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Caso curioso: Un cura ladrón y el cardenal McCarrick

CatholicWorldReport.com publicó el 3 de agosto un análisis del curioso caso del reverendo John Mattingly (1946-2017) que robó en su parroquia.

El reverendo Mattingly nació en Washington D.C. Sufrió abusos a partir de 1954, a la edad de ocho años, por parte de un clérigo amigo de la familia. En 1972, fue ordenado sacerdote a la edad de 26 años.

En 1992, fue nombrado párroco de la iglesia de San Francisco Javier del condado de Santa María, en Leonardtown, Maryland. Allí sirvió hasta su jubilación anticipada por motivos médicos en 2010.

En mayo de 2017, el reverendo Mattingly se declaró culpable ante un tribunal de distrito de Estados Unidos de malversar 400.000 dólares de su parroquia, y fue condenado a un día de prisión, tres años de libertad condicional y 400.000 dólares de restitución. Murió de cáncer en octubre de 2017.

El reverendo Mattingly vivía modestamente en una casa heredada de sus padres y no por encima de sus posibilidades.

Sufrió importantes dolencias mentales y físicas durante gran parte de su edad adulta. A partir de 1984, el reverendo Mattingly comenzó un tratamiento psiquiátrico ambulatorio por "depresión, trastorno de pánico, trastorno de estrés postraumático y trastorno de ansiedad" debido a los abusos que sufrió de niño.

No comenzó su actividad delictiva hasta 2004, cuando tenía 58 años, tras 34 años de servicio sacerdotal.

Según el memorando de sentencia presentado por el abogado defensor de Mattingly, el catalizador para convertirse en ladrón fue un encuentro con el cardenal McCarrick, que fue arzobispo de Washington de 2001 a 2006.

Mattingly le contó a McCarrick los abusos sufridos en su infancia y le pidió ayuda para crear un fondo de ayuda a otras víctimas de abusos sexuales. McCarrick respondió que no quería oírlo y que Mattingly no debía revelar a nadie el nombre del sacerdote abusador.

Mattingly comenzó entonces a malversar dinero de su parroquia. Entre septiembre de 2004 y septiembre de 2010, Mattingly depositó más de 500 donativos de la parroquia (por un total de 400.000 dólares) en cuentas bancarias personales.

Tras su dimisión, se descubrió su malversación durante una auditoría financiera. La archidiócesis de Washington le suspendió del ministerio sacerdotal y alegó que el padre Mattingly robó otros 158.000 dólares en efectivo.

Nunca se estableció ningún fondo de caridad y el dinero permaneció en las cuentas personales del reverendo Mattingly, quien justificó sus acciones porque creía que la Iglesia tenía una obligación financiera con él y con otras víctimas de abusos sexuales por parte del clero.

En 2014, el caso fue remitido a las autoridades civiles que le declararon culpable en 2017. El reverendo Mattingly recibió un funeral en su antigua parroquia, la iglesia de San Francisco Javier.

Traducción IA