El Papa corrige a Sarah, pero dice que el error no lo cometió Sarah
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Cristóbal Orrego
22 octubre, 2017
Otro asunto en el que se plantea si uno debe aceptar literalmente algo falso.
Aquí el Papa corrige claramente al Cardenal Sarah. Es evidente que Sarah se equivocó en su comentario porque no interpretó bien la mente del Papa.
Pero el Papa dice además que se ha atribuido erróneamente ese comentario al Cardenal Sarah, cuando al inicio de su propia carta, suya del Papa mismo, este afirma que el propio Sarah le ha hecho llegar esa nota y comentario, que fueron difundidos por los medios web, y que el Papa corrige.
Dice el Papa Francisco: “He recibido su carta del 30 septiembre en la que quiere, benévolamente, expresarme su gratitud por la publicación del Motu Proprio Magnum Principium y transmitirme una elaborada nota, “comentarios”, sobre los mismo con el objetivo de facilitar una mejor comprensión del texto”.
Y al final: “Por último, señor cardenal, reitero mi fraterno agradecimiento por su compromiso y constatando que el comentario ha sido publicado en algunos sitios web y se le ha atribuido erróneamente a usted, le pido amablemente que brinde esta respuesta a los mismos sitios, así como que lo envíe a todas las Conferencias Episcopales, Miembros y Consultores de este Dicasterio”.
¿Estoy obligado a creer a la vez que el Papa está corrigiendo una nota y comentario, recibidos de Sarah, pero que los medios se los han atribuido erradamente a Sarah, cuando este los hizo públicos por su propia voluntad?
Yo quiero obedecer en todo al Vicario de Cristo, pero no puedo mentir. No puedo dejar de ver la contradicción entre proposiciones claras en la misma carta firmada por el Papa: es mentalmente imposible asentir a las dos cosas.
Otro asunto: en una organización normal, en un gobierno, están contados los días de un ministro que es corregido dos veces ya, en forma pública y clara, por su superior. El Cardenal Sarah ya se ha lanzado dos veces a declarar en contra de la mente del Papa (la anterior fue sobre la celebración “ad orientem”). Más temprano que tarde, lo tendremos con tiempo libre para jugar a los dados con el Cardenal Müller.