La cirugía de Francisco: Ficción y realidad de la Oficina de Prensa del Vaticano
Hablando desde el balcón de la suite VIP del 10º piso del Hospital Universitario Agostino Gemelli, situado en Roma, rodeado de niños hospitalizados, hizo una interpretación secularizada del sacramento de la Unción de los Enfermos y utilizó un lenguaje pseudo poético para expresar su deseo de que “todos puedan recibir la unción de la escucha, la cercanía, la ternura y el cuidado”.
Rápidamente abandonó la religión y el sentimentalismo para pedir una atención hospitalaria gratuita en todo el mundo. Tras recitar el Ángelus en latín, habló de la política en Haití, de los navegantes, de “no tirar plásticos en el mar”, y de la peregrinación de Radio María a Częstochowa.
Después repitió su habitual alusión al estómago diciendo “Buon pranzo” (Buen almuerzo), mientras los reunidos abajo gritaban “Viva il Papa” (video).
El usuario de Twitter Catholic Sat, un médico, observó que por primera vez en este pontificado Francisco parecía y sonaba [hacia el final del Ángelus] como un anciano. Al principio se pudo ver cómo un Francisco tembloroso apareció en el balcón. Cuando se retiró, la cámara evitó mostrarlo.
Francesco Antonio Grana publicó fotos en las que se ve a Francisco en una silla de ruedas. Es inevitable que una intervención quirúrgica tan invasiva tenga un gran impacto en una persona de 84 años con sobrepeso y que sufre de ciática.
Sin embargo, la Oficina de Prensa del Vaticano afirmó imperturbable el viernes que Francisco “caminó por el pasillo”, y el sábado que Francisco “sigue paseando por el pasillo del apartamento”, como si el 4 de julio los cirujanos sólo le hubieran cortado las uñas.
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