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CATEQUESIS HAY QUE APRENDER A RECONOCER, NO EN LOS DEMÁS, SINO EN NOSOTROS MISMOS LAS SEÑALES DEL INMADURO ESPIRITUAL

Lo primero que se ve cuando una persona es inmadura espiritualmente es el egoísmo. Tiene que haber una causa primaria muy fuerte, de donde se desprenden todas las demás que hacen a la persona inmadura espiritualmente, y lo primero que vemos en un inmaduro espiritual es el egoísmo. Esto causa que los que están al lado del egoísta, se cansen y al final va quedando solo.
Otra señal muy fuerte del inmaduro espiritual es que es impositivo, le gusta que todos hagan solo lo que él dice.
Le falta Sabiduría Espiritual porque no conoce la Palabra Divina, no la conoce a profundidad. Entonces le falta Sabiduría y por ello siempre debate y embate con armas que no son espirituales, y en muchas ocasiones vence, porque debate con argumentos, pero éstos no son de la Palabra Divina, sino son argumentos del mundo.

Otra señal es que no profundiza la Palabra Divina.El inmaduro espiritual se hace víctima por todo.

Siempre busca los defectos de los demás y quiere obligar a los demás, o siempre quiere hacer sentir a los demás culpables, quiere que los demás cumplan todo, pero él no cumple.

Ustedes tienen que aprender a mirar todas estas señales que Dios da para aprender a reconocer a las personas inmaduras espiritualmente, no para hacerlas a un lado, sino para saber que se está ante un inmaduro(a) espiritual y que hay que actuar de otra forma, no confrontándolo, sino aunque es difícil, llevándolo a la Luz de la Palabra Divina para que comprenda que las cosas no deben ser así.

Un último aspecto que se tiene que aprender a mirar es lo que Dios nos ha dado, lo que la Providencia Divina nos da. El inmaduro espiritual siempre hace un recuento de lo que no tiene. ¡Vean qué interesante!, siempre ve lo que no tiene y no ve lo que Dios le ha dado, lo que Dios le hace llegar y las bendiciones que recibe y por el contrario, siempre hace un reclamo a Dios.

El inmaduro espiritual hace un inventario de lo que no tiene, siempre, en todo aspecto”. Cada cosa que ve es para hacer un inventario de lo que no tiene, porque siempre quiere más. Se tiene que saber que hay cosas que no se pueden tener porque cada uno tiene un propósito en la vida, y este propósito es el que le da Dios y no todos tienen que cumplir el mismo rol ni la misma función.

Por lo tanto, hay que tener discernimiento y saber que en la vida habrá cosas…, habrá personas…, habrá situaciones… que nos hacen casi imposible seguir el camino, pero en este instante hay que madurar.

¿QUÉ TIENE QUE HACER UNA PERSONA QUE ES MADURA ESPIRITUALMENTE?

¿Qué es lo primero que denota en una persona que es madura espiritualmente? Lo primero, es el testimonio, dando un buen testimonio y respetando al prójimo.

Un aspecto muy importante es la “etiquette” espiritual. Hay que tener integridad espiritual, ser espiritualmente sanos. Dense a la tarea de buscar más sobre la integridad espiritual porque es muy importante el ser íntegros espiritualmente, sanos espiritualmente. Hay que ser íntegros y sanos en el cuerpo, en el espíritu y en el alma para que seamos irreprochables y para poder estar preparados para cuando nos llamen a la Casa Paterna y para la Segunda Venida de Cristo.

Dios tiene que tener el control de la vida de cada uno porque si no, cualquiera llega y hace con ustedes como él o como ella quiere. Deben tener a Dios como centro de la vida, precisamente para ser íntegros espiritualmente, que Dios esté en el centro del corazón, de la mente, del alma, de las emociones y de la razón, y nuestra Madre Santísima sea nuestra intercesora ante Su Hijo.

¿Por qué será que hay que tener a Dios como centro de la vida? La consciencia de que Dios mora en cada uno y de que se está unido a Él, se debe a que se sabe que Dios estabiliza todo. Entonces siendo Él el centro de la vida, se va a estar estable, porque cada uno va a abrirse a la acción de Dios en su vida.

También se tiene que conocer y estudiar para estar en el camino correcto.

En una criatura que es madura espiritualmente, en sus conversaciones, en sus reuniones, en sus actos y en sus obras, siempre está Dios presente, no tiene cabida lo mundano, ni el enemigo. En la vida de un maduro espiritual siempre está presente Dios y tiene ese balance, ese ordenamiento, acorde con todo lo que Dios pide y con lo que cada uno necesita para estar en la Voluntad Divina.

Otro punto muy importante, es que el maduro espiritual no es egoísta y piensa en los demás, y eso lo lleva a no ser impulsivo. Porque si Dios es equilibrio, ¿quién lleva al desequilibrio? Satanás. Entonces al no ser impulsivos, al no actuar impulsivamente, no van a permitir que satanás lleve el desequilibrio a sus vidas, a sus relaciones con el prójimo, con el hermano, en el hogar y podrán ser un testimonio verdadero. Hay que recordar que los demás leen la vida de ustedes, leen sus personalidades, en el testimonio que cada uno da…

Adicionalmente, es de gran relevancia que el maduro espiritual sabe que necesita equilibrio, que no puede hacerlo todo en la vida y que el equilibrio es parte del saber controlar la vida. Se necesita equilibrio espiritual para no abusar de la familia, de los hijos, de los hermanos, de la pareja, de los papás, de todas las personas. El maduro espiritual no quiere hacer lo que él quiere siempre porque está preparado para tener un equilibrio y sabe que, en la mayoría de las ocasiones, lo mejor es guardar silencio, porque cuando no hay equilibrio y se quiere hacerlo todo, el enemigo se aprovecha y causa muchos problemas en la vida y en todo el entorno, ya sea con los padres, con los hijos, con la pareja, con las amistades.

El mal genio y el deprimirse son aspectos que se tienen que atender”, ¿por qué? Porque se repiten todos los días de la semana, quizá con las mismas acciones: levantarse, hacer una oración, prepararse, ir a dejar a los hijos al colegio, etc. y así se va convirtiendo cada día de la semana en una rutina. Todos los días se repiten y la creatura humana olvida que son una bendición de Dios.: “suceda lo que suceda, aunque sea adverso, aunque duela, aunque haya que tomar decisiones, hay que aprender a vivir y a disfrutar lo que sucede en la vida.”

¿Cómo hay que vivir una situación dolorosa que pase en la vida? Mirando todo dentro de la Voluntad de Dios, dentro de la Pasión de Cristo, dentro del Amor de Cristo, sabiendo que Cristo es más que un águila y mira todo lo que va a suceder en nuestra vida. Si Él permite algo, es porque va a ser para bien de cada uno.

Pero ahora, en este instante, hay un gran problema y es que todas las personas quieren vivir en la altura, quieren vivir de la altura, y cada vez quieren más y más y más, y tener más y más y más; y esa búsqueda del más, lleva a las drogas, a los abusos, porque el querer más, no tiene límites. Entonces hace que las personas, que los hermanos sobrepasen todos los límites porque nunca se está contento con lo que se tiene. Para combatir todo esto, el hijo de Dios tiene que tener una buena actitud en la vida y la buena actitud tiene que estar unida en discernimiento con el Espíritu Santo.

¿Cuál es la meta del maduro espiritual? Estar unido a Cristo en todo momento, bajo cualquier circunstancia y desear vivir y agradecer siempre a Dios todo lo que sucede.

Nos dieron un Manual de Instrucción Divina. Eso el enemigo no lo ignora, él lo sabe. El Manual de Instrucción lo dejó Cristo en Los Mandamientos.

El cristiano vive en un campo peligroso, es un campo de batalla espiritual muy difícil, porque no ve contra quién está combatiendo. No lo ve con los ojos físicos, lo siente, lo vive, o en ocasiones ni lo siente. Por eso es que cae, porque los demonios no están solo en el aire, están caminando en la tierra para hacer caer en el combate al que lucha por la Salvación del alma.

Aquél que es inmaduro espiritual y que no quiere cambiar, está abalanzándose sobre una derrota innecesaria y se está precipitando a no disfrutar de los Dones con que Dios le ha dotado para vivir al hombre. Los que no quieren esforzarse por cambiar, están aceptando todas las zancadillas que el demonio les pone en el camino para que caigan.

El HIJO DE DIOS TIENE QUE HACERSE UN FIRME PROPÓSITO EN LA VIDA: MADURAR ESPIRITUALMENTE.

Recuerden un aspecto muy importante: el maduro espiritual tiene equilibrio. No quiere hacerlo todo porque sabe que descuidaría algunos aspectos de su vida que son importantes. Pero también el maduro espiritual sabe que tiene que cooperar en donde se encuentre.

En donde cada uno se encuentre, tiene que ser un incansable buscador, tiene que ir a buscar a Cristo que se da en esta Palabra Viva, a ese Cristo que está en los hermanos, en el que padece, en el necesitado que camina junto a cada uno. ¿Por qué no buscar constantemente la Palabra de Dios, por qué no estar siempre pendiente? Piensen que si se pasan días sin alimentarse, buscan algo para alimentarse, se van a hacer una compra, porque el organismo no está acostumbrado a pasar demasiados días sin el alimento. Entonces, ¿cómo es posible que se acostumbren a vivir sin la Palabra de Dios y sin ir a buscarla?

Hermanos en diversas ocasiones en la vida se tiene que pedir perdón, porque si no se pide perdón se van acumulando sentimientos que al final lo llevan a actuar mal. Por más que uno reciba el Agua Viva, por más que uno reciba instrucciones, por más que uno reciba la Palabra, hay momentos en la vida en que uno tiene que pedir perdón.