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El Ministerio de la Verdad

El Ministerio de la Verdad Pedro L. Llera, el 24.02.18 a las 9:36 PM El 12 de julio de 2017, escribía en este mismo blog un artículo titulado Martirio o Apostasía: Silencio de Scorsese. Perdonen que …Más
El Ministerio de la Verdad
Pedro L. Llera, el 24.02.18 a las 9:36 PM
El 12 de julio de 2017, escribía en este mismo blog un artículo titulado Martirio o Apostasía: Silencio de Scorsese. Perdonen que me cite a mí mismo - ya sé que no queda muy elegante - pero allí escribía lo siguiente:
Imaginemos una sociedad dominada por una oligarquía tiránica: un pequeño grupo de iluminados – pequeño pero muy poderoso – que pretendiera cambiar el mundo, acabar con la civilización cristiana e imponer su inmoralidad, su ideología y su filosofía a todo el mundo. Pero sin que se note. Se trata de esclavizar sin que los muy cretinos se enteren de que son esclavos. Ya no hace falta recurrir a la fuerza de las armas para imponer una dictadura. Eso es muy antiguo. Hay que convertir a los ciudadanos en siervos mientras las víctimas aplauden y dan gracias por su esclavitud. Y así, todos tragan, asumen, aceptan. “Podréis hacer lo que os dé la gana, lo que os apetezca (por pervertido que pudiera resultar), lo …Más
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Los seres humanos, pequeñitos, insignificantes, solo son grandes cuando viven con Dios, cuando conectan con su Dios. He ahí su grandeza, el ejercicio de su libertad.
Cuando no vivimos con Dios, cuando perdemos la conexión con nuestro creador, tratamos de encontrar la grandeza en nuestros egos, en las cosas de la tierra, de la vida en la tierra, del mundo. Renunciando a nuestra inmortalidad con Dios …Más
Los seres humanos, pequeñitos, insignificantes, solo son grandes cuando viven con Dios, cuando conectan con su Dios. He ahí su grandeza, el ejercicio de su libertad.
Cuando no vivimos con Dios, cuando perdemos la conexión con nuestro creador, tratamos de encontrar la grandeza en nuestros egos, en las cosas de la tierra, de la vida en la tierra, del mundo. Renunciando a nuestra inmortalidad con Dios, buscamos desesperadamente un substituto, acudiendo al ego, tratamos de convertir al ser humano en dios.. para qué queremos a Dios si nos tenemos a nosotros mismos, nos decimos.
Ya nuestro pensamiento no nos pertenece, sino que depende de la aprobación de nuestras instituciones, que nos dicen que está bien o mal pensar. Nuestra historia tampoco. Nuestros parlamentos nos dicen qué ha ocurrido en nuestro pasado y cómo.
Tampoco la educación de nuestros hijos. El estado nos dice como educarlos, como tratarlos, como adoctrinarlos, como han de ser y en qué han de creer.
La lista es larga. El estado ya no está al servicio del ciudadano, sino el ciudadano al servicio del estado. Como un gran dragón, se alimenta y crece, substituye a Dios, y en el proceso esclaviza al hombre.
Se trata de la aplicación en el ser humano de la experiencia adquirida por este en la domesticación de los animales, estudiando el comportamiento, las fortalezas y las debilidades, las necesidades, los vicios, los deseos, las envidias, la psicología del comportamiento. Finalmente, se crean necesidades (publicidad, competencia, deseo, estatus..) se satisfacen estas necesidades (consumo, sexo..) y para conseguirlo se "presta" a crédito (deuda). Para satisfacer está deuda el humano da a cambio su energía, su trabajo, su esfuerzo, su tiempo. Ya está domesticado.
Sus esfuerzos por salir de tal situación, su espiritualidad, Dios; son sofocados, se reescribe su historia, se condiciona su comportamiento, se dirige su pensamiento y ahora su sexualidad y su condición de género.
La 🐄 el 🐕 la 🐑 el 🏇 el 🐈... No son conscientes de estar domesticados. Nosotros tampoco.