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COMUNIÓN ESPIRITUAL - ORACIONES

Devocionario Católico: LA COMUNIÓN ESPIRITUAL, amoroso abrazo a Jesús Sacramentado

La Comunión Espiritual
consiste en el deseo
de recibir a Jesús Sacramentado
y en darle un amoroso abrazo,
como si ya lo hubiéramos recibido


(San Alfonso María de Ligorio)

La Comunión Espiritual se puede hacer en cualquier momento del día y en cualquier lugar, aunque lo más apropiado es realizarla en la Visita a Jesús Sacramentado.

La Comunión Espiritual NO sustituye la Comunión Sacramental que recibimos en la Santa Misa, sino que es como un anticipo de la misma, un deseo sincero de comulgar, de recibir a Jesús Sacramentado en nuestro corazón, por eso, y al igual que ocurre con la Comunión Eucarística, debemos tener preparación previa:

Estar en gracia de Dios -no tener conciencia de pecado mortal- , hacer un acto de Fe en la Presencia Real de Nuestro Señor en el Santísimo Sacramento -donde Jesús se encuentra con Su Cuerpo, Su Sangre, Su Alma y Su Divinidad. A continuación, formulamos el deseo de comulgar espiritualmente, mediante un deseo sencillo o bien usando de alguna de las oraciones que los Santos nos han legado para tal caso, como por ejemplo la de la imagen que acompaña estas líneas.

Después de un momento de intimidad con Jesús, al que albergamos en nuestro pecho después de comulgar, concluiremos haciendo una sincera acción de gracias, por cuantos beneficios va a causar recibir a Nuestro Señor por este medio de la Comunión Espiritual.

Si alguna vez asistimos a la Santa Misa y por desgracia estuviésemos en estado de pecado mortal o tal vez por otra causa grave no pudiésemos comulgar, el formular una Comunión Espiritual hará que aprovechemos algunas de las gracias que hubiésemos obtenido de haber comulgado sacramentalmente; si estamos en pecado mortal -y hasta que podamos confesar- es preferible realizar comuniones espirituales antes que cometer el sacrilegio de ir a comulgar en Misa sin la debida preparación.

La Comunión Espiritual es la manera más rápida de unirnos a Jesús Sacramentado; por eso te animo a que al poco de despertar, después de rezar tus oraciones básicas, continúes arrodillado y así, en presencia de Dios y de Nuestra Santa Madre, te representes por un momento ante el Sagrario: adora a Jesús, Prisionero del Tabernáculo, dale gracias por estar noche y día preso por tu amor y el mío; luego, formula la Comunión Espiritual y toma así el alimento que te sostendrá durante la jornada.

Sería ideal que a partir de hoy te propongas hacer muchas comuniones espirituales a lo largo del día, no sólo por tu propio provecho sino como un acto de amor y reparación al Corazón Eucarístico de Jesús, herido por cuantas almas comulgan fríamente, sin la debida preparación o por aquellas desgraciadas que lo hacen sacrílegamente... tu Comunión Espiritual, por la mañana, y todas las que puedas hacer después, en medio del transcurso de tus obligaciones, procura que sean preparadas, fervorosas y agradecidas; así repararás por otras muchas comuniones mal hechas y por todas aquellas que se han dejado de hacer.

Los Santos y su amor
por la Comunión Espiritual


"Si sufrimos penas y disgustos, Él nos alivia y nos consuela. Si caemos enfermos, o bien será nuestro remedio, o bien nos dará fuerzas para sufrir… Si nos hacen la guerra el demonio y las pasiones, nos dará armas para luchar, para resistir y para alcanzar la victoria. Si somos pobres, nos enriquecerá con toda suerte de bienes en el tiempo y en la eternidad". (San Juan María Vianney)

"Cuando no puedo asistir a la Santa Misa, adoro el Cuerpo de Cristo con los ojos del espíritu en la oración, lo mismo que le adoro cuando le veo en la Misa." (San Francisco de Asís)

Santa Catalina de Siena, durante un éxtasis, vio a Jesús Nuestro Señor con dos cálices, y le dijo: "En este cáliz de oro pongo tus Comuniones Sacramentales y, en éste de plata, tus Comuniones Espirituales. Los dos cálices me son agradables".

Santa Teresa de Jesús enseña que "Cuando no podáis comulgar ni oír Misa, podéis comulgar espiritualmente, que es de grandísimo provecho".

San Juan María Vianney, el Cura de Ars, predicaba que “Una Comunión Espiritual actúa en el alma como un soplo de viento en una brasa que está a punto de extinguirse. Cada vez que sientas que tu amor por Dios se está enfriando, rápidamente haz una Comunión Espiritual”.

San Antonio María Claret tenía siempre este propósito: "Tendré una capilla fabricada en medio de mi corazón y en ella, día y noche, adoraré a Dios con un culto espiritual".

"A veces, la Comunión Espiritual puede traer las mismas gracias que la sacramental" (Padre Maximiliano Kolbe)

Comunión espiritual

Comunión espiritual. Fórmula extendida:

Jesús mío, creo que Tú estás real y verdaderamente en el Cielo y en el Santísimo Sacramento; te amo sobre todas las cosas y deseo ardientemente recibirte dentro de mi alma; ya que no te puedo recibir sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón.

El Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo guarden mi alma para la vida eterna. Amén.

(Pausa)

Y como si ya te hubiese recibido físicamente, te abrazo y me uno del todo a Ti. No permitas que me separe de Ti.

Te suplico, oh Señor mío Jesucristo, que la ardiente y dulce fuerza de tu amor embargue toda mi alma, a fin de que muera de amor por Ti, tal como Tú te dignaste morir de amor por mí. Amén.

Comunión espiritual. Fórmula estándar:

Jesús mío, creo que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento, te amo sobre toda las cosas, y te deseo en el interior de mi alma. Ya que en este momento no puedo recibirte sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón; estando dentro de mí, yo te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas nunca que me separe de Ti.

(Pausa)

Eterno Padre, yo te ofrezco la Sangre preciosísima de Jesucristo, como pago por mis pecados, en sufragio de las almas del purgatorio, por la conversión de los pecadores, y por las necesidades de la Santa Iglesia.

Comunión espiritual. Fórmula breve:
Yo te recibo, Cristo Santo, en mi corazón. Quédate siempre conmigo. Estando dentro de mí, yo te amo y te adoro. No permitas nunca que me separe de Ti.

- Acto de desagravio a Jesús Sacramentado.
- Visita espiritual al Santísimo.

Qué es la comunión espiritual
La Comunión Espiritual no es primordialmente una sustitución de la Comunión Sacramental, sino más bien anticipación y extensión de sus frutos. Según la doctrina católica, las Comuniones espirituales deben siempre tener la Comunión sacramental como meta.

La Comunión Espiritual puede repetirse muchas veces al día. Puede hacerse en la iglesia o fuera de ella, a cualquier hora del día o de la noche, antes o después de las comidas. Los que están en pecado mortal deben hacer un acto previo de contrición, si quieren recibir el fruto de la Comunión Espiritual.

Un acto de comunión espiritual, expresado mediante cualquier fórmula devota, es recompensado con una indulgencia parcial.

El Sacro Concilio de Trento alaba mucho la Comunión espiritual, y exhorta a los fieles a practicarla.

La Comunión espiritual consiste, según Santo Tomás, en un deseo ardiente de recibir a Nuestro Señor Jesucristo sacramentalmente y en amoroso abrazo, como si se lo hubiera ya recibido.

Juan Pablo II: "Es conveniente cultivar en el animo, el deseo constante del sacramento eucarístico. De aquí ha nacido la práctica de la comunión espiritual".

San Juan María Vianney, el Cura de Ars, decía: "Una Comunión espiritual actúa en el alma como un soplo de viento en una brasa que está a punto de extinguirse. Cada vez que sientas que tu amor por Dios se está enfriando, rápidamente haz una Comunión espiritual".

Decía la beata Juana de la Cruz, que la Comunión espiritual se puede hacer sin que nadie lo note, sin necesidad de ayuno o de permiso del director, y a la hora que nos plazca: con hacer un acto de amor, está hecha. (San Alfonso María de Ligorio, Obras Ascéticas, "El amor de las almas").

Decía S. Antonio María Claret: "Tendré una capilla fabricada en medio de mi corazón y en ella, día y noche, adoraré a Dios con un culto espiritual".

Sta. Catalina de Siena tuvo una visión. Vio a Jesús con dos cálices y le dijo: En este cáliz de oro pongo tus comuniones sacramentales y, en éste de plata, tus comuniones espirituales Los dos cálices me son agradables.

A otra mística, Santa Faustina Kowalska, Jesús Misericordioso le comunicó esto: "Si practicas el santo ejercicio de la Comunión espiritual varias veces al día, en un mes verás tu corazón completamente cambiado".

Santa Teresa de Jesús escribió: "Cuando no comulgáreis y oyédesis misa, podéis comulgar espiritualmente, que es mucho lo que se imprime el amor ansi deste Señor".

San Maximiliano Kolbe, además de recibir la Eucaristía, hacía visitas frecuentes al Santísimo Sacramento: hasta diez veces al día. Esto no fue suficiente para él. Y, siguiendo a San Francisco de Sales, decidió hacer Comuniones Espirituales cada 15 minutos. A veces, dice San Maximiliano, la Comunión espiritual puede traer las mismas gracias que la sacramental.

San Josemaría Escrivá de Balaguer aprendió de un padre escolapio la oración de la comunión espiritual cuando se preparaba para hacer su Primera Comunión en 1912. Esa oración es hoy familiar a miles de personas en el mundo entero. En su predicación aconsejó la práctica de la comunión espiritual avalado por su personal experiencia: "¡Qué fuente de gracias es la Comunión espiritual! Practícala frecuentemente y tendrás más presencia de Dios y más unión con El en las obras".


Hagamos cada día una comunión espiritual, y varias si no te es posible hacer la comunión física.
DEFENSA DE LA FE
HERMOSA UN GRAN SANTO SAN ALFONSO LIGORIO