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“Dubia” por el cardenal Zen sobre las orientaciones pastorales de la Santa Sede respecto al registro civil del clero en China

5 de julio de 2019, en “Dubia” by Cardinal Zen on the pastoral guidelines of the Holy See concerning the civil registration of the clergy in China [en su página web: oldyosef.hkdavc.com]

Ante todo, encuentro extraño que el documento sea emitido por “la Santa Sede”, sin especificar cuál Departamento lo hace y sin firma del funcionario responsable.

En los parágrafos 1 y 2 el documento explica el problema y la solución general.

1. El problema es que el gobierno renegó de sus promesas respecto a la doctrina católica. En el registro civil del clero, casi siempre se requiere que el clero acepte el principio de auto gobierno, auto apoyo y auto propagación de la Iglesia en China (esto podría completarse con lo que la carta del papa Benedicto XVI dice en el punto 7.8: “adoptar actitudes, hacer gestos y asumir compromisos que son contrarios a los dictados de su conciencia como católicos”.

2. Enfrentado con esta compleja situación, la cual no es siempre la misma en todos lados, la Santa Sede proporcionó un bosquejo general sobre cómo comportarse: por un lado, dice que no pretende forzar a las personas; en consecuencia, pidiendo (pero omitiendo decir explícitamente “al gobierno”) respeto a la conciencia de los católicos. Por otro lado, declara como principio general que “la condición clandestina no es un rasgo normal de la vida de la Iglesia”, es decir, es normal para ella salir de la misma.

Con respecto a la cita de la carta del papa Benedicto XVI, en el punto 8.10, me tomé la libertad de tomar casi todo el parágrafo:

(a) “Algunos de ellos, no queriendo estar sujetos a un control indebido ejercido sobre la vida de la Iglesia, y dispuestos a mantener total fidelidad al sucesor de Pedro y a la doctrina católica, se han sentido obligados a optar por una consagración clandestina”.
(b) “La condición clandestina no es un rasgo normal de la vida de la Iglesia”,
(c) “y la historia muestra que pastores y fieles tienen que recurrir a ella sólo en medio del sufrimiento, con el deseo de mantener la integridad de su fe”,
(d) “y resistir las interferencias de las agencias del Estado en cuestiones que pertenecen íntimamente a la vida de la Iglesia”.

Al padre Jeroom Heyndrickx y al cardenal Parolin les gusta citar solo la parte (b); y el papa Francisco también agrega la parte (c); pero me parece que las partes (a) and (d) son importantes también.
El parágrafo muestra claramente que la no-normalidad no es la opción del clero clandestino, la opción es inevitable. ¡Es la situación la que es anormal! ¿Ha cambiado esta situación ahora?

3. El tercer parágrafo largo trata de probar lo que se sugiere en el parágrafo 5.
Primera prueba: la Constitución que garantiza la libertad religiosa. ¿Qué nos dice la larga historia de persecución, a pesar de la Constitución?

Segunda prueba: Después del Acuerdo, lógicamente la “independencia” no debería ser ya entendida como una independencia absoluta, sino…

Primero de todo, si no puedo ver el texto del Acuerdo, es difícil para mí creer que ellos han reconocido realmente el “rol específico del sucesor de Pedro”.

¿Hay algo lógico en los sistemas totalitarios? La única lógica es que, según Deng Xiaoping, un gato blanco es lo mismo que un gato negro, en tanto y en cuento sirve a los propósitos del Partido.
En el período inmediatamente posterior al acuerdo no ha cambiado nada. Todo ha sido oficialmente reafirmado y los hechos lo prueban.

Tercera prueba: El contexto del diálogo “consolidado”. ¿El documento no reconoce que el gobierno ha renegado de sus promesas, tal como se advierte en los parágrafos 1 y 9 de este documento?

Cuarta prueba: Todos los obispos están legitimados.

Esto solo prueba la ilimitada generosidad del Papa o quizás la presión todopoderosa del gobierno, pero no vemos un cambio en la parte de lo perdonado y “recompensado”; no hay un solo signo de arrepentimiento; solamente actos claros de triunfo sólido, riéndose de los otros que han apostado al caballo perdedor.

4. El parágrafo 4 declara que las razones antes mencionadas justifican una nueva actitud. Aquí al menos está la honestidad de decir que lo propuesto es algo nuevo, y que entonces no está en continuación con el pasado, sino que es una negación del pasado como algo que ya fue, algo que ya no es válido.

Se dice también que la Santa Sede está tratando de acordar con el gobierno una fórmula (y tiene ambas formas).

Pero nuestra pregunta es: “¿Una fórmula”? Lo que se está pidiendo y se ha aceptado no es la declaración de una teoría: es todo un sistema, un régimen en el que no habrá libertad pastoral, en el que todos seguirán las órdenes del Partido, incluyendo que se prohíbe a los menores de 18 años que participen en alguna actividad religiosa.

5. En el parágrafo 5 encontramos propiamente las orientaciones pastorales. En síntesis [dice que]: es correcto firmar todo lo que el gobierno requiere, posiblemente con una aclaración escrita que niega lo que se firma. Si no es posible la aclaración escrita, que se la haga verbalmente, con o sin un testigo. En tanto y en cuanto no hay intención de aceptar conscientemente lo que en realidad se firmó.

Se firma un texto contra la fe y se declara que la intención es promover el bien de la comunidad, una evangelización más adecuada y la administración responsable de los activos de la Iglesia. ¡Esta regla general es obviamente contraria a toda la teología moral fundamental! ¡Si fuese válida, incluso justificaría la apostasía!

6. En el parágrafo 6 se dice que la Santa Sede comprende y respeta a los que, con buena conciencia, no aceptan la regla arriba mencionada. Obviamente, esto es compasión hacia una minoridad “obstinada” que todavía no llega a comprender la nueva regla.

7. El parágrafo 7 habla de ciertas obligaciones que recaen en los obispos, citando un documento que no tiene nada que ver con nuestro tema.

8. En el parágrafo 8 se dice que el creyente debería aceptar la decisión de sus pastores. ¿Qué significa eso? ¿Qué no tienen la libertad individual para elegir? ¿Su conciencia no debe ser respetada?
Cuando los hermanos de China me preguntan lo que yo hago, siempre he dado esta respuesta: respeto las decisiones de los otros y hay que permanecer firmes en la convicción de la propia conciencia. Esto es porque no tengo autoridad para imponer mis puntos de vista a otros sobre lo que está bien o está mal. ¿Pero la Santa Sede no tiene la autoridad y, en consecuencia, el deber de aclarar precisamente esto a los miembros de la Iglesia? ¿Las Orientaciones Pastorales están haciendo eso?

9. En el parágrafo 9 se dice que en el interín la Santa Sede pide (y omite de nuevo la palabra “al gobierno”) que las comunidades católicas no oficiales no sean sometidas a presiones indebidas, como en el pasado.

La decisión de no usar la palabra “gobierno” es casi como hacer la reverencia tradicional sin mencionar el nombre del Emperador.

Finalmente, se recomienda que todos disciernan la voluntad de Dios con paciencia y humildad. Aunque pregunto: ¿en algún lugar se perdió la constancia de la fe?

Luego dice que “el itinerario de la Iglesia en China [está] marcado… con mucha esperanza a pesar de las dificultades permanentes”. Pero me parece que los hechos han destruido todo fundamento de esperanza humana. Dado que la esperanza en Dios nunca puede ser separada del deseo sincero de sufrir de acuerdo con Su Voluntad [As for hope in God, it can never be separated from the sincere desire to suffer in accordance with His Will].

Este documento ha trastornado lo que es normal y lo que es anormal, lo que es correcto y lo que es lamentable. Los que lo escribieron quizás esperan que la minoría piadosa muera una muerte natural.

En esta minoría no solo incluyo a sacerdotes clandestinos, sino también a los numerosos hermanos en la comunidad oficial que han trabajado con gran tenacidad para lograr un cambio, esperando el respaldo de la Santa Sede.

Que el Señor no permite el cumplimiento de los deseos de quienes quieren la muerte, en mi querida patria, de la verdadera fe.

Publicado el 5 de julio en inglés, en “Dubia” by Cardinal Zen on the pastoral guidelines of the Holy See concerning the civil registration of the clergy in China [tomado de la página web del cardenal Joseph Zen: oldyosef.hkdavc.com]

Traducción al español por: José Arturo Quarracino