Superiores sabían que jesuita homosexual abusó de 85 niños
Pedrajas dirigía escuelas de varones en Bolivia. Nombra a siete superiores jesuitas con los que habló de sus agresiones, algunas en el contexto de confesión. A un superior no se le permite confesar a un subordinado.
Incluso antes de su profesión religiosa definitiva, un superior le dijo que omitiera los abusos a menores en sus confesiones y que “no le pasaría nada”. Que considerara sus acciones como “casos aislados”. Era la época posterior al Vaticano II, cuando la Iglesia quería ser “moderna” y muchos partidos de izquierda promovían activamente la pedofilia.
En la década de 1980, Pedrajas fue enviado una vez a trabajar a un campamento minero boliviano durante un año como castigo por corromper niños. Después volvió a la escuela y continuó con sus abusos. Al mismo tiempo, los socialistas verdes alemanes, ahora en el gobierno, luchaban por la “despenalización” de la pedofilia.
No sorprende que los decadentes jesuitas pusieran a Pedrajas al frente de los novicios de la región (1989-1998). Si hubiera llevado una vida santa y celebrado la Misa romana le habrían destituido.
Pedrajas fue incluso candidato a Superior, pero las evaluaciones concluyeron que era “manipulador” y carecía de autocontrol.
Imagen: Alfonso Pedrajas © Society of Jesus, #newsMtkovlpsxk
