ANNA CATALINA EMMERICH VIO EL SUFRIMIENTO DE BENEDICTO XVI. “He visto muy afligido al Padre Santo. Vive en otro palacio y solo se deja ver de muy pocos amigos de confianza. Si el partido malo conociera …Más
ANNA CATALINA EMMERICH VIO EL SUFRIMIENTO DE BENEDICTO XVI.
“He visto muy afligido al Padre Santo. Vive en otro palacio y solo se deja ver de muy pocos amigos de confianza. Si el partido malo conociera de su propia fuerza habría ya estallado la revolución. Temo que el Papa tenga que padecer mucho antes de morir. Veo la negra iglesia de Satanás prosperar y ejercitar su pernicioso influjo. La angustiosa situación de la Iglesia y del Papa es tan triste que debemos pedir a Dios incesantemente que acuda en su auxilio. Yo recibí encargo de orar mucho por la Iglesia y por el Papa. Esta noche fui conducida a Roma, donde el Papa vive todavía oculto con el fin de evitar exigencias injustas. Está muy débil y consumido a causa de la tristeza, de la inquietud y de la continua oración. Se ha ocultado sobre todo porque no puede fiarse de muchos de los que le rodeaban. Junto a él está un sacerdote anciano muy sencillo y piadoso, amigo suyo, al cual no han creído necesario alejarlo de su lado. Este hombre tiene mucha gracia y favor de Dios. Mira y ve muchas cosas y todo se lo dice fielmente al Papa. A él descubrí en la oración muchas cosas acerca de algunos traidores y personas mal intencionadas que hay entre los altos empleados con quienes más confianza tiene el Papa; todo lo cual debía él comunicar al mismo Pontífice. Así está prevenido y se guardará de aquel que hasta ahora lo hacía todo y ahora ya no podrá hacer nada. El Papa está tan débil que no puede andar solo”.
“No sé cómo he venido a Roma esta noche; lo cierto es que me encontré en la Iglesia de Santa María La Mayor, y vi que se acercaban muchos fieles, pobres y piadosos, en grande angustia y aflicción a causa de estar escondido el Papa y de las noticias que corrían en la ciudad… que pidieran sobre todo que la Iglesia de las tinieblas se alejara de Roma; que los soldados que se acercaban no traían la salud, sino miserias y desolación”
SCHMOEGER, C.E., Vida y Visiones de Ana Catalina Emmerich, Ediciones Sol de Fátima, Madrid, 2010, págs. 349-351.
“He visto muy afligido al Padre Santo. Vive en otro palacio y solo se deja ver de muy pocos amigos de confianza. Si el partido malo conociera de su propia fuerza habría ya estallado la revolución. Temo que el Papa tenga que padecer mucho antes de morir. Veo la negra iglesia de Satanás prosperar y ejercitar su pernicioso influjo. La angustiosa situación de la Iglesia y del Papa es tan triste que debemos pedir a Dios incesantemente que acuda en su auxilio. Yo recibí encargo de orar mucho por la Iglesia y por el Papa. Esta noche fui conducida a Roma, donde el Papa vive todavía oculto con el fin de evitar exigencias injustas. Está muy débil y consumido a causa de la tristeza, de la inquietud y de la continua oración. Se ha ocultado sobre todo porque no puede fiarse de muchos de los que le rodeaban. Junto a él está un sacerdote anciano muy sencillo y piadoso, amigo suyo, al cual no han creído necesario alejarlo de su lado. Este hombre tiene mucha gracia y favor de Dios. Mira y ve muchas cosas y todo se lo dice fielmente al Papa. A él descubrí en la oración muchas cosas acerca de algunos traidores y personas mal intencionadas que hay entre los altos empleados con quienes más confianza tiene el Papa; todo lo cual debía él comunicar al mismo Pontífice. Así está prevenido y se guardará de aquel que hasta ahora lo hacía todo y ahora ya no podrá hacer nada. El Papa está tan débil que no puede andar solo”.
“No sé cómo he venido a Roma esta noche; lo cierto es que me encontré en la Iglesia de Santa María La Mayor, y vi que se acercaban muchos fieles, pobres y piadosos, en grande angustia y aflicción a causa de estar escondido el Papa y de las noticias que corrían en la ciudad… que pidieran sobre todo que la Iglesia de las tinieblas se alejara de Roma; que los soldados que se acercaban no traían la salud, sino miserias y desolación”
SCHMOEGER, C.E., Vida y Visiones de Ana Catalina Emmerich, Ediciones Sol de Fátima, Madrid, 2010, págs. 349-351.
JORGE PABLO KROZAK compartió esto
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la verdad prevalece
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