Sergio Borge
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Papa en Miércoles de Ceniza: Pedid a Dios el don de las lágrimas y no seáis hipócritas. .Más
Papa en Miércoles de Ceniza: Pedid a Dios el don de las lágrimas y no seáis hipócritas.
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Con el Papa Francisco
Virgen: "El sucesor de Pedro necesita de sus oraciones. Experimentará el Calvario. Será amado y odiado a causa de sus posiciones". Mensajes de Nuestra Señora de la Paz a Pedro Regís, en Anguera Brasil
SÍNODO Parte 2: "... LAS FUERZAS DE INFIERNO NO PREVALECERÁN CONTRA LA IGLESIA ..."
¿Por qué existen Sucesores de los Apóstoles en la Iglesia?
Para continuar la misión que Jesús encomendó a su …Más
Virgen: "El sucesor de Pedro necesita de sus oraciones. Experimentará el Calvario. Será amado y odiado a causa de sus posiciones". Mensajes de Nuestra Señora de la Paz a Pedro Regís, en Anguera Brasil

SÍNODO Parte 2: "... LAS FUERZAS DE INFIERNO NO PREVALECERÁN CONTRA LA IGLESIA ..."
¿Por qué existen Sucesores de los Apóstoles en la Iglesia?
Para continuar la misión que Jesús encomendó a su Iglesia hasta la consumación de los tiempos (cf Mateo 16,18; 28,20) por eso los apóstoles desde el principio de su acción, prepararon y eligieron sus sucesores conscientes de que la misión de la Iglesia, durará hasta el fin del mundo, el proceso de sucesión comienza inmediatamente después la ascensión de Jesús a los Cielos, cuando se hace la sustitución de Judas Iscariote (el traidor, que ya estaba muerto), por un discípulo con características idóneas (Hechos 1,15-26). Luego por imposición de las manos (Sacramento del Orden) se nombran Diáconos (Hechos 6,1-7) también se delega autoridad y se eligen embajadores u obispos: “Entonces decidieron los apóstoles y presbíteros, de acuerdo con toda la Iglesia, elegir de entre ellos algunos hombres y enviarles a Antioquía con Pablo y Bernabé; y estos fueron Judas, llamado Barsabás, y Silas, que eran dirigentes entre los hermanos” (Hechos 15,22) “Aunque pudimos imponer nuestra autoridad por ser apóstoles de Cristo, nos mostramos amables con vosotros, como una madre cuida con cariño de sus hijos” (I Tesalonicenses 2,7). También se dan normas y pautas de cómo deben ser los sucesores: “Porque el epíscopo, como administrador de Dios, debe ser irreprochable; no arrogante, no colérico, no bebedor, no violento, no dado a negocios sucios; sino hospitalario, amigo del bien, sensato, justo, piadoso, dueño de sí. Que esté adherido a la palabra fiel, conforme a la enseñanza, para que sea capaz de exhortar con la sana doctrina y refutar a los que contradicen” (Tito 1,7-9). “Y cuanto me has oído en presencia de muchos testigos, confíalo a hombres fieles, que sean capaces a su vez, de instruir a otros” (II Tim 2,2).

“Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado; Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mateo 28,18-20). La garantía de está perfecta sucesión es la perenne presencia de Cristo en su Iglesia, su promesa de siempre poder vencer al mal (Mateo 16,18), su asistencia por medio del Espíritu Santo, su perfecta mediación ante el Padre por su Iglesia, porque se la prepara como esposa pura y santa (cf Efesios 5,27), y en su oración por sus discípulos, avala la sucesión de generaciones: “No ruego sólo por éstos, sino también poraquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, para que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado” (Juan 17,20-21). Para quienes creemos que la oración de Jesús es efectiva y perfecta mediación ante Dios Padre, tenemos que creer que su Iglesia es una para todas las naciones y ha de mantenerse unida en un mismo sentir, con una sola interpretación de la palabra para que el mundo crea, que es Santa (cf Efesios 5,27) sacramento de Dios para toda la humanidad, eso significa Católica (de todos los pueblos y razas), que es apostólica (heredera de los primeros discípulos y guardiana de sus palabras y escritos, según 2 Tes 2,15) y que está sujeta a la autoridades delegadas por Jesús hasta que el vuelva el gloría (Mateo 16,18-19),
Virgen: "El sucesor de Pedro necesita de sus oraciones. Experimentará el Calvario. Será amado y odiado a causa de sus posiciones". Mensajes de Nuestra Señora de la Paz a Pedro Regís, en Anguera Brasil
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Enzo de la Virgen
Oración con las Bienaventuranzas de los Salmos:
¡Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni en la senda de los pecadores se detiene, ni en el banco de los burlones se sienta, mas se complace en la ley de Dios, su ley susurra día y noche! Es como un árbol plantado junto a corrientes de agua, que da a su tiempo el fruto, y jamás se marchita su follaje; todo lo que hace sale bien.…Más
Oración con las Bienaventuranzas de los Salmos:

¡Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni en la senda de los pecadores se detiene, ni en el banco de los burlones se sienta, mas se complace en la ley de Dios, su ley susurra día y noche! Es como un árbol plantado junto a corrientes de agua, que da a su tiempo el fruto, y jamás se marchita su follaje; todo lo que hace sale bien. ¡No así los impíos, no así! Que ellos son como paja que se lleva el viento. Por eso, no resistirán en el Juicio los impíos, ni los pecadores en la comunidad de los justos. Porque El Señor conoce el camino de los justos, pero el camino de los impíos se pierde. Dichosas las personas cuya fuerza está en ti, y las subidas en su corazón. ¡Oh Yahveh Sebaot, dichoso el hombre que confía en ti! Dichosos los que moran en tu casa, te alaban por siempre.

Dichoso el hombre a quien corriges tú, Yahveh, a quien instruyes por tu ley. ¡Dichoso el que es perdonado de su culpa, y le queda cubierto su pecado! Dichoso el hombre a quien Dios no le cuenta el delito, y en cuyo espíritu no hay fraude. Mi pecado te reconocí, y no oculté mi culpa; dije: «Me confesaré a Yahveh de mis rebeldías.» Y tú absolviste mi culpa, perdonaste mi pecado ¡Feliz quién es perdonado!

Dichoso el pueblo que sabe alegrarse en ti; oh Señor, a la luz de tu rostro caminarán tus hijos, en tu nombre se alegran todo el día, en tu justicia se entusiasman. Pues El Señor no dejará a su pueblo, no abandonará a su heredad. ¡Feliz el pueblo a quien así sucede feliz el pueblo cuyo Dios es Yahveh! ¡Feliz la nación cuyo Dios es Yahveh, el pueblo que se escogió por heredad!

¡Dichosos los que guardan el derecho, los que practican en todo tiempo la justicia! ¡Dichoso el hombre que teme a Yahveh, que en sus mandamientos mucho se complace! Dichosos los que guardan sus dictámenes, los que le buscan de todo corazón, y los que, sin cometer iniquidad, andan por sus caminos. Dichosos todos los que temen a Yahveh, los que van por sus caminos. Del trabajo de tus manos comerás, ¡dichoso tú, que todo te irá bien! Tu esposa será como parra fecunda en el secreto de tu casa. Tus hijos, como brotes de olivo en torno a tu mesa. ¡Bendígate Yahveh desde Sión, que veas en ventura a Jerusalén todos los días de tu vida, y veas a los hijos de tus hijos ¡Paz a Israel! Gloría al Padre, gloría al Hijo y gloría al Espíritu Santo, como era en un principio ahora y siempre por los siglos de los siglos amén.

Oración de Jesucristo por sus discípulos:

Así habló Jesús, y alzando los ojos al cielo, dijo: «Padre, ha llegado la hora; glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti. Y que según el poder que le has dado sobre toda carne, dé también vida eterna a todos los que tú le has dado. Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo. Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste realizar. Ahora, Padre, glorifícame tú, junto a ti, con la gloria que tenía a tu lado antes que el mundo fuese. He manifestado tu Nombre a los hombres que tú me has dado tomándolos del mundo. Tuyos eran y tú me los has dado; y han guardado tu Palabra. Ahora ya saben que todo lo que me has dado viene de ti; porque las palabras que tú me diste se las he dado a ellos, y ellos las han aceptado y han reconocido verdaderamente que vengo de ti, y han creído que tú me has enviado. Por ellos ruego; no ruego por el mundo, sino por los que tú me has dado, porque son tuyos; y todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío; y yo he sido glorificado en ellos. Yo ya no estoy en el mundo, pero ellos sí están en el mundo, y yo voy a ti.

Padre santo, cuida en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno como nosotros. Cuando estaba yo con ellos, yo cuidaba en tu nombre a los que me habías dado. He velado por ellos y ninguno se ha perdido, salvo el hijo de perdición, para que se cumpliera la Escritura. Pero ahora voy a ti, y digo estas cosas en el mundo para que tengan en sí mismos mi alegría colmada. Yo les he dado tu Palabra, y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como yo no soy del mundo. No te pido que los retires del mundo, sino que los guardes del Maligno. Ellos no son del mundo, como yo no soy del mundo. Santifícalos en la verdad: tu Palabra es verdad. Como tú me has enviado al mundo, yo también los he enviado al mundo. Y por ellos me santifico a mí mismo, para que ellos también sean santificados en la verdad. No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí. Padre, los que tú me has dado, quiero que donde yo esté estén también conmigo, para que contemplen mi gloria, la que me has dado, porque me has amado antes de la creación del mundo. Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido y éstos han conocido que tú me has enviado. Yo les he dado a conocer tu Nombre y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me has amado esté en ellos y yo en ellos.» Amén.
Enzo de la Virgen
Junto con la Bienaventurada Virgen María, a quién la Biblia proclama: ¡Feliz porque ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!» recemos el Magnifica:
«Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador, porque, ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha …Más
Junto con la Bienaventurada Virgen María, a quién la Biblia proclama: ¡Feliz porque ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!» recemos el Magnifica:

«Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador, porque, ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre, y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón. Derribó a los potentados, de sus tronos, y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada. Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia, como había anunciado a nuestros padres, en favor de Abraham y de su linaje por los siglos.»
Un comentario más de Enzo de la Virgen
Enzo de la Virgen
Dios nos ha creado por amor, para que compartamos su eterna gloría, la gozosa comunión del Padre, Hijo y Espíritu Santo, y no se a ahorrado nada, para hacernos felices, todo ha sido un derroche de amor y ternura para con nosotros, “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna”. Nuestra esperanza no falla, porque …Más
Dios nos ha creado por amor, para que compartamos su eterna gloría, la gozosa comunión del Padre, Hijo y Espíritu Santo, y no se a ahorrado nada, para hacernos felices, todo ha sido un derroche de amor y ternura para con nosotros, “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna”. Nuestra esperanza no falla, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado. Y la mayor “prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros”

Dios quiere llenarnos de alegría, de paz en medio de todas las circunstancias de nuestra vida, incluso cuando estamos atravesando dificultades, en medios de las benditas pruebas y tribulaciones, Dios nos llama “Dichosos” y en verdad que podemos sentirnos dichosos, por poder contar con el amor misericordioso de Dios en todos los momentos.

En medio de un mundo lamentablemente paganizado, que busca sin encontrar a felicidad, en el poseer, en el materialismo, en el hedonismo y en poder, Jesucristo llama felices, a los pobres, a los que sufren, a los que se han mantenido castos, a los que tiene ansias de justicia, a los manso, a los pacientes, a los puros de corazón, a los perdonadores, a los pacíficos, a los caritativos, a los perseguido y maltratados por causa de la justicia ¿Pero porque los llama felices? Felices porque cuentan con su amor, cuentan con sus meritos y su eterno poder, dichosos porque Dios está de su lado, a su favor, y Dios tiene un propósito y de las aparentes derrotas, siempre saca sus más grandes victorias, como en la cruz del calvario. Bienaventurados porque Dios nos llama a compartir y disfrutar, una eternidad de amistad y unión con Él.