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María llena del Espíritu Santo. "Cuenta la historia que un monje, recibió un día una orden tajante: debería encontrarse con Dios al otro lado de la montaña en la que vivía, antes de que se pusiera …Más
María llena del Espíritu Santo.

"Cuenta la historia que un monje, recibió un día una orden tajante: debería encontrarse con
Dios al otro lado de la montaña en la que vivía, antes de que se pusiera el sol. El monje se
puso en marcha, montaña arriba, precipitadamente. Pero a mitad de camino se encontró a
un herido que pedía socorro. Y el monje, casi sin detenerse, le explicó que no podía pararse,
que Dios le esperaba al otro lado de la cima antes de que atardeciese. Le prometió que
volvería en cuanto atendiese a Dios. Y continuó su precipitada marcha. Horas más tarde,
cuando aún el sol brillaba en todo lo alto.
El monje llegó a la cima de la montaña y desde allí sus ojos se pusieron a buscar a Dios.
Pero Dios no estaba. Dios se había ido a ayudar al herido que horas antes se cruzó por el
camino. Hay, incluso, quien dice que Dios era el mismo herido que le pidió ayuda".