Es el colmo, y los que siguen a Bergoglio ya han de estar tomados por lo sentimental de no criticar las plumas y al 'pobrecito' indígena, cuando rechazamos al pecado, no al pecador.
No deja de sorprender como, muchos que se suponen católicos, son convencidos desde la
manipulación netamente diabólica con Esa forma que usan los oradores protestantes de televisión, cual vendedor de la pócima que aliviara todo, como entrenan a políticos, que usan a la
empatía maleable y la ignorancia de quienes ven en la naturaleza=poderes y de la pobreza y sencillez=alimentan: ¿por qué a mí? y no ayudan a verla como una oportunidad de Santidad, superación honesta como mucha gente ha logrado salir adelante, con evangelización y estudios.
Pobre con techo y vestido, un plato de frijoles, de los cuales la Madre Teresa dijo: No hay miseria, hay pobreza por la flojera con casa y comida, busco miseria, por eso en muchos lugares de México se retiró.
Ahora,
no quieren dejar su adoración por los Dioses, el becerro de oro.
Una cosa es el folclor y cultura y otra cosa es no ser evangelizar a la gente para sacarla del error y bautizarlos.
Atacan a los españoles y ellos llegaron a México, por ejemplo, a evangelizar y trajeron consigo a la Virgen de los Remedios en 1519
Gracias a esa evangelización lo salvaje se fue apagando, hasta la aparición de la Virgen de Guadalupe, Emperatriz de América, El 12 de diciembre de 1531. Que logró la conversión de los indígenas.
relatosehistorias.mx/…/virgen-de-los-r…La Virgen de los Remedios fue la primera imagen religiosa venerada en la Nueva España, desde el momento de la Conquista de México-Tenochtitlan. Por ello sería invocada como “patrona de las lluvias y temporales, defensora de los españoles, abogada de los indios, y conquistadora de México”.
Dicha imagen de la Virgen María llegó a estas tierras en 1519, como un objeto de devoción de uno de los soldados de Hernán Cortés llamado Juan Rodríguez Villafuerte, quien la trajo de España, probablemente de Alcántara, en Extremadura, o de Tolosa, en Vasconia, donde se le rendía culto desde el siglo VIII.
Como protectora de la empresa de conquista, la imagen presidió la primera misa que celebró el padre Bartolomé de Olmedo en la Villa Rica de la Vera Cruz. Una vez entradas las tropas de Cortés a la gran Tenochtitlan, el conquistador ordenó a Villafuerte colocar la cruz y la virgen en el Templo Mayor, donde en sustitución de los dioses mexicas fue venerada por los soldados españoles ante el asombro de los indígenas, según refiere Bernal Díaz del Castillo. Aunque existe otra versión que señala que fue otra imagen llamada “la Conquistadora” (venerada durante el Virreinato en la catedral de Puebla), la que se colocó por primera vez en el Templo Mayor; esta representación mariana fue regalada después por Cortés a los tlaxcaltecas por la ayuda que le prestaron en contra del imperio azteca.