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Cuando se pierde la credibilidad, se pierde todo

Cuando se pierde la credibilidad, se pierde todo

Luis Fernando, el 16.11.18 a las 10:12 AM

Lo que ha ocurrido esta semana en Baltimore (Maryland), donde se han reunido todos los obispos de Estados Unidos para celebrar la Plenaria de su Conferencia Episcopal, es bastante más grave de lo que parece.

Hasta donde yo recuerdo, es la primera vez en la historia de las conferencias episcopales en que una de ellas se encuentra con que Roma le cambia el programa de una Plenaria el día antes de que empiece a celebrarse. En no pocas ocasiones la Santa Sede ha tenido que corregir decisiones tomadas por episcopados de una nación, pero esta especie de censura previa es inédita. La cara del cardenal Di Nardo contando la decisión vaticana a sus compañeros de episcopado hablaba por sí sola.

Sobre la incoherencia entre la medida decidida por las autoridades vaticanas y los anteriores llamados a la sinodalidad ya escribí un post. Sandro Magister ha escrito otro. Predicar una cosa, sea buena o mala, y a continuación imponer lo contrario, no habla bien de quien así actúa.

Lo cierto es que el intento de que los obispos de EE.UU no discutieran sobre la crisis por abusos sexuales, y más concretamente sobre el caso McCarrick, viene de atrás. Fue el Papa quien les pidió que suspendieran la Plenaria y dedicaran esta semana a un retiro de oración. La respuesta fue que estaban de acuerdo en dedicar una semana a tal fin, y de hecho tendrá lugar del 2 al 8 de enero del año que viene, pero que nada de suspender la Plenaria. Bien, ya ven ustedes lo que les ha pasado.

Sinodalidades de paja aparte, lo más grave es la creciente sensación entre buena parte de los fieles de EE.UU de que ni Roma ni sus obispos saben qué hacer ante el monumental escándalo de los abusos y su encubrimiento. O peor aún, que saben lo que tienen que hacer pero prefieren dejar pasar meses y meses antes de hacerlo, si es que llegan a hacerlo. Y esa sensación no solo se extiende entre los fieles seglares. También entre muchos buenos sacerdotes que, no lo olvidemos, son víctimas muy directas de un descrédito del sacerdocio del que ellos no tienen culpa alguna.

Este es un ejemplo de cura joven de EE.UU que anda al borde de la desesperación y que incluso admite que sabe que se juega su puesto por decir lo que piensa:


Como el P. Mark Goring hay muchos. Las redes sociales han echado humo esta semana. No es que hubiera mucha confianza en que la reunión de los obispos estadounidenses fuera a ser el bálsamo de Fierabrás que curara todas las heridas de la complicidad con los McCarrick y compañía, pero sí había la esperanza de que se impulsaran medidas para lograr saber la verdad -esto es clave- y marcar el camino para un futuro sin tanto escándalo. Tal hecho no era para nada incompatible con lo que el Papa pueda decidir en su reunión de febrero del año que viene con los presidentes de todas las conferencias episcopales. El NO VOTEN de Roma a más de doscientos obispos ha sentado a cuerno quemado no solo a los católicos, sino a la parte de la sociedad estadounidense que, sin ser católica, presta algo de atención a lo que ocurre al catolicismo de su país.

En lo que he leído estos días, uno de los argumentos más habituales para justificar la decisión de Roma es que los obispos de EE.UU, siendo responsables de una crisis en su país que afecta a toda la Iglesia, no son precisamente los más indicados para tomar medidas ni dar lecciones de nada. Pero no parece que, sin ir más lejos, los encubridores del depredador sexual McCarrick estuvieran solo allá por Norteamérica. Al contrario, parece que en Roma sabían bien quién era semejante personaje. Desde el año 2000, como poco. Y aún así, fue creado cardenal por San Juan Pablo II en el 2001. ¿Nos puede alguien explicar cómo es posible que un señor así, del que se sabía que se llevaba a seminaristas a una casa para acostarse con ellos, alcanzara la condición cardenalicia? Y ya puestos, ¿hasta cuando el silencio sobre las palabras de Viganò (*) acerca del conocimiento que Francisco tenía del comportamiento del ex-cardenal?

Hace poco el cardenal Muller dijo que los fieles tenemos derecho a saber si son ciertas las acusaciones de Mons. Viganò. En su día el cardenal Di Nardo dijo que dichas acusaciones merecían respuestas que sean concluyentes. Ciertamente hay otros cardenales que piensan distinto. El cardenal Madariaga, por ejemplo, tuvo el valor de asegurar que las relaciones sexuales de McCarrick son algo de “orden privado” (sic).Cupich dijo que el Pontífice tenía otras cosas más interesantes por las que preocuparse. No es casual que este cardenal, arzobispo de Chicago, haya sido el primero en “replicar” a las palabras de Di Nardo sobre el veto vaticano, intentando justificar lo que muchos de sus colegas de episcopado veían como una censura vergonzante. Tampoco es casual que Cupich haya dicho esta semana que una cosa son los abusos y otra las relaciones sexuales consentidas de sacerdotes con adultos. Cosa que todo el mundo sabe pero no sirve para disminuir la gravedad de la inmoralidad sexual de personajes como McCarrick.

Plutarco escribió que Julio César aseguraba que “la mujer del César no solo ser honrada sino parecerlo”. Pues señores, en todo lo relacionado con este tema de los abusos y sus encubrimientos, la apariencia de honradez, honestidad y claridad brilla por su ausencia. Se está jugando con la credibilidad de toda la Iglesia, lo cual nos afecta a todos los católicos que la amamos, aunque solo unos pocos sean responsables de dicho juego nefasto.

Luis Fernando Pérez Bustamante

(*) En mi opinión, Mons. Viganò empieza a dar la sensación de querer ser el niño en el bautizo, el novio en la boda y el muerto en el entierro. Él ya dijo lo que en conciencia creía que tenía que decir. Dio explicaciones posteriores. Pues bien, ya basta. Que aporte datos y pruebas nuevos si los tiene, y que deje que cada palo aguante su vela. No está él para coser velas rotas de otros.
malemp
DEFENSA DE LA FE
UNA MANIFESTACION MAS DE LA CORRUPCION DEL VATICANO UNA VEZ MAS PROTEHIENDO A LOS PEDOFILOS Y A LOS VIOLADORES DE SEMINARISTAS USANDO EL PODER PARA ANULAR CUALQUIER INTENTO POR APLICAR LA JUSTICIA Y LA LEY. ES CLARO SU TOTAL APOYO A LA RED HOMOSEXUAL Y A ÑROMOVER QUE ESOS HOMOSEXUALES PUEDAN SEGUIR VIOLANDO SEMINARISTAS ARGUMENTANDO QUE SON ADULTOS Y ES CONSENSADO.