NOVIEMBRE, MES DE LAS ALMAS DEL PURGATORIO. DIA QUINTO. Rezar el Santo Rosario por los difuntos MEDITACION. Modo con que el fuego del Purgatorio atormenta a las almas. PUNTO PRIMERO. Siendo el fuego …Más
NOVIEMBRE, MES DE LAS ALMAS DEL PURGATORIO.

DIA QUINTO.

Rezar el Santo Rosario por los difuntos

MEDITACION.

Modo con que el fuego del Purgatorio atormenta a las almas.

PUNTO PRIMERO.

Siendo el fuego del Purgatorio corpóreo y material, ocurrirá tal vez a alguno el preguntar cómo pueda obrar en las almas despojadas de todo velo corpóreo. En aquella manera, responde el Pontífice san Gregorio, que Lucifer y los ángeles rebeldes, si bien son puros espíritus, no dejan de ser eternamente atormentados con el fuego material del infierno, así también antes del juicio universal lo pueden ser y lo son en efecto los espíritus humanos sin cuerpo, condenados al infierno ó al Purgatorio. El fuego de los abismos es un instrumento de la justicia de Dios, la cual puede castigar a un espíritu por medio de un cuerpo, como su omnipotencia anima a un cuerpo por medio de un espíritu. A nosotros es inconcebible y sorprendente el modo, pero no menos verdadero, concluye san Bernardino de Sena, pues imperdonable presunción seria el querer comprender con nuestras cortas luces las obras maravillosas del divino poder.

PUNTO II.

Esforzándose los Santos Padres y Doctores a darnos alguna explicación del modo con que el fuego del Purgatorio atormenta las almas encerradas en aquella cárcel, nos dicen que sucede por aligación; y quiere decir que aquellas almas no tienen ya el cuerpo que tenían en la vida; pero el fuego del Purgatorio se une y se pega a aquellos espíritus, sirviéndose de cuerpo tormentosísimo. Es esta una idea que nos llena de espanto y de horror; más nuestra idea es, siempre menor de la verdad. ¡Oh cuán inexplicable es el tormento que experimentan aquellas ánimas benditas!

PUNTO III.

Consideremos, pues, ¡oh cristianos! que aque llas almas no tienen como nosotros las manos corpóreas ó de carne, sino que las manos son de fuego; no tienen pies, sino que estos son de fuego; no tienen los otros miembros como los nuestros asimismo de carne, sino que todos son de fuego. De fuego es la cabeza que despide siempre centellas; de fuego el pecho, que siempre arde; de fuego las entrañas, que arrojan siempre llamas; de fuego todas las partes, que siempre crugen. No ven sino fuego, no oyen sino fuego, no respiran sino fuego, no tocan sino fuego: en el fuego están siempre, y se revuelven siempre en el fuego. ¡Oh fuego, fuego del Purgatorio! Solo con el fuego de la caridad puede vencerse y evitarse. Ardamos, pues, de suma caridad en esta vida si no queremos arder en la otra en el fuego del Purgatorio. -

ORACION.

Encended Vos ¡oh Señor! el fuego de la divina caridad en nuestros pechos, y haced que arda de tal manera que a todos nos santifique, que nos haga emplear a todos con empeño en socorrer y librar á nuestros hermanos difuntos de los insufribles ardores del Purgatorio.

El fuego que para ellos se apaga, se apaga tambien para nosotros; la piedad que usamos con ellos la encontraremos más abundante para nosotros; y purificados en las llamas de vuestro santo amor en esta vida, tanto más felizmente llegaremos al soberano manantial de él en la otra, cuanto con más generosa mano derramaremos al presente en el Purgatorio sus efectos.


EJEMPLO

.A la venerable madre Francisca del Santísimo Sacramento, carmelita, gran devota del Purgatorio, dejábanse ver a menudo con el permiso de Dios aquellas almas, no solo revestidas de fuego a manera de cuerpo abrasador, sino con los instrumentos también de los pecados cometidos en su vida que echaban fuego por todas partes. Un Prelado se le apareció revestido de los ornamentos sagrados, con la mitra en la cabeza, con el báculo en la mano; los ornamentos, la mitra, el báculo eran de fuego, y formaban su más cruel tormento en el Purgatorio, porque habían sido el objeto de su vanagloria en la tierra. Un sacerdote tenía la corona encendida y despidiendo llamas, abrasada la lengua más que un hierro hecho ascua, las manos centelleando de vivo fuego, la estola le servía de una cadena de brasas al cuello, y los otros ornamentos de una vestidura penetrante de llamas, por la irreverencia usada en el ejercicio del sagrado ministerio. Se la mostró un religioso rodeado de muchas y muy preciosas alhajas, sillas, mesas, piedras, pinturas y cuadros; mas todo de fuego, porque contra la profesion de la pobreza religiosa se deleitaba en vida en adornar su celda de escogidos muebles. Un escribano empuñaba un tintero de fuego, una pluma de fuego, un sello de fuego, en pena de la poca exactitud con que había ejercido su delicado oficio. Un caballero revolvía un mazo de papeles ardiendo y manejaba monedas encendidas, en castigo del inmoderado deleite que experimentaba en el divertimiento del juego. Todo en suma era fuego en las almas que se aparecían ; de fuego los vestidos, de fuego las insignias, de fuego hasta el aire que las rodeaba. Los pecados y los defectos son el pábulo de este fuego que cada uno puede encender y extinguir por sí mismo. Huyamos los defectos y los pecados, y se apagará para nosotros todo fuego del Purgatorio. (Fr. Joachim à s. Maria Carmel., discale., invita Ven. Franciscae à SS. Sacram., lib. II.)

Rezaremos cinco Padrenuestros, Ave Marías y Requiem en memoria de la Pasion de Nuestro Señor Jesucristo en sufragio de los fieles difuntos , suplicando al Eterno Padre que se apiade de sus almas por la sangre que derramó su divino Hijo, diciendo cinco veces:

JACULATORIA.

Eterno Padre, por la Sangre preciosísima de Jesús, misericordia.

Padrenuestro, Ave María y Requiem.

SUFRAGIO.

Induan illum tunica tua, et cingulo tuo confortabo eum. (Isai, xxII, 21.)

Con el vestido que se da al pobre en limosna, se obtiene alivio y refrigerio á las almas del Purgatorio. César Costa, Arzobispo de Capua, mirando al P. Julio Mancinelli con un vestido tan destrozado que apenas podía resguardarle del frío, le regaló un manteo de invierno, con el cual, saliendo un dia aquel religioso después de la muerte del Arzobispo, vió salirle al encuentro el Prelado difunto, que rodeado todo de vivo fuego le pedía por caridad aquella capa. Se la quitó prontamente de las espaldas el buen siervo de Dios, y se la dió al espíritu aparecido, el cual, embozándose en ella, en vez de quedar esta toda consumida por el fuego, detenía y estinguia de tal manera las ardientes llamas, que sintió grande alivio el difunto. Ahora que se acerca el invierno demos también nosotros si podemos alguna cosa á los pobres más necesitados con que cubran su desnudez en atención á las almas del Purgatorio, y así lo que repare á los pobres del frio mitigará á aquellas almas el ardor del fuego, y ellas sentirán grande alivio, y lo sentiremos también nosotros si por desgracia nos sucediese caer en tales llamas.

Añadiremos un Padrenuestro y Ave María por los propagadores de esta devocion.

EL JUICIO
Bajará al infierno el vicio,
Irá al cielo la virtud,
Vive con Solicitud
Preparado para el juicio.
¡Oh qué terrible suplicio
Para el que muera en pecado!
Mas para el que se ha lavado
En la sangre del Cordero,
Ya feliz le considero
A la gloria sentenciado.
De allí mira su patria suspirada
Y el no poder subir es su tormento.

SALMO 129.
De profundis clamavi ad te, Domine:
Domine, exaudi vocem meam.
Fiant aures tuæ intendentes
in vocem deprecationis meæ.
Si iniquitates observaveris, Domine:
Domine, quis sustinebit?
Quia apud te propitiatio est :
tuam sustinui te, Domine.
Sustinuit anima mea in verbo ejus:
speravit anima mea in Domino.
A custodia matutina usque ad noctem
speret Israel in Domino.
Quia apud Dominum misericordia,
et copiosa apud eum redemptio.
Et ipse redimet Israel
ex omnibus iniquitatibus ejus.
Requiem aeternam dona eis, Domine.
Et lux perpetua luceat eis.
A porta inferi. Erue, Domine, animas eorum.
Requiescant in pace. Amen.
Domine, exaudi orationem meam.
Et clamor meus ad te veniat.


Cuando se quieran hacer sufragios particulares por el alma de algún difunto, se dirá:

POR UN SOLO DIFUNTO
Inclina, Domine, aurem tuam ad preces nostras, quibus misericordiam tuam supplices deprecamur, ut animam famuli tui N. N., quam de hoc saeculo migrare jussisti, in pacis ac lucis regione constituas, et Sanctorum tuorum jubeas esse con Sortem

POR UNA SOLA DIFUNTA
Quaesumus, Domine, pro tua pietate miserere animae famulae tuae N. N., et à contagiis morta litatis exutam, in aeternae salvationis partem restitue.

ORACION POR LOS HERMANOS O POR OTROS PARIENTES O BIENHECHORES
Deus, veniæ largitor, et humanæ salutis ama tor, quæsumus clementiam tuam, ut nostræ congregationis fratres, propinquos et benefactores, qui ex hoc sæculo transierunt, Beata Maria semper Virgine intercedente cum omnibus Sanctis tuis, ad perpetuæ beatitudinis consortium pervenire concedas.

OREMUS.
Fidelium, Deus omnium Conditor et Redemptor, animabus famulorum famularumque tuarum remissionem cunctorum tribue peccatorum, ut indulgentiam, quam semper optaverunt, piis supplicationibus consequantur. Qui vivis et regnas in saecula saeculorum. Amen.
Requiem aeternam dona eis, Domine. Et lux perpetua luceat eis.
Requiescant in pace. . Amen.


*Requiem:

Requiem aeternam dona eis, Domine.

Et lux perpetua luceat eis.