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REZANDO JUNTOS. Mateo 25. 1-13. 26 de agosto. Ciclo C. Oraciòn del dìa Viernes 26 de agosto, 21ª TO. San Mateo 25. 1-13. Ciclo C. Comenzamos este nuevo dìa, viernes de la 21ª semana del TO. Con la …Más
REZANDO JUNTOS. Mateo 25. 1-13. 26 de agosto. Ciclo C.

Oraciòn del dìa Viernes 26 de agosto, 21ª TO. San Mateo 25. 1-13. Ciclo C.

Comenzamos este nuevo dìa, viernes de la 21ª semana del TO. Con la alegría de estar delante del Señor y poder dirigir nuestro pensamiento y palabras hacia El, digámosle.
Señor, Tú eres la luz que ilumina dìa a dìa mi camino, especialmente en medio de la oscuridad. Mi mirada està puesta en Tì. ¡Ilumíname, Jesús! Que tu mirada me toque y me cambie.
Hoy vamos a reflexionar en el Evangelio san Mateo 25, 1-13

Te Sigues dirigiendo a tus discípulos, tu Corazòn està clavado en el Reino de los cielos y lo sigues explicando en parábolas, sin duda que este tema es de vital importancia.
Hoy relacionas el Reino de los cielos a diez jóvenes, que tomando sus lámparas, salen al encuentro del esposo.

Hay cinco descuidadas y cinco previsoras. Explicas que las primeras solo llenan sus lámparas pero no llevan aceite para llenarlas de nuevo y las segundas, si llevan extra. El esposo tarda, les entra el sueño y se duermen. A media noche se escucha; ¡Ya viene el esposo! ¡Salgan a su encuentro!’, aquí comienza el drama de las descuidadas y la tranquilidad de las previsoras, las que no tienen piden a las que tienen, pero estas no les pueden dar, pues no les alcanzaría, què terrible, ya sus lámparas se están apagando. De noche, van a comprar el aceite, todo cerrado. Vaya què lio, y ¿ahora què hacemos?.

Demasiado tarde, mientras van a comprarlo, llega el esposo, solo cinco estaban preparadas y entran al banquete de bodas, y la puerta se cierra. Meses de preparación, dedicadas solo para esperar al esposo, habían comprado el vestido, unas horas antes habían ido al salòn de belleza, etc. Tantos detalles previstos y solucionados, pero el GRAN DETALLE: “NO TENER EL ACEITE”, les impidió entrar al banquete, la vida està llena de detalles, pero hay detalles que son determinantes, en este caso el aceite, que detalles no puedo pasar de alto en mi vida, por ejemplo, Señor, què me dices: reconciliarme con mis seres queridos antes de partir, estár en vida de gracia, confesado, tener a la mano siempre un acto de contrición, tener en la punta de la lengua, perdón Señor, confìo en tu misericordia.

Asì es Señor, la puerta cuando llegaron ya estaba cerrada, y queriendo entrar le dicen: ‘Señor, señor, ábrenos’. Pero es demasiado tarde, le responde el esposo; ‘Yo les aseguro que no las conozco’. Nuevamente nos dices, que no sabemos ni el dìa ni la hora en que llegaràs, como nos decías ayer, tenemos que estar vigilantes y preparados, atentos a tu llegada.

Què fácil es confiarnos y no tener todo preparado para ese encuentro, y lo delicado es que nos falte un detalle: “Que nunca me reconcilie con aquella persona, ese pecadito que había quedado en el tintero y que nunca confesè, esa deuda que tenía pendiente y nunca paguè”.

No confiarme jamàs, sabes Señor, es que en mi casa tengo dos tiòs padres y una religiosa, no es que mi mamà era super religiosa y ella sì vivía la fe católica, la salvación es personal, màs de alguna de las jòvenes imprudentes, tal vez vivía de rentas, se decià: ¡A mi no me va a pasar, total tengo a mi gran amiguita que me va a prestar de su aceite!, y no fue asì.

Por otra parte las jóvenes previsoras, tranquilas, con el suficiente aceite, estuvieron ahì al llegar el esposo, lo reciben, èl las acoge y se alegra porque están ahì, viven la fiesta y disfrutan del banquete, ahì està el gran premio.

Mi propósito en este dìa, es ver si tengo alguna cuenta pendiente con El Señor, si mi pasaporte està al dìa, y tiene todos los sellos necesarios, si no, ponerme las pilas e ir a la embajada celestial y renovarlo. Si tengo algún pendiente con alguien solventarlo. Ser prudente y previsor, ya son dos avisos del Señor que me hace, no sabes ni el dìa ni la hora.

Mis queridos niños, Jesùs un dìa nos invitarà al gran banquete celestial, nos dice que tenemos que tener todo al dìa, en orden mi cuarto (mi corazón), si todo en orden, limpio y cada cosa en su lugar. Asì seremos previsores, pues el dìa menos pensado entrarà al cuarto a revisarlo y sin duda lo queremos tener todo bien.
P, Dennis Doren, LC

Rezando juntos
Por: P. Dennis Doren, LC
Elaboración: Sebastian Arrivillaga