La hijita de Asia dice : «Soy testigo de la maledicencia»
Essam recuerda con dolor el día en el que presenció la brutal detención de su madre: "Mi mamá trabajaba en el campo. Salió a beber agua y la tomó de donde bebían los musulmanes; los musulmanes lo vieron ´impuro´ y discutieron cinco días sobre ese tema. Al quinto día, la sacaron de casa, rodeada por todo el pueblo. Nosotros éramos la …Más
La hijita de Asia dice : «Soy testigo de la maledicencia»
Essam recuerda con dolor el día en el que presenció la brutal detención de su madre: "Mi mamá trabajaba en el campo. Salió a beber agua y la tomó de donde bebían los musulmanes; los musulmanes lo vieron ´impuro´ y discutieron cinco días sobre ese tema. Al quinto día, la sacaron de casa, rodeada por todo el pueblo. Nosotros éramos la única familia cristiana de la aldea, junto a la de mi tío".
"Yo tenía 9 años", continuó la muchacha: "Aquel día estaba presente junto a ella y soy testigo de toda la maledicencia con la que obraron los vecinos. La cogieron y la llevaron al centro del pueblo, donde ya había una multitud congregada. Nuestros vecinos y los musulmanes de los pueblos de alrededor la golpearon inhumanamente, la degradaron y la humillaron. Mi madre me pidió que fuera a llamar a mi padre, pero no estaba en casa... Después, la policía arrestó a mi madre y se la llevó a la comisaría. Mientras la golpeaban pidió agua, pero nadie le ofreció un vaso de agua, no le daban tregua. Yo misma necesitaba agua porque me encontraba allí y me arrollaban de mala manera. Alguien me cogió y me empujó contra un muro. Estaban abusando de mi madre, le arrancaron la ropa...".
Al llegar a este punto Essam, rompió a llorar.