NOVIEMBRE, MES DE LAS ALMAS DE PURGATORIO. DIA CUARTO MEDITACION. Atrocidad del fuego. PUNTO PRIMERO Para formarnos alguna idea de la atrocidad del fuego del Purgatorio, imaginemos que, según la frase …Más
NOVIEMBRE, MES DE LAS ALMAS DE PURGATORIO.

DIA CUARTO

MEDITACION.

Atrocidad del fuego.

PUNTO PRIMERO

Para formarnos alguna idea de la atrocidad del fuego del Purgatorio, imaginemos que, según la frase de la Escritura, Dios Nuestro Señor reuna y acumule todos los males del universo, y exprimiendolos, extraiga de ellos la esencia más pura y el espíritu mas subido, y con tal espíritu encienda el horno del Purgatorio. ¿Podría, por ventura, imaginarse incendio más grave y más terrible que este? Ahora bien; espíritu de ardor es precisamente llamado por el Profeta el fuego del Purgatorio; espíritu que con la mayor actividad penetra y despedaza, no ya los cuerpos, sino las almas solas de los difuntos en lo más íntimo de sus sentidos. ¿Y qué corazón hay tan duro que no se conmueva a tan grande acerbidad de suplicio?

PUNTO II.

Por tanto, no una sola sensación dolorosa produce aquel fuego en las almas que lo sufren, sino tantas sensaciones en una cuantos son los géneros de tormentos. Sean enhorabuena diversos entre sí por naturaleza, opuestos por principios y contrarios por los efectos; pero por un prodigio de la Divina Justicia todos se coaligan, se compenetran, y conspiran juntamente a atormentar de sobremanera a las almas del Purgatorio. Por consiguiente, calor y frio, hambre y sed, fastidio y congojas, tinieblas y espantosísima luz, todos a un tiempo se sufren en el solo fuego, y forman el continuado martirio de cada ánima. ¡Oh qué cúmulo inexplicable de penas contiene en sí mismo!

PUNTO III.

Ahora se comprende bien lo que dicen los San tos Padres, que el fuego del Purgatorio es mucho más atroz que cualquiera otra pena causada ó por la postración de la naturaleza, ó por el rigor de la humana justicia, ó por la crueldad de los más bárbaros tormentos, porque de cualquiera especie que sea se encuentra sin duda en el Purgatorio, y se encuentra privada de toda cualidad que la mitigue, y se encuentra reunida con todo otro género de tormento en la actividad del fuego encendido y avivado por la Divina Justicia. Pues si nosotros somos en tal manera delicados que no podríamos sostener un dedo en las llamas de la tierra, ¿qué no deberíamos hacer para evitar las atrocísimas del Purgatorio? -

ORACION.

Salvadnos ¡oh Señor! de las llamas de fuego tan atroz, y no permitáis jamás que caigamos en él ; más antes bien librad y salvad á las infelices almas allí detenidas, que experimentan al presente todo género de tormentos y de penas. Sea vuestra soberana clemencia para nosotros el escudo de defensa que piadosamente nos salve de tan gran castigo, y para ellas el bálsamo de refrigerio y de salud que sane toda llaga, mitigue todo dolor, y haga suceder a los padecimientos la dulce felicidad del gozo eterno

EJEMPLO.

Apareció al venerable Estanislao Cholcoca, dominico de Polonia, un alma del Purgatorio rodeada de vivísimas llamas gimiendo y suspirando de una manera increible. La violencia del fuego la penetraba y traspasaba de tal modo, que no pudo menos el buen siervo de Dios de pedirle que le trajese alguna comparación o prueba que le hiciese comprender su actividad y fuerza. Si me pides comparación, respondió aquel alma, sabe que las llamas más encendidas de la tierra son un suave céfiro si se comparan con el ardor que yo sufro; y si quieres una prueba extiende la mano; y al decir esto hizo caer sobre la palma del siervo de Dios una gota de sudor desprendida de aquella voracísima llama, con lo que le produjo tan excesivo dolor, que al grito lanzado despertaron todos los hermanos que dormían, y no pudiéndolo resistir más, cayó en tierra desmayado y casi muerto, conforme lo encontraron los otros religiosos, que corriendo a su celda con las más eficaces medicinas,apenas pudieron hacerle volver en sí. Preguntándole la causa, mostró la llaga producida por la gota dolorosa, de la cual se resintió después todo el tiempo de su vida. Pues si una sola gota de aquel sudor fue tan penetrante y tan cruel, ¿qué hubiera sido una chispa, una llama, un incendio del fuego devorador? Aprendamos de esto (como predicaba después el siervo de Dios) cuán terrible sea el fuego del Purgatorio, y cuánto debamos esforzarnos para evitarlo. (P. Joan. Bapt. Manni in Sacr. Triges., disc. 6)

Rezaremos cinco Padrenuestros, Ave Marías y Requiem en memoria de la Pasion de Nuestro Señor Jesucristo en sufragio de los fieles difuntos , suplicando al Eterno Padre que se apiade de sus almas por la sangre que derramó su Divino Hijo, diciendo cinco veces

JACULATORIA.

Eterno Padre, por la preciosísima Sangre de Jesus, misericordia.

Padrenuestro, Ave María y Requiem.

SUFRAGIO.

Adaemulandum provocem carnes meas, et salvos faciam aliquos ex illis. (Rom.,x1, 14.)

Con las mortificaciones y penitencias corporales se satisface de tal modo a la deuda de aquellas almas, que se llega a librarlas de sus penas.

Oton IV, Emperador, muerto en grande opinion de santidad, apareció a una tia suya abadesa suplicándole que hiciese rezar en su monasterio y en los otros varias preces acompañadas de disciplinas para librarle de las atrocísimas llamas que sufría en el Purgatorio. Se rezaron las preces y se hicieron las penitencias pedidas, y su alma después de pocos días voló desde aquel abismo de dolores al centro de las delicias en el cielo. Si es, pues, tan eficaz la mortificación del cuerpo unida a la oracion para el rescate de las almas del Purgatorio, hagamos también nosotros hoy alguna en sufragio de ellas, pues quién sabe cuánto tiempo hará que lo esperan nuestros difuntos en aquellas llamas atrocísimas.

Añadiremos un Padrenuestro y Ave María por los propagadores de esta devocion.

EL PURGATORIO

Hay también un lugar expiatorio

De pena, llanto y de dolor sin tasa,

Indecible penar allí se pasa,

Su nombre no es Infierno, es Purgatorio;

Es sin embargo muy consolatorio

Saber que no es eterno su elemento:

El amor y el dolor mas violento

Aflige al alma justa allí penada

SALMO 129.

De profundis clamavi ad te, Domine:

‘Domine, exaudi vocem meam.

Fiant aures tuæ intendentes

in vocem deprecationis meæ.

Si iniquitates observaveris, Domine:

‘Domine, quis sustinebit?

Quia apud te propitiatio est :

tuam sustinui te, Domine.

Sustinuit anima mea in verbo ejus:

speravit anima mea in Domino.

A custodia matutina usque ad noctem

speret Israel in Domino.

Quia apud Dominum misericordia,

et copiosa apud eum redemptio.

Et ipse redimet Israel

ex omnibus iniquitatibus ejus.

Requiem aeternam dona eis, Domine.

Et lux perpetua luceat eis.

A porta inferi. Erue, Domine, animas eorum.

Requiescant in pace. Amen.

Domine, exaudi orationem meam.

Et clamor meus ad te veniat.


Cuando se quieran hacer sufragios particulares por el alma de algún difunto, se dirá:

POR UN SOLO DIFUNTO

Inclina, Domine, aurem tuam ad preces nostras, quibus misericordiam tuam supplices deprecamur, ut animam famuli tui N. N., quam de hoc saeculo migrare jussisti, in pacis ac lucis regione constituas, et Sanctorum tuorum jubeas esse con Sortem

POR UNA SOLA DIFUNTA

Quaesumus, Domine, pro tua pietate miserere animae famulae tuae N. N., et à contagiis morta litatis exutam, in aeternae salvationis partem restitue.

ORACION POR LOS HERMANOS O POR OTROS PARIENTES O BIENHECHORES

Deus, veniæ largitor, et humanæ salutis ama tor, quæsumus clementiam tuam, ut nostræ congregationis fratres, propinquos et benefactores, qui ex hoc sæculo transierunt, Beata Maria semper Virgine intercedente cum omnibus Sanctis tuis, ad perpetuæ beatitudinis consortium pervenire concedas.

OREMUS.

Fidelium, Deus omnium Conditor et Redemptor, animabus famulorum famularumque tuarum remissionem cunctorum tribue peccatorum, ut indulgentiam, quam semper optaverunt, piis supplicationibus consequantur. Qui vivis et regnas in saecula saeculorum. Amen.

Requiem aeternam dona eis, Domine. Et lux perpetua luceat eis.

Requiescant in pace. . Amen.


*Requiem:

Requiem aeternam dona eis, Domine.

Et lux perpetua luceat eis.