Un rufián intentó prender fuego un crucifijo el 19 de julio, fuera de la iglesia de San Martín de Porres situada en Santa Lucía (Caribe), mientras los fieles están rezando en su interior. La cruz y la efigie de Cristo se incendiaron brevemente, pero el fuego fue extinguido.
El hombre luego entró a la iglesia con dos dispositivos incendiarios más. Gritó, los feligreses entraron en pánico y escaparon, mientras que algunos detuvieron al hombre y lo entregaron a la policía.
El arzobispo de Castries, monseñor Robert Rivas, dijo que se sabe que el autor padece un trastorno psicológico. Ya antes ha realizado atentados similares.
Según Rivas, el hombre habló con consignas asociadas con el culto rastafari, el cual está relacionado con el racismo y el supremacismo negro.
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