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El ideal más alto: la libertad. El ideal más alto: la libertad El mundo actual la rechaza, pues para ser alcanzada reclama dolor y esfuerzo 25.09.2013 Aspirar a algo alto, costoso y bello. Ese es el …Más
El ideal más alto: la libertad.

El ideal más alto: la libertad

El mundo actual la rechaza, pues para ser alcanzada reclama dolor y esfuerzo
25.09.2013


Aspirar a algo alto, costoso y bello. Ese es el fin de la vida, el fin de todas las vidas. Es la máxima aspiración, dejarlo todo por un fin que reporta en sí la propia felicidad. Es aquello a lo cual el mundo actual tiene fobia, pues para ser alcanzado reclama dolor y esfuerzo. Es el caminar este corto camino que es nuestra vida al filo del acantilado, luchando en todo momento por mantenerse atento, ya que un paso en falso puede costar la misma vida.

Es rechazar el pasivismo que nos propone este mundo cobarde, al igual que su príncipe y vivir la plena adrenalina. Es el colmar las máximas aspiraciones del alma grande del joven con cosas grandes, sublimes, dignas de ser contadas. Es el hacer de cada etapa de la vida un momento de nuestra eterna juventud de alma, que aspira a lo magnánimo y no a la pusilanimidad. Es saciar la natural sed de rebeldía de la juventud con una rebeldía digna de ser defendida y no con inútiles oposiciones en serie como las que nos ofrece este odioso mundo. Es navegar contra la corriente que lleva a todos los que se creen rebeldes a hacer lo que ella quiere, pues, ¿qué rebeldía es esa que está sujeta a la exacta imitación de modelos que concuerdan perfectamente con los valores mundanos? Lo que este mundo propone no es rebeldía, sino modelos en serie a ser imitados.

No aspirar a la nada, al error, al egoísmo, a la indiferencia o al odio, sino moverse buscando cosas que realmente valgan la pena; pues ser rebelde aspirando al mal es como luchar en una guerra sin tomar ninguna parte, es correr tras una bandera que no existe, en definitiva, es dejarse matar por la nada, ya que el mal no es más que nada, pura nada, no ser. No hacer eso, pues el alma desea eternidad, la cual debe ser saciada.

¿Vivir para uno? Sí, pero sin pensar en uno, porque cuando ese molesto se entromete se queda sin el yo y sin el tú.
Proponerse vivir como héroe y morir como santo, volando alto. Así cuando llegue el fin se estará abatido, pero como vencedor no vencido.

La conferencia que presentamos a continuación del R.P. Dr. Miguel Ángel Fuentes, IVE, (www.alexandriae.org/index.php/item/la-libertad) nos da las pautas de la verdadera libertad, aquella que nos constituye en hombres de virtud que corren a paso firme detrás del único y verdadero ideal.