Gottlob
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El don de piedad y la pérdida del respeto hacia lo sagrado

El templo es casa de oración
Cada vez es más común ver en los templos una pérdida de respeto más generalizada hacia las cosas sagradas. Los fieles que asisten al culto ya no “saben” cómo estar callados, cómo vestir, cómo comportarse. La mayoría de los templos más parecen mercados públicos, centros médicos, pasarelas de moda o pequeñas discotecas para aficionados, que lugares de culto donde se viva y palpe la presencia de Dios y de lo sagrado.
Conforme las personas van entrando en la iglesia se sienten obligados a saludar a todas las personas con las que se encuentran. Y no digamos cuando la celebración litúrgica acaba. Todo el mundo hablando, los niños corriendo, el sacerdote saludando a unos y otros; y el pobre que quiere dar gracias a Dios no encuentra ni un segundo de paz en lo que debería ser una casa de oración. Parece que se nos han olvidado las palabras del Señor: “Mi casa es casa de oración”. De vez en cuando se oye el “chizzz” de un alma piadosa. De momento se hace silencio que sólo dura unos segundos. Poco a poco el rumor de fondo va aumentando hasta que el ruido y la falta de respeto se hacen otra vez presentes.
Hay muchas personas, de las pocas que todavía van a Misa los domingos, que entran y salen de la iglesia (y que incluso han recibido la Comunión en esa Misa), que han hablado con todo el mundo menos con Dios.

Recuerdo aquellos tiempos pasados
Recuerdo aquellos tiempos pasados en los que el hombre se descubría al entrar en el templo y la mujer se cubría la cabeza con un precioso velo. Eran signos de respecto y piedad. Luego se acercaban a la pila de agua de bendita, se santiguaban e iban al banco, donde de rodillas, hacían alguna oración preparatoria para la Santa Misa. ¡Qué respeto!, ¡qué belleza!, ¡qué silencio! ¡Y qué lástima porque todo eso se ha perdido! Uno entraba a la iglesia y ya se respiraba santidad y se olía el incienso de una ceremonia pasada. Sólo eso era capaz de preparar tu alma para empezar a vivir la Santa Misa.
Ahora en cambio, entras a la iglesia y se oye el hablar de los que se saludan, el rasgueo de las guitarras que están ensayando los cantos de la Santa Misa, el correr de unos y otros, el ring, ring de los móviles…. y no hablemos de la vestimenta inapropiada, que haría enrojecer a cualquier alma que todavía no hubiera perdido la virtud del pudor. ¡Qué tristeza!, ¡qué vaciedad!, ¡qué locura!

El modo apropiado de vestir en el templo
Si me preguntas cuál es el modo apropiado de vestir en el templo yo te responderé: Cualquier vestido que sea considerado digno según nos dicta el sentido común y el lugar sagrado donde nos encontramos.
El vestido que usamos ha de ser siempre digno, pudoroso y adecuado a la situación en la que nos encontramos. En ciertas ocasiones se nos ha de recordar cómo hemos de vestir. Por ejemplo: cuando vamos a participar en una ceremonia de gala en el teatro se nos dice que hemos de vestir “de etiqueta”. Nadie se extraña de ello y todo el mundo intenta cumplir con los cánones. Es más, puede que no te dejen entrar al teatro si no vistes adecuadamente.
Cada vez se va haciendo más frecuente que el sacerdote tenga un grupo de seglares preparados con chal o echarpe para cubrir los hombros de las señoras que van a asistir a una boda o bautizo. A estar señoras se les ha olvidado que van a la Iglesia a asistir a una ceremonia religiosa y no a un desfile de modas.
No es lo mismo rezar en público que en privado. Por las noches cuando rezamos antes de irnos a la cama solemos estar en zapatillas y pijama. En cambio a nadie se le ocurriría asistir a la Santa Misa en pijama. En ambos casos vamos a hablar con Dios pero las circunstancias son completamente diferentes.
El modo propio de vestir de un cristiano ha de tener en cuenta la moda del lugar, la edad, la situación del momento y muchos otros factores. Lo que siempre hemos de cuidar es que lo hagamos con pudor, dignidad y respeto. Hay ciertas prendas de vestir modernas que atentan contra la virtud y el pudor. Es por ello que deberían ser evitadas por un cristiano, y no sólo en la iglesia sino también en la vida cotidiana e incluso en la playa.

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Yoanna
Así es, todo lo que publica en muy cierto, a mi me ha tocado ver personas que van a misa con todo y perro y lo tienen muy acostado y sentado en las bancas!, lo peor es que los sacerdotes se dan cuenta y no dicen nada.
adeste fideles
👍 Gracias por la acotación Padre (PIUS V)
PIUS V
Esto que esta escrito arriba, son enseñanzas catolicas de la Iglesia de siempre.