“Hagáis todo con la oración. La oración es indispensable en todo. Todo se puede otorgar con la oración. La oración es el respiro del alma. Por cuanto es necesaria, otro tanto es eficaz. El tiempo …Más
“Hagáis todo con la oración. La oración es indispensable en todo. Todo se puede otorgar con la oración. La oración es el respiro del alma. Por cuanto es necesaria, otro tanto es eficaz. El tiempo que empleamos en la oración, Dios nos lo devuelve con otras tantas bendiciones en nuestras obras. La oración es necesaria como el respiro es necesario a la vida. El arma con que todo se vence, la llave de oro que abre los tesoros de la divina gracia es la oración. La vida interior, la unión con Dios, el celo, la caridad, ofrecen una grande arma al hombre de Dios. Esta arma es la oración. Quien se debilita en el espíritu de la oración perseverante, se debilita en la perseverancia del bien obrar. Un alma sin oración es una tierra estéril y maldita; un alma amante de la oración es una tierra regada por el rocío de la gracia. Para ponerse con verdadero empeño a buscar la verdad, la luz y la salvación eterna, yo sugiero un medio segurísimo, infalible, dejado a nosotros por el mismo Jesús: la oración. ¡Oración! Aquí está la llave de oro que abre los tesoros de la divina gracia. Dios la ha dada en mano a todo el mundo, la tiene usted también a su disposición. ¿Quién le impide de rezar? Se ruegan tanto a los hombres de este mundo. Se ruega a un personaje influyente para que nos haga una gracia, se ruega a un amigo para que nos arregle un asunto, se ruega a un abogado para que tome en consideración y estudie bien un altercado nuestro que todavía está pendiente, se ruega por escrito, se ruega con palabras escogidas, se ruegan a extraños, se ruega a familiares; ¡se ruega para tener un sitio, un empleo! Un condenado ruega para tener la gracia del condono. ¿Y no se rogará a Dios de que todo depende? ¿A Dios que sólo nos hará felices? ¿No se rogará a Dios por el asunto más importante de cualquier otro, o sea para ponernos en el verdadero camino de la salvación eterna y para que nos asista con su gracia para conseguirla?”. SAN ANÍBAL MARÍA DE FRANCIA