Yugo
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EL INFIERNO ES HORRIBLE. EL INFIERNO ES HORRIBLE Ana Catalina Emmerich “Vi [ ... ] al Salvador acercarse, severo, al centro del abismo. El infierno se me apareció como una enorme caverna oscura, apenas …Más
EL INFIERNO ES HORRIBLE.
EL INFIERNO ES HORRIBLE
Ana Catalina Emmerich
“Vi [ ... ] al Salvador acercarse, severo, al centro del abismo. El infierno se me apareció como una enorme caverna oscura, apenas iluminada por una luz tenue de brillo casi metálico. En la entrada se destacaban enormes puertas negras con cerraduras y cerrojos incandescentes. Los gritos de terror se elevaban sin cesar desde ese abismo tenebroso en el cual, de repente , se hundieron las puertas. Así pude ver un mundo horrible de desolación y oscuridad.
El infierno es una prisión de ira eterna, donde luchan los seres enfurecidos y desesperados. Mientras que en el cielo se disfruta de la alegría y se adora al Todopoderoso en jardines llenos de flores y frutas deliciosas que comunican la vida, en el infierno por el contrario se habita en mazmorras cavernosos, y se ven horribles desiertos e inmensos lagos llenos de monstruos espantosos que provocan un miedo horrible. Allí dentro hierve la discordia eterna y terrible de …Más
Yugo
El infierno es una prisión de ira eterna, donde luchan los seres enfurecidos y desesperados. Mientras que en el cielo se disfruta de la alegría y se adora al Todopoderoso en jardines llenos de flores y frutas deliciosas que comunican la vida, en el infierno por el contrario se habita en mazmorras cavernosos, y se ven horribles desiertos e inmensos lagos llenos de monstruos espantosos que provocan …Más
El infierno es una prisión de ira eterna, donde luchan los seres enfurecidos y desesperados. Mientras que en el cielo se disfruta de la alegría y se adora al Todopoderoso en jardines llenos de flores y frutas deliciosas que comunican la vida, en el infierno por el contrario se habita en mazmorras cavernosos, y se ven horribles desiertos e inmensos lagos llenos de monstruos espantosos que provocan un miedo horrible. Allí dentro hierve la discordia eterna y terrible de los condenados. En el cielo en cambio reina la unión de los Santos eternamente felices. El infierno, por el contrario, encierra cuanto el mundo produce de corrupción y de error; allí impera el dolor y se sufren por lo tanto suplicios en una indefinida variedad de manifestaciones y penas. Cada condenado tiene siempre presente este pensamiento: que los tormentos que padece, son el fruto natural y justo de sus fechorías.