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El boomerang Becciu golpeará al codicioso y oportunista Francisco

El sitio web Forbes.com presentó el 4 de octubre la posición de René Brülhart en el juicio a Becciu. Brülhart fue jefe de la Autoridad de Supervisión e Inteligencia Financiera (AIF) del Vaticano. Lo más destacado:

- Como experto suizo en la lucha contra el blanqueo de capitales (“el James Bond del mundo financiero”), Brülhart sacó a Liechtenstein de las listas negras y aceptó el cargo de la AIF en 2012, con la condición de que ni siquiera el Papa estuviera fuera de los límites.

- Francisco recibió un informe [de Brülhart] sobre Becciu en 2016 con pruebas “incontrovertibles” sobre el desvío de más de 2 millones de dólares por parte de Becciu. Francisco ignoró el expediente y creó cardenal a Becciu.

- Cuando Francisco comenzó finalmente a moverse, dio carta blanca a la fiscalía, provocando las redadas de 2019. La más sorprendente fue en la AIF. Supuso un golpe importante para las “reformas financieras” de Francisco, ya que el consorcio de auditores suspendió a la AIF por la preocupación de que la redada comprometiera información confidencial sobre las investigaciones penales en curso.

- “El responsable de esto es Francis”, dijo Odendall. “Tomó decisiones equivocadas y nombró a las personas equivocadas, mientras finge que lucha contra la gente mala”.

- Brülhart renunció. Marc Odendall, miembro de la junta directiva de la AIF, siguió cuando se anuló una reunión con Francisco: “Yo quería darle [a Francisco] una advertencia directa, fraternal y profesional, de las consecuencias de su acción", dijo a Forbes.

- Brülhart fue acusado de permitir que se realizaran las inversiones en Londres, aunque su AIF no tenía ninguna supervisión sobre la Secretaría de Estado que ejecutó el acuerdo. Odendall califica este hecho como una “venganza probablemente personal” del fiscal principal, Gian Piero Milano, con quien Brülhart tenía “una relación tensa”, porque Milano no actuó en los asuntos que la AIF le remitió.

- Los culpables: Francisco asistió a “al menos” dos reuniones con Gianluigi Torzi, el agente bursátil del Vaticano en Londres, ahora imputado, en las que Torzi, ahora entre los acusados, discutió los términos finales del acuerdo; Parolin supervisó las inversiones desde el principio; Peña Parra, que sucedió a Becciu, organizó la reunión de Torzi con Francisco; Perlasca, el principal acusador de Becciu, estuvo profundamente involucrado en el acuerdo. Los conocedores utilizan el término “Amigos de Francisco” para explicar por qué algunos funcionarios del Vaticano están siendo procesados y otros no.

- En marzo de 2021 el juez británico Tony Baumgartner, a quien el Vaticano invocó para congelar las cuentas bancarias de Torzi, señaló que los fiscales del Vaticano presentaron primero a Perlasca como conspirador, pero cinco meses después sostuvieron que Perlasca había sido “mantenido en la oscuridad”. Baumgartner encontró esto como algo “difícil de aceptar”. Él se negó a creer que Peña Parra firmara documentos sin entenderlos y se mostró incrédulo ante el hecho de que a Parolin “la lana le haya tapado completamente los ojos”. Calificó los argumentos del Vaticano como “sin pruebas creíbles”.

- Para la justicia de Francisco esto no tiene importancia. Los acusados del Vaticano no tienen derecho automático a llamar a los testigos. El juez decide quién puede declarar, con un ojo puesto en “si son los ‘Amigos de Francisco’”.

Imagen: Angelo Becciu, © Mazur, CC BY-NC-SA, #newsLkbaoqhlji