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Irapuato

Evangelio del día 30 octubre 2025 (Como la gallina reúne a sus polluelos bajo las alas)
EVANGELIO (Lucas 13, 31-35)
En aquel tiempo, se acercaron unos fariseos a decir a Jesús: «Sal y marcha de aquí, porque Herodes quiere matarte». Y les dijo: «Id y decid a ese zorro: “Mira, yo arrojo demonios y realizo curaciones hoy y mañana, y al tercer día mi obra quedará consumada. Pero es necesario que camine hoy y mañana y pasado, porque no cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén”.
«Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus polluelos bajo las alas».
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus polluelos bajo las alas, y no habéis querido. Mirad, vuestra casa va a ser abandonada. Os digo que no me veréis hasta el día en que digáis: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!».
REFLEXIÓN
INTRODUCCIÓN
El evangelio de este día presenta dos partes diferenciadas. Por un lado, la hostilidad de Herodes hacia Jesús. Y, por otro lado, un comentario de Jesús sobre Jerusalén. Nada puede detener la vocación y misión de Jesús. Él no ha venido de parte de Dios para cumplir expectativas ni para gustar a los ricos, sino para hacer el bien, enaltecer a los últimos y anunciar, también en la Ciudad Santa donde mueren los profetas, que el Señor Yahvé es Abbá, su Dios Padre bueno.
REFLEXIÓN Y PREGUNTAS
A propósito de este texto del evangelio de Lucas, me gustaría destacar tres puntos:
En primer lugar, vemos que los fariseos comunican a Jesús la intención que tiene Herodes de darle muerte. Está claro que a Herodes Antipas no le caían bien los profetas. Ya había hecho decapitar a Juan Bautista y ahora quiere intimidar a Jesús y deshacerse de él o, al menos, conseguir que se aleje de su territorio. Jesús estaba siendo admirado y seguido por una gran multitud y ya era visto por los poderosos del momento como un verdadero peligro. Otra posibilidad es que estas palabras de los fariseos fueran una trampa para llevar a Jesús a Judea, donde los romanos podían más fácilmente acabar con él. Sea como sea, Jesús responde con intrepidez. Incluso su respuesta sorprende: “Id y decid a ese zorro…”. Ninguna amenaza puede detenerle. Él seguirá haciendo el bien, realizando curaciones, expulsando demonios, cumpliendo la misión que el Padre le ha encomendado hasta el día de su consumación por su muerte y resurrección.
¿Qué te detiene a ti para que seas un seguidor de Jesús fiel y coherente? ¿Das testimonio de Jesús o las opiniones de los demás acallan tus palabras?
En segundo lugar, vemos a Jesús interpelando a la Ciudad Santa, a Jerusalén, la capital del pueblo elegido por Dios, preparado durante siglos para acoger su revelación. Como Hijo de Dios, Jesús no puede dejar de expresar su dolor por el fracaso de los mimos y cariños otorgados a su pueblo Israel. Jerusalén, la ciudad santa y pecadora, elegida y maldita, rechaza al Mesías, al enviado de Dios. Las palabras de Jesús tienen una mezcla de maldición y predicción. Unos años después tendrá lugar la ruina de Jerusalén y de su templo. Sus palabras (“vuestra casa va a ser abandonada”) también anticipan su propia ausencia: los judíos darán muerte a Jesús. Pero habrá una última oportunidad. Dice Jesús: “Me volveréis a ver el día en que digáis ‘Bendito el que viene en nombre del Señor’”, unas palabras referidas a su segunda venida. Tú también eres ciudad elegida de Dios. Y Dios, como con Jerusalén, te ha mimado con el mismo mimo con que la gallina reúne a sus polluelos bajo sus alas.
¿Sientes tú estos gestos de amor y cuidado de parte de Dios? ¿Correspondes a su cariño o Jesús se ha de lamentar también de tu falta de acogida?
En tercer lugar, quiero resaltar el increíble respeto que Dios tiene por la libertad del ser humano, el asombroso respeto que el Padre tiene por ti, aun cuando rechazas su palabra y su amor. Él nunca te avasallará pero, al mismo tiempo, a pesar de tus desaires, seguirá buscándote una y otra vez. Así ha hecho Dios siempre con el ser humano, con su pueblo Israel, y lo hará contigo, a pesar de mil rechazos. Como dice San Pablo en su Carta a los Romanos: “Nada podrá apartarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús”.
Nada podrá apartarte del amor de Dios, pero ¿vas a dejar que Dios te encuentre, te cuide, te ame?
CONCLUSIÓN
Pues que este evangelio de hoy, no solo te lleve a admirarte del increíble amor y cuidado con que Dios te trata, sino que te haga entregarte a él con todas las fuerzas. Y que, como el Señor, frente a toda adversidad y frente a todo “qué dirán”, cumplas tu vocación y tu misión de ser cristiano, es decir, testigo de la mejor noticia de todos los tiempos, de la Buena Noticia, del evangelio de Jesús.
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