3
4
1
2
jamacor
400
"Las personas santas se entienden muy bien" Entrevista "Las personas santas se entienden muy bien" Entrevista sobre Juan Pablo II, don Álvaro y el Opus Dei realizada por Michele Dolz al Obispo Prelado …Más
"Las personas santas se entienden muy bien"

Entrevista
"Las personas santas se entienden muy bien"
Entrevista sobre Juan Pablo II, don Álvaro y el Opus Dei realizada por Michele Dolz al Obispo Prelado del Opus Dei Monseñor Javier Echevarría, publicada en la revista Studi Cattolici.


Michele Dolz | Todos conservamos aún en los ojos las imágenes de las interminables filas para honrar los restos mortales de Juan Pablo II y la petición – santo subito – que se elevó de la plaza ya el día de su funeral. Pasados seis años, y ante su inminente beatificación, es natural recordar y reflexionar sobre tan imponente figura. Muchos lo han hecho y lo harán.

Combo de imágenes del recién proclamado beato, Juan Pablo II y San Josemaría

Hoy hablamos con mons. Javier Echevarría, Prelado del Opus Dei, que ha tenido el privilegio de estar muy cerca de Juan Pablo II durante todo su pontificado. Le pedimos recuerdos que ayuden a comprender la persona del nuevo beato. Como es lógico, nos detendremos especialmente en la relación de Juan Pablo II con el Opus Dei.

¿En qué medida intervino Juan Pablo II en el gobierno del Opus Dei? ¿Dio indicaciones?
Lo más importante, claro está, fue la erección del Opus Dei en Prelatura personal, acto con el que ponía esta parte de la Iglesia formada por laicos y sacerdotes, hombres y mujeres de toda clase y condición, bajo la jurisdicción de un prelado para que – también con su presbiterio – sirviera mejor a la Iglesia universal, en comunión con las iglesias particulares.
www.es.josemariaescriva.info/articulo/entrevista-don-…

En la imagen, San Josemaría en primer plano. Tras él, Don álvaro del Portillo y Don Javier Echevarría
Por lo demás, sugería al Prelado iniciativas apostólicas, ya que estaba muy convencido de la eficacia del apostolado personal de cada fiel del Opus Dei y de quienes – personas de todos los ambientes de la sociedad – se acercan a la labor apostólica de la Obra.
Una petición expresa del Papa, por ejemplo, fue la erección del seminario internacional Sedes Sapientiae, en Roma, con el objeto de formar sacerdotes que pudieran ser luego formadores en seminarios de diversos países, también de los que acababan de alcanzar la libertad tras el periodo de dominio soviético.

A sugerir iniciativas de apostolado le animaba también la respuesta de don Álvaro, siempre pronta y fiel. Juan Pablo II venía hablando de la nueva evangelización al menos desde 1981, pero fue en 1985 cuando dio un fuerte impulso a esta prioridad pastoral, sobre todo, en los países de la Europa occidental y América del Norte, donde los síntomas del secularismo iban creciendo de modo alarmante. Una fecha simbólica es la del 11 de octubre de 1985, día en que el Santo Padre concluyó un Sínodo extraordinario de Obispos, celebrado en Roma, invitando a la Iglesia a un renovado impulso misionero, deseo que comentó con el Prelado en una conversación. Don Álvaro se hizo eco inmediatamente de este programa, y ya con fecha 25 de diciembre del mismo año escribió una Carta pastoral a los fieles de la Prelatura, urgiéndoles a colaborar con todas sus fuerzas en esta tarea, que era particularmente necesaria sobre todo en los países de la vieja Europa, Estados Unidos y Canadá.

Monseñor Javier Echevarría, Prelado del Opus Dei, a quien se dirigen las preguntas de esta entrevista
A partir de entonces, redobló su esfuerzo pastoral en este sector, con viajes frecuentes a países europeos. Los años 1987 a 1990 se caracterizan por la extensión de este empeño a otros continentes: Asia y Oceanía, América del Norte y África.

El Papa invitó a don Álvaro a empezar la labor de la Obra en los países escandinavos. Y, naturalmente, en Polonia. Puntualizaba que era muy importante difundir entre el pueblo de Dios en Polonia la necesidad de la dirección espiritual personal y sabía cómo ésta se practicaba asiduamente en el Opus Dei.

Este aliento a seguir en la misión evangelizadora con el espíritu propio del Opus Dei, el Papa lo siguió dando a don Álvaro – como luego hizo conmigo – hasta el final de su vida. El 13 de enero 1994 le concedió una audiencia, en la que el Prelado le informó sobre el desarrollo de la labor apostólica de los fieles del Opus Dei y de otras muchas iniciativas que tenía en proyecto; el Papa insistió sobre la necesidad de seguir empeñándose en la nueva evangelización de la sociedad.

Don Álvaro salía de aquellas audiencias muy reconfortado, con renovada conciencia de la necesidad de hacer siempre el Opus Dei – como había visto en San Josemaría – viviendo en plena unión con el sucesor de Pedro y los demás Obispos.

A la izquierda la imagen oficial de la canonización de San Josemaría. A la derecha, la de la beatificación de Juan Pablo II

En esas audiencias, el Papa le dio varias indicaciones, junto al estímulo para continuar en las labores apostólicas que ya se realizaban: por ejemplo, la recomendación de que se trabajara muy a fondo en el apostolado con los intelectuales, especialmente a través de quienes ya se …