amor
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"...¿Y los desaparecidos?"

…Y LOS DESAPARECIDOS

«¿Dónde están?» … pregunta constante… y grito patente especialmente cuando termina el Catecismo… Pero ¡albricias! ¡albricias! Con el Documento de Aparecida apareció la esperanza de que aparecieran los “desaparecidos”, porque la Iglesia iría por los alejados. …Ya pasaron los años y no vemos claro el repunte misionero. ¿Por qué no se misiona, si todos sabemos que LA IGLESIA EXISTE PARA EVANGELIZAR? Porque «de la convicción a la acción hay un abismo».

Mientras los hermanos separados hacen un proselitismo ardiente conquistando católicos (porque sólo a católicos conquistan), laicos comprometidos y sacerdotes vivimos en un mundo rosa soñando ser un gigante, quizás porque vemos mucha gente en Misa el Domingo (sólo el domingo). Un gigante, pero ¡con alta tasa de desmembramiento!, según testifica el INEGI.

¿Qué nos pasa? ¿Será que no tenemos sed, que no tenemos celo por las almas? (2 Cor 11,2). Tantos muertos «…los que llevan muerta el alma y viven todavía». Jesús mandó: Tu ve y anuncia el Reino de Dios… Y a eso nadie escapa, porque:
O VAS, O ENVIAS, O AYUDAS A ENVIAR.
Especialmente gente que vaya: de casa en casa, en las plazas o en los mass media. Hoy no basta predicar sólo con la presencia (como hizo alguna vez San Francisco).
¿Qué nos pasa? ¿Será que los laicos están esperando ser doctores en teología para ir a predicar? ¡Basta ya, acción! ¿Qué nos pasa? ¿Será que nuestros sacerdotes trabajan mucho, pero haciendo siempre lo urgente y descuidan lo importante? ¿No vamos por el mismo camino de Europa y USA…con sus templos «museos» y templos que se venden? …el camino del sacramentalismo con ausencia de evangelización. Simplemente: veamos donde se gasta el dinero parroquial…en el culto y en la construcción: comprar imágenes bonitas, y… construir, o derribar para volver a edificar…un gran afán por hacer… pero por hacer torres materiales, no torres espirituales. Adornar templos sin enamorar corazones.

Sabemos que el grueso del pueblo católico sólo va al templo o a la oficina parroquial cuando necesita algo, como quien va a una tienda… Pero, ni Dios quiere ser tratado como tendero, ni sus ministros lo son… ¿O acaso la Iglesia ha dejado el cayado del pastor para convertirse en la tienda de don Simón? (…Simón Pedro). Recordemos «no hace mucho el que hace mucho, sino el que hace lo que debe». Si nuestras baterías no están siempre apuntadas hacia la evangelización, nuestro esfuerzo servirá de poco…nuestros templos el día de mañana se venderán o serán museos. ¡Nosotros no lo permitiremos! ¿Amén? ...