NOVIEMBRE,MES DE LAS ALMAS DEL PURGATORIO. DÍA TERCERO MEDITACION. Pena de sentido. PUNTO PRIMERO. El Señor, dice el Profeta, llamó para ministro de su justicia al fuego, el cual devoró el profundo …Más
NOVIEMBRE,MES DE LAS ALMAS DEL PURGATORIO.

DÍA TERCERO

MEDITACION.

Pena de sentido.

PUNTO PRIMERO.

El Señor, dice el Profeta, llamó para ministro de su justicia al fuego, el cual devoró el profundo abismo de la iniquidad, y la parte que se le allega de la imperfección de los justos. El fuego, sigue el Apóstol, declara cuáles son las obras de cada uno; consume las malas, purifica las buenas, y quien se salva se salva casi por medio del fuego. De tales autoridades principalmente se deduce que una de las penas del Purgatorio es la de sentido causada por el fuego, la cual es sentencia común de los latinos, abrazada también por la mayor parte de los griegos, rogándose en una y otra Iglesia para que aquellas benditas almas salgan libres de los ardores de fuego tan penetrante. Unamos nuestro espíritu con el de las Iglesias mencionadas, y como Aaron en el grande incendio del campo israelítico, poniéndonos también nosotros por medianeros entre Dios y ellas, pidámosle que les conceda gracia tan singular.

PUNTO II.

El fuego del Purgatorio, como enseñan las escuelas, no es metafórico ni ideal, sino verdadero y material; pero tanto más activo y poderoso que el fuego de este mundo, que este no es sino una sombra, una imágen, un fuego pintado en comparación del que arde en el abismo. El incendio suscitado por los Macabeos en las torres de los beanitas, que en breve las redujo a cenizas; el horno encendido por Nabucodonosor con fuego siete veces duplicado; las llamas devoradoras de Pentápolis, que en breves momentos consumieron aquella vasta provincia, apenas bosquejan las chispas mas amortiguadas de aquel cruel elemento. ¡Ah! ¿quién podrá, pues, sufrir los ardores de tan vivas llamas?

PUNTO III.

Mas aquellas llamas son no solo vehementes, sino tambien sabias y justas, como aseguran los Padres, haciéndose más penetrantes y atroces donde fue más deliberada é intensa la maldad. Nada dejan sin castigo. Vengadoras severas de la divina Justicia, castigan á proporción de los deméritos de cada uno; y en aquellas potencias y sentidos que mayor parte tuvieron en la culpa, hacen sentir mas dolorosos efectos de su martirio. El hombre en medio de las distracciones del mundo no lo reflexiona tanto; mas, sin embargo, ved aquí ¡oh cristianos! lo que quiere decir una falta mas, una menos, quiere decir, un tormento mas, un tormento menos, ó sea un Purgatorio aumentado y duplicado. .

ORACION.

¡Gran Dios! ¡Cuántos Purgatorios no mereceríamos nosotros por nuestros innumerables pecados, y cuántos Purgatorios duplicados sufrirán por sus defectos muchísimas almas de los difuntos! ¡Ah Señor! moveos a piedad de ellas y de nosotros: de nosotros, perdonándonos en esta vida las culpas para no pagar en la otra con tanto rigor la pena merecida; de ellas, estinguiendo los ardores de aquel fuego tan vivo y que tan atrozmente las martiriza. Derramad vuestras misericordias sobre los vivos y los muertos; y los unos y los otros bendecirán eternamente vuestro nombre.

EJEMPLO.

La venerable sor Paula de santa Teresa, haciendo un sábado fervorosísimas oraciones en sufragio del Purgatorio, fue instantáneamente arrebatada en espíritu, y vió á la Santísima Vírgen descender a aquella cárcel profunda acompañada de una numerosa cohorte de ángeles, para librar de aquellas penas á algunas almas devotas suyas y conducirlas consigo á la bienaventuranza. Pero mientras rebosaba de júbilo el corazón de la sierva de Dios por la melodía de los cánticos celestiales entonados por aquellas ínclitas prisioneras cuando se remontaban a la gloria, quedó penetrado su oído de los tristes gemidos en que prorumpian las que quedaban aún detenidas en las llamas, cuyas penas se puso ella a contemplar. Uno solo era el fuego que las atormentaba : mas en medio de un mismo fuego, diversos eran los padecimientos de cada una : y causándole grande admiración tal diferencia, preguntó la causa al Ángel Custodio que la guiaba; y este la respondió: que según los propios deméritos se castigaba a cada una, y que la cualidad de las culpas determinaba la cualidad y la medida de las penas. La que habia sentido mas en vida el aire de la soberbia y de los honores, quedaba más abatida con penosos oprobios; la que mas desahogo había dado a su apetito y a su carne, era traspasada con más acerbas llamas; la que estaba manchada de faltas pequeñas poco padecía; y era grandemente atormentada la que se hallaba con mayores deudas. Justo es Dios, y en el Purgatorio ejerce la más exacta justicia; y si nosotros queremos huir de su rigor, abstengámonos de provocarle con las culpas. (In ejusdem vita.)

Rezaremos cinco Padrenuestros, Ave Marías y Requiem en memoria de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo en sufragio de los fieles difuntos, suplicando al Eterno Padre se apiade de sus almas por la san-. gre que derramó su divino Hijo, diciendo cinco veces :

JACULATORIA.

Eterno Padre, por la Sangre preciosísima de Jesús, misericordia.

Padrenuestro, Ave María y Requiem.

SUFRAGIO.

Sustulisti mortuum ab inferis in verbo Domini Dei. (Eccl., xLviII, 5)

Rezando la oracion dominical se libran del Purgatorio las almas de los difuntos.

Apareció al beato Conrado de Ofida, religioso del orden de san Francisco, otro religioso de la misma orden, que había muerto poco antes, rodeado de vivísimas llamas, suplicándole que le aliviase con sus oraciones de las gravísimas penas que sufria ; y él rezó inmediatamente en sufragio suyo un Pater noster con el Requiem aeternam; y sintiendo el difunto gran refrigerio, suplicó al caritativo Padre que lo repitiese, quien al momento le complació, y aumentándose cada vez mas su alivio: ¡ah! por las entrañas de Jesucristo, replicó aquel alma, continuad oh Conrado! esta oracion que me proporciona la paz y la felicidad; y entonces el siervo de Dios la repitió hasta cien veces, y a la centésima el difunto cambió el tono de súplica en el de hacimiento de gracias y de júbilo, sintiéndose ya libre de toda pena y llamado á la gloria del cielo. El ejercicio, pues, en que debemos poner hoy nuestro mayor empeño sea el rezar muchas veces el Pater noster y Requiem aeternam en sufragio de los fieles difuntos, y no dudemos que todo el Purgatorio recibirá grande alivio y consuelo.

Añadiremos un Padrenuestro y Ave María por los progagadores de esta devocion.

LA GLORIA.

Si ignoras ¡oh mortal lo que es el cielo,

Es alegría, gozo, dulce canto,

Es recorrer con rapidísimo vuelo

Sus inmensas llanuras sin quebranto,

Es contemplar con amoroso anhelo

Aquel Dios y Señor tres veces Santo;

Y el mundo todo y toda su hermosura

Es una débil sombra y sombra oscura,

Es, en fin, te diré con un san Pablo,

Que no hay quien pueda comprender lo que hablo.

SALMO 129.

De profundis clamavi ad te, Domine:

‘Domine, exaudi vocem meam.

Fiant aures tuæ intendentes

in vocem deprecationis meæ.

Si iniquitates observaveris, Domine:

‘Domine, quis sustinebit?

Quia apud te propitiatio est :

tuam sustinui te, Domine.

Sustinuit anima mea in verbo ejus:

speravit anima mea in Domino.

A custodia matutina usque ad noctem

speret Israel in Domino.

Quia apud Dominum misericordia,

et copiosa apud eum redemptio.

Et ipse redimet Israel

ex omnibus iniquitatibus ejus.

Requiem aeternam dona eis, Domine.

Et lux perpetua luceat eis.

A porta inferi. Erue, Domine, animas eorum.

Requiescant in pace. Amen.

Domine, exaudi orationem meam.

Et clamor meus ad te veniat.


Cuando se quieran hacer sufragios particulares por el alma de algún difunto, se dirá:

POR UN SOLO DIFUNTO

Inclina, Domine, aurem tuam ad preces nostras, quibus misericordiam tuam supplices deprecamur, ut animam famuli tui N. N., quam de hoc saeculo migrare jussisti, in pacis ac lucis regione constituas, et Sanctorum tuorum jubeas esse con Sortem

ORACION POR LOS HERMANOS O POR OTROS PARIENTES O BIENHECHORES

Deus, veniæ largitor, et humanæ salutis ama tor, quæsumus clementiam tuam, ut nostræ congregationis fratres, propinquos et benefactores, qui ex hoc sæculo transierunt, Beata Maria semper Virgine intercedente cum omnibus Sanctis tuis, ad perpetuæ beatitudinis consortium pervenire concedas.

OREMUS.

Fidelium, Deus omnium Conditor et Redemptor, animabus famulorum famularumque tuarum remissionem cunctorum tribue peccatorum, ut indulgentiam, quam semper optaverunt, piis supplicationibus consequantur. Qui vivis et regnas in saecula saeculorum. Amen.

Requiem aeternam dona eis, Domine. Et lux perpetua luceat eis.

Requiescant in pace. . Amen.


*Requiem:

Requiem aeternam dona eis, Domine.

Et lux perpetua luceat eis.