pero ella se negó.
Las críticas no se han hecho esperar. El padre Santiago Martín ha hecho una lúcida queja, y ella ha respondido llamándole “miserable y sin vergüenza”.
El ministro del interior de Italia, Marco Martini, experto en antiterrorismo, ha dicho también que considera «asombroso» que la Rambla de Barcelona no estuviera protegida para impedir que una furgoneta la recorriera.
Pero incluso ahora luego de los atentados y las críticas la alcaldesa se sigue negando a instalar bolardos porque según ella eso “significaría que los terroristas han conseguido sus propósitos”.
Una negligencia pertinaz de tal magnitud es sumamente preocupante. Si el gobierno de los Estados Unidos no hubiese tomado medidas luego de los atentados del 11 de Septiembre sin duda los terroristas habrían atacado otra vez del mismo modo. Es evidente que el objetivo de los terroristas es infundir terror asesinando el mayor número de personas posibles, no obligar al gobierno a gastar dinero tomando medidas de seguridad que salven vidas y les impidan perpetrar sus atentados.
El orgullo puede ser un muy mal consejero
Colocar los bolardos significaría admitir que el no haberlos colocado fue un error, pero el no colocarlos ahora puede ser un suicidio político si los terroristas vuelven a atacar con el mismo modus operandi. Como dice el refrán popular “más vale tarde que nunca“.
Si no lo hace por salvaguardar las vidas de las personas, debería hacerlo como medida de autoconservación. Si no le importan los demás, debería hacerlo por ella misma. En mi país le llamamos “cuidarse las espaldas”.
Reacción del arzobispado de Madrid
Por su parte, 24 horas después de que el sacerdote Santiago Marín atribuyera a Ada Colau “una parte de la culpa” del atentado por no instalar bolardos el Arzobispado ha emitido un comunicado en el que señala que “no hay más culpables que los terroristas“.El comunicado del cardenal y arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, se situa así en la línea de lo políticamente correcto.
Como sorprende a veces la rapidez de algunos miembros del clero para emitir rápidos comunicados cuando se trata de quedar bien con algunos actores políticos aunque eso implique disculpar una negligencia que sin duda ha aumentado el número de víctimas del atentado. Me gustaría ver la misma rapidez para manifestarse cuando hace realmente falta, sobre todo en materias graves de fe.
En la foto que ilustra el post están los reyes de España junto a la alcaldesa de Barcelona en el homenaje a las víctimas del atentado. Llama la atención ver a la alcaldesa tan sonriente, sobre todo porque homenajean a unas víctimas, algunas de las cuales posiblemente estuviesen vivas si ella hubiese hecho bien su trabajo.
