Cardenal Müller: Los cardenales conservan sus títulos y su dinero, pero niegan la fe - La agenda homosexual es “absolutamente idiota”
Müller explica que los disidentes - [Papas,] “cardenales, obispos, profesores de teología” - son “personas secularizadas” que se dicen “católicas”, conservan sus títulos y aceptan el dinero de la Iglesia, “pero no quieren aceptar la enseñanza de la palabra de Dios” y “no creen en lo que dice la Iglesia”.
Para Müller, estas personas son “materialistas” que no creen en la Revelación, sino en las pseudociencias. La referencia de Müller a los innombrados Marx y Hollerich es evidente. Su apoyo a la agenda del homosexualismo es, explica Müller, “totalmente idiota”, porque la mitología del homosexualismo va en contra de la naturaleza humana, “no sólo en un sentido biológico, sino también en filosófico”. En consecuencia, las “bendiciones” del homosexuallismo que quieren los obispos alemanes son “blasfemia”, porque niegan que el hombre haya sido creado hombre y mujer.
Ellos quieren destruir el sacerdocio oponiéndose al celibato y negando el sacramento del Orden Sagrado, convirtiendo así al sacerdote en una especie de trabajador social sin identidad, añade Müller.
Para él, los disidentes son cobardes porque no critican el mundo decadente ni califican el aborto de asesinato de niños, ya que temen ser atacados. En cambio, explotan los abusos sexuales para avanzar en su agenda, sin examinar las causas ni insistir en la ordenación de sacerdotes que puedan vivir en abstinencia.
Müller observa que el Reinhard Marx, el cardenal de Múnich, es favorecido a menudo por los medios de comunicación oligarcas, porque “es el mejor promotor de su objetivo: neutralizar a la Iglesia” e impedirle dar “respuestas a las profundas cuestiones existenciales”.
Imagen: Gerhard Ludwig Müller, © Mazur, CC BY-NC-SA, #newsYwkszpbddv
