Su obra se caracteriza por que, incluso en momentos de supremo éxtasis, no se olvida de las cosas de la vida práctica diaria, y además, que en su deseo de fusionarse con Diosél entrega todo su ser, todo esfuerzo espiritual y realidad física, la existencia cotidiana.
Santa Teresa de Ávila también escribe sobre sus recuerdos de un hecho terrible, que ella presenció y que la conmocionó y asustó tanto que no pudo recuperarse de él y experimentó un gran horror al recordarlo... Vio en el funeral el alma condenada de un hombre que vivió muy pecaminoso y murió en impenitencia, sin reconciliación con Dios en una santa confesión y sin los sacramentos... Murió
un respetable hombre rico, de quien luego supe que vivió mucho tiempo de manera muy pecaminosa, impía, inmoral y blasfema. No trabajó y rechazó a Dios... pero vivió sólo para sus malas e inmorales obras, para la riqueza y la malicia... Robó a muchas personas sus propiedades mediante fraude, puso a muchos en el palo del mendigo que le creyó. Vivió públicamente inmoralmente e hizo grandes escándalos... Pensó que viviría aquí durante cientos de años y por eso actuó de manera muy malvada y pecaminosa...
Estuve en su funeral junto con mucha gente...
Cuando el ataúd con el cuerpo fue bajado a la tumba en el funeral, de repente aparecieron muchas sombras negras desde el interior de la tierra y luego las vi claramente, eran repugnantes. seres del infierno... eran los propios demonios... había muchos de ellos, esos demonios ya estaban esperando al muerto en la tumba., Esos demonios se abalanzaron sobre el cuerpo y lo torturaron terriblemente... nadie vio eso... sólo quedé aterrorizado y lleno de miedo... pensé con horror, qué harán esos demonios con el alma del pecador... cuando hagan esto con su cuerpo...
Me sentí terriblemente asustado y horrorizado, y supe por la gente que él era un gran pecador y murió sin arrepentirse... El hombre había estado muy enfermo durante los últimos dos años, y parecía que la enfermedad finalmente lo reconciliaría con Dios y que mejoraría y se arrepentiría y se arrepentiría de todos los males de su vida... Pero el hombre finalmente en su lecho de muerte rechazó al sacerdote la Santa Confesión, no se arrepintió de sus crímenes, era engreído, orgulloso y burlado. El amor y la misericordia de Dios hasta su último aliento... así quedó endurecido hasta el último aliento, En la hora próxima de la muerte, el hombre incluso parecía querer reconciliarse con Dios...pero, muchos demonios lo rodearon y no se lo permitieron. que se arrepintiera... Y así murió... impenitente, sin una santa confesión y arrepentimientos... Vi demonios sonriendo, demonios regocijándose porque ya tienen su alma y la están llevando a la condenación eterna y al fuego del infierno... Así murió, impenitente, sin santa confesión. Su alma no tenía que llegar a la condenación eterna si se arrepentía y confesaba sus pecados... Dios en su amor y misericordia permitió que el hombre padeciera una enfermedad, que fue la última oportunidad para su conversión, pero el impenitente lo rechazó todo. .en el último momento obedeció al diablo y rechazó a Dios...
Lo que siguió después, durante la preparación para el funeral, vi muchos demonios torturando su cuerpo como si fuera un juguete. Lo torturaron, lo arrojaron aquí y allá con grandes horcas. La gente no tenía idea del estado de aquella alma, ni vieron nada... sólo yo lo vi todo... Me llené de horror cuando vi que lo llevaban a la tumba con grandes honores, porque era rico, entonces la gente lo elogió falsamente como un buen hombre, pero él era todo lo contrario... un gran pecador empedernido. Pensé en la bondad de Dios, no le dije nada a nadie, porque era tan terrible que probablemente ni siquiera me creerían... pero realmente lo vi todo y puedo decir que en los últimos momentos de la vida de una persona. vida, se libra una gran batalla por el alma del moribundo... junto a su lecho de muerte está el diablo, que le impide arrepentirse y convertirse... y también hay un ángel... que le suplica y lo llama... arrepentirse y pedir perdón a Dios,
La vista me dejó completamente atónito de terror. Durante la ceremonia del entierro, no vi ningún demonio, pero cuando el ataúd con el cadáver fue bajado a la tumba, vi innumerables demonios que ya lo esperaban en esa tumba. Estaba casi fuera de mí, con gran esfuerzo y superación escondí de la gente el horror que veía. Entonces los demonios se abalanzaron sobre el alma infortunada del pecador, como enjambres de sombras negras, oscuras rodearon el alma y se apoderaron de ella poderosamente y se elevaron por encima. la tumba y llevaron esa alma a la oscuridad del infierno, vi como esa alma se defendía, quería separarse de ellos... pero en vano... ya pertenecía al infierno y a la condenación... En mi espíritu Escuché gritos terribles, sonidos extraños... que luego se apagaron...
Pensé en eso, cuando ya torturaron su cuerpo, ¿qué hicieron los demonios con su alma?, si los pecadores que no quieren arrepentirse vieran todo esto… seguramente después de esa terrible visión inmediatamente le rogarían a Dios misericordia. .. ¡Si las almas que viven en una situación difícil de pecado vieran el horror terrible que vi! Creo que inmediatamente recurrirían a Dios. Aprendí de esto y comprendí cuán agradecida debo estar a Dios que con su gracia y amor me protege de la impensabilidad y de la condenación...
Finalmente le conté todo esto a mi confesor y él también quedó sorprendido y asustado por ello. Tiemblo de miedo al pensar en ello.... Santa Teresa de Ávila en sus recuerdos
