“Dinero vivo”: un bio-chip implantado en el cuerpo con implicancias apocalípticasjunio 29, 2015 - Noticias - 2 commentsPor Marina González
Desde hace unos años ha nacido una nueva forma de establecer relaciones comerciales en el mundo, impulsadas por las grandes corporaciones económicas, incluidas la banca internacional.
Esta nueva práctica, obligada por ley, consiste en la instalación de un microchip en el cuerpo humano que lleva todos los datos del portador, incluida el número de su cuenta bancaria, para suplantar el uso de dinero, entre otras funciones.
Esta modalidad que se está expandiendo rápidamente en el mundo, comenzó en Estados Unidos cuando el presidente Obama aprobó la implantación de un microbio-chip obligatorio, a partir de la reforma sanitaria del 2013, que establece que quien no lo tenga, no podrá tener acceso a los centros de salud.
La colocación del chip se realiza básicamente en los centros de salud, sin hasta ahora ningún cuestionamiento serio. Sin embargo, en los últimos meses está naciendo en el país del norte una fuerte oposición a su instalación, bajo la idea que el bio-chip es un mecanismo perverso para controlar integralmente al ser humano.
Razones no faltan: sin él, en un futuro cercano, no se podrá hacer nada, no solo no habrá acceso a la salud, tampoco se podrá comprar ni vender y hasta reemplazará al documento de identidad. Además, todos los datos personales y movimientos cotidianos de cada persona, quedaran guardados en el sistema.
El bio-chip en cuestión mide 7mm de largo y 0.75mm de ancho, (más o menos el tamaño de un grano de arroz) y contiene un transponer y una batería de Lítio recargable. La batería es recargada por un circuito de termopar que produce una corriente eléctrica con fluctuaciones de la temperatura del cuerpo.
Transponder es un sistema de almacenamiento y lectura de información que está contenido en el microchip, a la que se puede acceder por control remoto o por satélite.
Varias naciones aparte de Estados Unidos ya fueron “privilegiadas” para usar el sistema; entre ellas: Reino Unido, Canadá, E.U.A., Australia, Nueva Zelanda, Israel, Hong Kong, China, Indonesia, Macau, Malasia, Filipinas, Singapur, Tailandia, Índia, Taiwan, Sri Lanka, Costa Rica, Guatemala, Nicaragua, Panamá, Honduras, El Salvador y Brasila.
Las interpretaciones bíblicasMuchos ven con preocupación mística esta nueva forma de control social, preocupación basada en creencias religiosas, ya que el implante del chip se realiza en la mano o en la frente, tal como la Biblia lo profetiza en una parte del texto del Apocalipsis (
Apocalipsis 13:16, la marca de la bestia).Para las corporaciones que impulsan este sistema es el nacimiento de un «nuevo orden mundial» y para los creyentes en la Biblia, es el principio del fin.
Más allá de esta controversia, las inversiones para instalar el sistema fueron muy importantes.
Las corporaciones gastaron más de 1.5 millones de dólares en estudios para saber cuál era el mejor lugar para colocar este biochip en el cuerpo humano y encontraron dos lugares satisfactorios: la cabeza, debajo del cuero cabelludo y la mano derecha.
A partir de la conclusión de estos estudios comenzaron la fabricación en serie de millones de biochips por año que se están implantando obligatoriamente en los seres humanos trasformando el dinero de las cuentas bancarias en “dinero vivo”. Para las corporaciones será más seguro el comercio en general y el implante del biochip se seguirá haciendo en la mano derecha o en la cabeza.
Los críticos de este sistema “del nuevo orden mundial”, son dos grupos bien definidos: los que rechazan el control del ser humano y reivindican las libertades individuales, dicen que mucha gente aplaudirá la llegada de estas tecnologías sin darse cuenta que nos convertirá, finalmente, en auténticos esclavos, pues los bancos y gobiernos podrán bloquear con un simple click el acceso a nuestro dinero electrónico o saber de cada una de nuestras actividades cotidianas al instante, tendrán un control absoluto de nuestras vidas.
El otro grupo de críticos, basados en la lectura de la Biblia, le otorgan a esta iniciativa un carácter más religioso y hablan del cumplimiento de las profecías citando párrafos del Apocalipsis:
“Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha o en la frente”. Apocalipsis 13:16
“Y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca, o el nombre de la bestia, o el número de su nombre”.. Apocalipsis 13:17.Citando estas frases y sus implicancias, los religiosos afirman que es una clara señal del fin de los tiempos, que el apocalipsis ha comenzado y que el bio-chip es la marca del demonio para controlar a la humanidad.
Aunque haya distintos enfoques para oponerse a esta instancia de control social, hay algo que, según los especialistas, sin dudas sucederá: el chip no podrá ser retirado sin riesgos después de realizado el implante.
Si fuese extraído por cirugía, la pequeña cápsula se quebraría y el individuo podría contaminarse con el Lítio contenido en la micro batería, y demás, si lo hiciera sin el consentimiento de las autoridades, podría ser detectado por el Sistema de Posicionamiento Global (por satélite) colocando a la policía en alerta.
El nombre del chip tiene relación con su función central; se llama Mondex que significa “dinero en la mano derecha.” (MON = monetario – DEX = DEXTER – perteneciente o localizado en la mano derecha.
El Chip será obligatorioLa implantación del cuestionado bio-chip avanza rápidamente en el mundo globalizado: los medios italianos señalan que desde mayo del 2014 se implanta en niños nacidos en hospitales públicos de Europa, entre otros argumentos, con la excusa que los microchips son útiles en casos de secuestro o desaparición de niños y se instalan o en el nacimiento de la criatura o en el momento de la vacunación.
El dispositivo contiene los datos de: nombre, tipo de sangre, fecha de nacimiento, etc y tienen un potente detector GPS conectado a un satélite, que funciona con una micro batería con un margen de error de detección de igual o menos de 5 metros.
El país más avanzado en la implementación de este bio-chip es Dinamarca que está cada vez más cerca de convertirse en la primera sociedad sin dinero en efectivo en el mundo, ya que el gobierno propone que los minoristas no estèn obligados a aceptar pagos en efectivo.
Los negocios tales como tiendas de ropa, restaurantes y estaciones de servicio ya no estarán legalmente obligados a aceptar pagos en efectivo.
Los países nórdicos (Dinamarca, Suecia, Noruega, Finlandia e Islandia) son líderes mundiales en los pagos sin efectivo, incluso para los más pequeños objetos, como un paquete de chicles.
La implantación del bio-chip como práctica comercial ya ha llegado a Brasil. ¿Llegará también a la Argentina?
Es muy raro y llamativo, que los grandes medios de prensa y la clase política no hablen de estos cambios sustanciales, que afectará drásticamente la vida cotidiana. Serían sin dudas, debates muy importantes por involucrar la libertad de las personas y para saber las implicancias o consecuencias que las grandes corporaciones provocaran con este “nuevo orden mundial”, un paso dramático que se apoya en la globalización, como si fuera un plan perfectamente diseñado.