CHISPAS DE LUZ - DÍA 16 DE ENERO. LIBERTAD – DISCIPLINA Muchas personas se plantean: Cómo vivir personalmente, ¿siguiendo las normas que me inculcaron o hacer lo que me parezca? Cómo educar a los …Más
CHISPAS DE LUZ - DÍA 16 DE ENERO.
LIBERTAD – DISCIPLINA
Muchas personas se plantean: Cómo vivir personalmente, ¿siguiendo las normas que me inculcaron o hacer lo que me parezca? Cómo educar a los hijos, ¿con disciplina, cumpliendo unas normas o con libertad? No es fácil la respuesta.
Contaba una persona que, cuando aprendió piano de joven, el profesor los hacía poner las manos equilibradas, paralelas, igualadas, exactas sobre el teclado. Cada dedo tenía su tecla. El desplazamiento debía ser simétrico, sin alterar nunca el equilibrio de la mano. Una regla inflexible era que el dedo pulgar nunca debía ir sobre una tecla negra. Las teclas negras son cortas y si el pulgar se desplaza hasta ellas, se rompe el equilibrio de la mano y la relación de cada dedo con las teclas. Muchas de estas reglas venían, nada menos que de Juan Sebastián Bach y se obedecían a rajatabla.
Esta misma persona, que luego no continúo estudiando piano, contaba la perplejidad que le causó ver, años después, por televisión como Daniel Barenboim tocaba las treinta y dos sonatas de piano de Beethoven sin mantener las sagradas reglas que a todos los pianistas les enseñaban. La televisión enfocaba las manos del pianista bailando locas sobre el teclado. Y como Barenboin ponía el dedo pulgar en las teclas negras.
En una ocasión le preguntaron a Daniel Barenboin, por esta libertad que tenía al tocar, sin someterse a las normas y dijo que había que seguir las reglas para para luego poder tocar sin ellas. Hay que primero entrenarse muy bien, para liberarse después.
En la vida, creo que hay que proceder de la misma manera. Aprender bien las normas y maneras de actuar y realizarlas con escrupulosidad; y sólo, cuando uno las haya asumido personalmente, puede liberarse de ellas después. Aprender bien a tocar el piano… y luego toca como quieras.
LIBERTAD – DISCIPLINA
Muchas personas se plantean: Cómo vivir personalmente, ¿siguiendo las normas que me inculcaron o hacer lo que me parezca? Cómo educar a los hijos, ¿con disciplina, cumpliendo unas normas o con libertad? No es fácil la respuesta.
Contaba una persona que, cuando aprendió piano de joven, el profesor los hacía poner las manos equilibradas, paralelas, igualadas, exactas sobre el teclado. Cada dedo tenía su tecla. El desplazamiento debía ser simétrico, sin alterar nunca el equilibrio de la mano. Una regla inflexible era que el dedo pulgar nunca debía ir sobre una tecla negra. Las teclas negras son cortas y si el pulgar se desplaza hasta ellas, se rompe el equilibrio de la mano y la relación de cada dedo con las teclas. Muchas de estas reglas venían, nada menos que de Juan Sebastián Bach y se obedecían a rajatabla.
Esta misma persona, que luego no continúo estudiando piano, contaba la perplejidad que le causó ver, años después, por televisión como Daniel Barenboim tocaba las treinta y dos sonatas de piano de Beethoven sin mantener las sagradas reglas que a todos los pianistas les enseñaban. La televisión enfocaba las manos del pianista bailando locas sobre el teclado. Y como Barenboin ponía el dedo pulgar en las teclas negras.
En una ocasión le preguntaron a Daniel Barenboin, por esta libertad que tenía al tocar, sin someterse a las normas y dijo que había que seguir las reglas para para luego poder tocar sin ellas. Hay que primero entrenarse muy bien, para liberarse después.
En la vida, creo que hay que proceder de la misma manera. Aprender bien las normas y maneras de actuar y realizarlas con escrupulosidad; y sólo, cuando uno las haya asumido personalmente, puede liberarse de ellas después. Aprender bien a tocar el piano… y luego toca como quieras.