alexander ban
496

UNA EXCELENTE CATEQUESIS LAS PRUEBAS SEGÚN LA VOLUNTAD DE DIOS

La gran mayoría de personas están pasando pruebas, ¿qué es lo que tienen que saber sobre ellas?

Si no se tienen pruebas no se está actuando bien y se deben preocupar. Las pruebas hacen crecer y madurar en la Fe. Dios envía las pruebas para que el hombre aprenda a hacer Su Voluntad y a vivir en Su Voluntad.

Se debe dejar de ser niños espirituales para enfrentar las pruebas con madurez. Hay que ser como las águilas, que miran la tormenta, la enfrentan y salen de ella con Sabiduría. Hay que observar y analizar, antes de actuar durante las pruebas.

Los hijos de Cristo deben ser “sal de la tierra y luz del mundo”. Por eso en medio de las dificultades se tiene que aprender a ser siempre luz y esto significa que se tiene que tener confianza en Dios. Pero por ahora, las pruebas sacan del entorno, sacan al creyente de donde tiene que estar y de donde Dios le quiere. Eso sucede porque se es inmaduro en la Fe y porque la prueba en sí misma le supera, y supera también el poco amor que se tiene dentro, quizás hacia el prójimo, hacia el metro cuadrado.

Todos pasamos tiempos de prueba, tiempos en que se nos ataca. Hay que recordar que eso no es lo malo, ténganlo presente en la mente. No es mala la prueba, porque la prueba nos hace estar más cerca de Cristo. Nos damos cuenta que Él está más con Sus hijos en la prueba porque es cuando el hombre le busca más.

En ocasiones cuando no se está cerca de Cristo no se tienen pruebas, pero cuando llegan, las pruebas agobian, y quizás Cristo está diciendo ahí: “estabas alejado de Mí y por eso te tengo que enviar la prueba”, porque al estar cerca de Cristo se está conociendo cómo venció Cristo al mal en el desierto, en las tentaciones. Cristo lo venció rápidamente porque siempre tuvo una respuesta inmediata a las ofertas y a las proposiciones del demonio. Pero Él lo hizo, ¿por qué?

¿Por qué dio una respuesta inmediata y certera? Porque tenía la Luz del Espíritu Santo. Y todos tenemos siempre la Luz del Espíritu Santo. La tenemos siempre, pero no se usa, solo en algunas ocasiones y en otras, no. No es culpa del Cielo, eso es culpa del hombre. Todos los seres humanos poseemos la Luz del Espíritu Santo en todo instante, pero no le dan uso porque el hombre se victimiza y al hacerse víctima, la Sabiduría Divina se estanca y el Espíritu Santo no puede iluminar. De lo contrario, siempre seríamos victoriosos. Dios lo sabe: somos hombres, somos débiles, pero no nos escudemos en eso.