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Viganò, apelación a McCarrick: "Arrepiéntase, sólo así hará un bien a la Iglesia herida por los abusos"

El arzobispo Carlo Maria Viganò vuelve a hacerse sentir y en una carta formula un llamado al arzobispo McCarrick. Un pedido de conversión y de arrepentimiento público frente a los graves abusos sexuales cometidos por el prelado: “El tiempo está por agotarse, pero usted puede todavía confesar y arrepentirse de sus pecados, crímenes y sacrilegios, y hacerlo públicamente. Su salvación eterna está en riesgo. Un arrepentimiento público de su parte proporcionaría una medida extraordinaria de curación a una Iglesia gravemente herida. Ofrezca a la Iglesia este don”.

El arzobispo Carlo Maria Viganò vuelve a hacerse escuchar, después de un silencio que duró varias semanas. Lo hace con una apelación al ex cardenal Theodore McCarrick, una apelación a la conversión y, sobre todo, al arrepentimiento público, y a un pedido público de perdón a sus víctimas y a la Iglesia. Naturalmente, no faltará quien objete en tono farisaico: ¿Qué derecho tiene el arzobispo Viganò para dirigirse en este tono a McCarrick? En realidad, al proceder así, Viganò logra lo que otros quizás habrían debido sentir la obligación de hacerlo. Por otra parte, un pedido de conversión pública y el pedir públicamente perdón por sus malvados errores y acciones parece justo, dada la entidad pública del daño provocado a la Iglesia, además de las víctimas individuales, cuyas vidas han sido marcadas por el comportamiento de McCarrick. Forma parte de la antigua tradición de la Iglesia de siempre.

Si las sanciones impuestas por Benedicto XVI al ex arzobispo de Washington podían, aunque basadas en el Derecho Canónico, ser conocidas sólo por un restringido número de personas directamente interesadas en el caso, en ausencia de un escándalo público, ahora evidentemente ya no es así.

En estas últimas horas se supo que James Grein, el acusador clave en el escándalo de posibles abusos infantiles por parte de McCarrick, se reunió con Sara Sullivan, la asistente del fiscal del distrito de Manhattan, quien está investigando el amplio alcance de los abusos del clero la cobertura sistemática y el encubrimiento sistemático. El hecho de que Grein colabore con la justicia civil indica que estamos frente a un salto cualitativo en las investigaciones.

Así que ante un escándalo creciente, que llegó a afectar a la persona del Pontífice, tal como lo demuestran las preguntas sin respuesta del arzobispo Viganò, parece más que apropiada una toma de conciencia y un testimonio público de arrepentimiento por parte del principal protagonista del drama. Antes que la justicia (¿aunque sea simplemente administrativa, tal vez para evitar que se descubran complicidades honorables?) del Vaticano y de los Estados Unidos lleguen a un veredicto.

A continuación presentamos la carta que el arzobispo Carlo Maria Vigano dirigió a Theodore McCarrick (Marco Tosatti)

***

Estimado arzobispo McCarrick,

Tal como ha sido informado por noticias de la Congregación para la Doctrina de la Fe, las acusaciones contra usted por crímenes contra menores y por abusos contra seminaristas serán examinadas y juzgadas muy pronto mediante el procedimiento administrativo.
Cualquiera que sea la decisión que tome la autoridad suprema de la Iglesia, lo que realmente importa y que ha lastimado a los que la aman y oran por ella, es el hecho de que durante estos meses usted jamás ha expresado algún signo de arrepentimiento. Me cuento entre los que oran por su conversión, para que usted se arrepienta y pida perdón a las víctimas y a la Iglesia.
El tiempo está por agotarse, pero usted todavía puede confesar y arrepentirse de sus pecados, crímenes y sacrilegios, y hacerlo públicamente, dado que han llegado a ser públicos. Su salvación eterna está en riesgo.

Pero hay algo de extrema importancia que también está en juego. Paradójicamente, usted tiene a su disposición un inmenso don de gran esperanza por parte del Señor Jesús: usted se encuentra en una condición en la que puede hacer un gran bien para la Iglesia. De hecho, usted está en una condición en la que puede hacer por la Iglesia algo más importante que todas las buenas obras que usted haya hecho a lo largo de su vida. Un arrepentimiento público de su parte proporcionaría una extraordinaria medida de curación a una Iglesia gravemente herida y sufriente. ¿Está dispuesto a ofrecer este don a la Iglesia? Cristo murió por todos nosotros cuando todavía éramos pecadores (Rm 5, 8). Sólo nos pide que respondamos con el arrepentimiento y que hagamos el bien que nos ha dado para hacer. El bien que usted está en condiciones de hacer ahora es ofrecer a la Iglesia su arrepentimiento sincero y público. ¿Hará este don a la Iglesia?

Le imploro que se arrepienta públicamente de sus pecados, para que la iglesia se regocije y usted vaya a presentarse frente al tribunal de Nuestro Señor purificado por su sangre. Por favor, no haga que haya sido en vano su sacrificio en la Cruz por ella. Cristo, nuestro Buen Señor, sigue amándola. Vuelva a poner toda su confianza en su Sagrado Corazón. Y rece usted a María, como yo y muchos otros estamos haciendo, pidiéndole que interceda para la salvación de su alma.

Maria Mater Gratiae, Mater Misericordiae, Tu nos ab hoste protege et mortis hora suscipeʺ
(María, Madre de la Gracia, Madre de Misericordia, protégenos del enemigo y recíbenos en la hora de la muerte)


Su hermano en Cristo,
+ Carlo Maria Viganò
Domingo 13 de enero de 2019
Fiesta del Bautismo del Señor
San Hilario de Poitiers

Publicado originalmente en italiano el 14 de enero de 2019 en ad lanuovabq.it/it/vigano-appello-…

Traducción al español por: José Arturo Quarracino
bear
Sobre todo el bien es para él mismo