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Edad de la Virgen María Muriendo San José, Revelación de Sor María de Jesús de Ágreda. EfraínHurtado el 8 de febrero 2015. La Santísima Virgen María tenía un poco más de 41 años, sin llegar a los …Más
Edad de la Virgen María Muriendo San José, Revelación de Sor María de Jesús de Ágreda.

EfraínHurtado el 8 de febrero 2015. La Santísima Virgen María tenía un poco más de 41 años, sin llegar a los 42, cuando su castísima esposo San José falleció extenuado por sus dolencias y enfermedades.Ella lo amaba como esposo con un amor purísimo y casto, por su santidad y por sus perfecciones; sufrió mucho la pérdida de San José porque lo amó de corazón.

El cuerpo de la Santísima Virgen María fue preservado del envejecimiento, enfermedades y dolencias que van apareciendo avanzando la edad en todos los mortales. Por los méritos anticipados de Nuestro Señor Jesucristo, ella fue preservada del pecado original: causante de que entrara la enfermedad y la muerte en el mundo. Si nuestro padre Adán no hubiera cometido el pecado original toda su descendencia hubiera sido santa, sin enfermedades, todos hubieran ido al cielo al morir; sin envejecer mas allá de una edad determinada por Dios, sus muertes hubieran sido como un sueño, como la dormición y muerte de la Santísima Virgen María. Por esta razón su cuerpo no sufrió cambio alguno a partir de los 33 años de edad, porque Nuestro Señor Jesucristo murió crucificado a esa edad y con esa misma resucitó en su cuerpo glorioso, todo por Cristo y a imitación de Cristo.

San José, el castísimo esposo de la virgen, fue purificado del pecado original en el vientre de su madre cuando tenía 7 meses de gestación, jamás tuvo sentimiento impuro o desordenado en toda su vida. Recibió abundantes gracias y virtudes de parte del Señor para que fuera digno esposo de su Santísima Madre la Virgen María; todos los dones recibidos por parte de Dios le sirvieron a San José para santificarse y ser el más perfecto de los hombres para casarse con la Virgen María y cuidar de ella. Era caritativo, afable, sencillo y llegó irreprensible a la edad en que se desposó con María Santísima.

Por mediación de María, ella le pidió a Dios que si la llamaba a tal estado le diera gracia y virtudes a su esposo para que se conformara con solo sus castísimos pensamientos y deseos. Dios la oyó y le infundió perfectísimos hábitos de todas las virtudes y dones. En la virtud de la castidad quedó más inflamado que el supremo de los serafines, la santidad de San José es mayor que la de los ángeles.

San José es el más grande de los santos, después de María. Con ayuda de Dios y por méritos propios se santificó aún mas y las virtudes y dones que recibió lo llevaron a una perfección proporcionada a la misión que el Señor le tenía preparada. El castísimo esposo de la Virgen María es el más amado por Dios entre todos los hombres.
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