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REZANDO JUNTOS. Lucas 5. 33-39. 2 de septiembre. Ciclo C. Oraciòn del dìa viernes 2 de septiembre. 22ª Semana TO. San Lucas 5. 33-39. Ciclo C. Buenos días, Jesús. Me uno a tì en esta oraciòn. Te …Más
REZANDO JUNTOS. Lucas 5. 33-39. 2 de septiembre. Ciclo C.

Oraciòn del dìa viernes 2 de septiembre. 22ª Semana TO. San Lucas 5. 33-39. Ciclo C.

Buenos días, Jesús. Me uno a tì en esta oraciòn. Te doy gracias por ser mi amigo, por estar siempre conmigo, por quererme tanto, por permanecer siempre a mi lado. Hoy quiero ponerme una vez màs delante de tì y decirte que me hace feliz gozar de tu presencia. Quiero que sepas, Señor, que estoy en tus manos.
Hoy vamos a reflexionar, en el Evangelio de san Lucas 5, 33-39

Señor, hoy los fariseos y escribas te cuestionan, ¿por què los discípulos de Juan el Bautista y de los fariseos, ayunan y los Tuyos no?. En primer lugar, sales a la defensa de los tuyos y les contestas: “¿A caso pueden ustedes obligar a los invitados a una boda a que ayunen, mientras el esposo está con ellos? Vendrá un día en que les quiten al esposo, y entonces sí ayunarán”.

Hoy, Señor, me enseñas lo importante de la oración, el ayuno y los sacrificios, ellos tienen un valor y un sentido, no es solo hacerlos por hacer. Lo importante es la intención, la actitud y el amor, ¿por quién lo hago y para què lo hago?. Los fariseos eran maestros en materia de oración y ayuno. Realmente se dedicaban a ello, sin embargo hoy nos enseñas que lo fundamental es el interior, la intención, lo que nos motiva a hacerlos. Tal vez sólo ayunaban y oraban porque era lo que les pedía la ley, para que los viera la gente, quizás lo hacían sólo para aparentar santidad y ganarse el respeto, ¿Cuàntas veces se los recriminaste?.

Es sumamente importante el ayuno, la oración y los pequeños sacrificios, son tres pràcticas y medios maravillosos en la vida cristiana, para crecer en sabiduría y gracia delante de Tì. Los tenemos que hacer, si queremos llevar una vida cristiana autèntica y fervorosa. Tengo claro, Señor, no basta rezar o ayunar porque así me lo han enseñado, porque es parte de la rutina de mi día o porque simplemente los demás lo hacen. Hoy me pides que viva estos actos sublimes con la conciencia de que es por Ti y por amor a Ti que los realizo.
La segunda intervención, que les compartes es una parábola, la del vestido y su remiendo y la del vino y los odres. Me invitas a poner remiendo nuevo en vestido nuevo, ni se me vaya a ocurrir, poner remiendo viejo en vestido nuevo, o vino nuevo en odres viejos. En ambos casos sucedería una tragedia, se rompen tanto el vestido como los odres.

Señor gracias al bautismo, yo soy esa creatura nueva, ese odre nuevo y ese vestido nuevo, tengo que llenar esos odres con el vino nuevo y bueno de tu mensaje: La vida sobrenatural y espiritual, la esperanza de la salvación, la misericordia, el perdón, la caridad, la paciencia, la benedicencia, la bondad, la ternura y la acogida.

Y Nada del ojo por ojo, ni diente por diente, “lo que me haces me la pagas”, la mentira, la infidelidad, los juicios temerarios, la corrupción de costumbres, la vida de la carne y de lo material, el buscar los primeros puestos, el ser reconocido y aplaudido por los demás, el llevar una vida doble e incoherente, esto es poner no solo el vino viejo en odres nuevos sino poner vino malo, ya avinagrado, asì es, son los rencores que llevo dentro, mis sentimientos de venganza, mis odios e incomprensiones, etc. Señor que siempre ponga el vino nuevo y bueno en el odre de mi vida.

Mi propósito hoy será llenar mis odres con buenos pensamientos, sentimientos, buenas obras, buenas actitudes y disposiciones; pensar siempre bien y hacer siempre el bien y tener siempre buenas intenciones.

Mis queridos niños, hoy Jesùs nos enseña que nuestra fe y las obras que hacemos, como ayunos y oraciones, son para dar gloria a Dios, y no como un mero acto de costumbre o aburrido, o porque mis papàs me dicen que los tengo que hacer, ahì demuèstrenle a Jesùs que lo hacen por El.
P. Dennis Doren LC

Rezando juntos
Por: P. Dennis Doren, LC
Elaboración: Sebastian Arrivillaga