Francisco reduce las relaciones con la prensa libre
El objetivo es garantizar "una cierta vigilancia" frente a los comentarios embarazosos de Francisco, a pesar de que los activistas mediáticos de la oligarquía hacen todo lo posible para proteger a Francisco de las críticas.
A partir de ahora, las grabaciones de audio de las audiencias con grupos en el Palacio Apostólico, que antes se retransmitían en directo en la sala de prensa, ya no estarán disponibles. Los discursos preparados tampoco estarán ya disponibles con antelación.
Sólo la aburrida catequesis de las audiencias de los miércoles y la oración del Ángelus seguirán siendo accesibles como hasta ahora.
Ya hay una serie de restricciones que habrían sido impensables bajo Juan Pablo II y Benedicto XVI, como la prohibición de los pools de prensa internacionales durante las visitas de los jefes de Estado.
También existe un férreo control de los periodistas de la corte durante las entrevistas de Francisco en el avión para evitar preguntas reales.
Se mantiene a distancia a los periodistas críticos y sólo se conceden entrevistas a determinados activistas de los medios de comunicación.
La ideología izquierdista siempre ha temido al pensamiento libre y a los medios de comunicación libres.
Traducción IA
