Reducción al absurdo
Sorprende, sobremanera, que el mundo secular entero (es decir, gente ajena a las iglesias) crea
estar transitando el fin de los tiempos y que los mismísimos devotos (creyentes y cristianos
todos) les parezca esto una exageración. ¿A qué se debe tal despropósito? ¿Por qué unos ponen
especial interés en el tema y otros simplemente lo descartan? ¿Estarán distraídos con el mundo o,
quizá, sufren ceguera espiritual?
Según como lo veo, o esta gente no cree que la Biblia sea la palabra revelada por Dios o simplemente piensan que ha sido tergiversada y
manipulada por maliciosos, razón por la cual sospechan de su veracidad.
En un caso pudieran ser gnósticos, es decir, gente embotada de tanta erudición o, quizá, de crédulos y fanáticos cuya inclinación por el "más allá" los ha llevado a estudiar más el origen del mal que las obras de Dios. Son aficionados al espiritismo, al mundo OVNI y a todo aquello que les suene empíricamente creíble. Son almas cosmopolitas encantadas del mundo que les rodea y aspiran alcanzar.
En un segundo lote están los devotos que creen que la Biblia fue tergiversada, y cuyo rasgo más
distintivo es verlos avasallados por las calamidades del mundo, es decir, gente cuya "nobleza" los ha llevado a subestimar la naturaleza de Dios.
Pero, mi estimado lector, no pierda las perspectivas. Si Dios hizo esperar al pueblo de Israel por 440 años antes de entregarles la Tierra Prometida; si nos dio un Salvador a pesar de nuestra insistente naturaleza pecante, y si dejó que la historia se llenara de infinidad de mártires, es porque quiso hacer algo con su Palabra. Por eso, confiadamente, podemos decir que Dios tiene el control (contra todo pronóstico) del contenido de su mensaje.
Todas las contradicciones, imperfecciones y fantasías atribuidas a la Biblia sépalo no están allí por capricho. Más bien fueron el elemento clave con el cual Dios dispuso su preservación. ¿No fue, acaso, la aversión al texto la forma de mantenerla protegida por siglos? Sin duda, el Supremo dispuso esto para garantizarse que la guía su guía llegara intacta a nosotros hasta nuestros días. ¿No le parece?
No en vano el mismísimo primer capítulo del Apocalipsis dice: "bienaventurado el que lee (en singular) y los que oyen (en plural) las palabras de esta profecía".
Saludos
estar transitando el fin de los tiempos y que los mismísimos devotos (creyentes y cristianos
todos) les parezca esto una exageración. ¿A qué se debe tal despropósito? ¿Por qué unos ponen
especial interés en el tema y otros simplemente lo descartan? ¿Estarán distraídos con el mundo o,
quizá, sufren ceguera espiritual?
Según como lo veo, o esta gente no cree que la Biblia sea la palabra revelada por Dios o simplemente piensan que ha sido tergiversada y
manipulada por maliciosos, razón por la cual sospechan de su veracidad.
En un caso pudieran ser gnósticos, es decir, gente embotada de tanta erudición o, quizá, de crédulos y fanáticos cuya inclinación por el "más allá" los ha llevado a estudiar más el origen del mal que las obras de Dios. Son aficionados al espiritismo, al mundo OVNI y a todo aquello que les suene empíricamente creíble. Son almas cosmopolitas encantadas del mundo que les rodea y aspiran alcanzar.
En un segundo lote están los devotos que creen que la Biblia fue tergiversada, y cuyo rasgo más
distintivo es verlos avasallados por las calamidades del mundo, es decir, gente cuya "nobleza" los ha llevado a subestimar la naturaleza de Dios.
Pero, mi estimado lector, no pierda las perspectivas. Si Dios hizo esperar al pueblo de Israel por 440 años antes de entregarles la Tierra Prometida; si nos dio un Salvador a pesar de nuestra insistente naturaleza pecante, y si dejó que la historia se llenara de infinidad de mártires, es porque quiso hacer algo con su Palabra. Por eso, confiadamente, podemos decir que Dios tiene el control (contra todo pronóstico) del contenido de su mensaje.
Todas las contradicciones, imperfecciones y fantasías atribuidas a la Biblia sépalo no están allí por capricho. Más bien fueron el elemento clave con el cual Dios dispuso su preservación. ¿No fue, acaso, la aversión al texto la forma de mantenerla protegida por siglos? Sin duda, el Supremo dispuso esto para garantizarse que la guía su guía llegara intacta a nosotros hasta nuestros días. ¿No le parece?
No en vano el mismísimo primer capítulo del Apocalipsis dice: "bienaventurado el que lee (en singular) y los que oyen (en plural) las palabras de esta profecía".
Saludos