Angelo Lopez
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Este Miércoles 31 Julio En La Sala con Jesús Reflexión del Evangelio Mateo 13,44-45: Vende todo lo que tiene y compra el campo.

En La Sala con Jesús de 10AM a 12PM hora de USA, el Padre Pedro Brassesco y este servidor les llevamos, El bien Absoluto que es el Reino. Miércoles 31 Julio 2019.
Éxodo 34,29-35: Al ver el rostro iluminado de Moisés no se atrevieron a acercarse a él. San Pablo alude a esto en su carta segunda a los Corintios 3,18: en la nueva Alianza, los discípulos reflejan como en un espejo la gloria del transformado en su misma imagen. Moisés aparece como un hombre de Dios, capaz de un acercamiento especial con Yavé y su misterio y sembrando con ello su misión de mediador. Comenta San Juan Crisóstomo:

«El cristiano, purificado por el Espíritu Santo en el sacramento de la regeneración es transformado, según la expresión del Apóstol, en imagen del mismo Jesucristo. No solamente contempla la gloria del Señor, sino que toma para sí mismo algunos rasgos de esta gloria divina... El alma regenerada por el Espíritu Santo recibe y difunde a su alrededor el resplandor de la gloria celeste que le ha sido comunicado» (Homilía sobre 2 Cor,7).

–Rezamos con el Salmo 98: «Santo eres, Señor, Dios nuestro... Moisés y Aarón, con sus sacerdotes, Samuel con los que invocan su nombre, invocaban al Señor y Él respondía. Dios les hablaba desde la columna de nube, oyeron sus mandatos y la ley que les dio».

Ciertamente, Moisés, Aarón y Samuel fueron tres grandes siervos de Dios que tuvieron con Él una gran intimidad; pero el cristiano tiene un privilegio mayor y es que puede conocer a Dios trascendente en la Persona de Cristo, como dice San Juan: «A Dios nadie le vio jamás, Dios unigénito que está en el seno del Padre, Ése lo ha dado a conocer» (Jn 1,18).

Mateo 13,44-45: Vende todo lo que tiene y compra el campo. Son dos parábolas casi idénticas: perla y tesoro. Al hallar eso el buen mercader vende todo lo que tiene para comprar algo de mucho más valor. San Hilario de Poitiers escribe:

«Con la parábola del tesoro en el campo, Él muestra las riquezas de nuestra esperanza puesta en Él. Efectivamente, Dios ha sido encontrado en un hombre; para comprarlo deben ser vendidas todas las riquezas de este mundo. Así adquiriremos las riquezas eternas, el tesoro celestial, dando vestido, comida y bebida a quienes de ello tengan necesidad. Mas es necesario observar que el tesoro se ha encontrado escondido... El tesoro ha estado escondido porque debía ser comprado también el campo. En efecto, con el tesoro en el campo, como hemos dicho, se entiende Cristo encarnado, que se encuentra gratuitamente. La enseñanza de los Evangelios es de suyo completa. Pero no hay otro modo de utilizar y poseer este tesoro con el campo si no es pagando, ya que no se poseen las riquezas celestiales sin sacrificar el mundo» (Comentario al Evangelio de San Mateo 13,7).

San Agustín dice que la piedra preciosa es la caridad:

«También vuestra sociedad es un negocio de cosas espirituales, para ser semejante a los mercaderes que buscan la piedra preciosa. Esta no es otra que la caridad, que será derramada en vuestros corazones por el Espíritu Santo que os será dado» (Sermón 212,1).