Durante la semana pasada hemos asistido al proceso de lapidación del Papa Benedicto XVI por parte no solamente de los medios de comunicación sino también, y esto es lo más triste, de …
Durante la semana pasada hemos asistido al proceso de lapidación del Papa Benedicto XVI por parte no solamente de los medios de comunicación sino también, y esto es lo más triste, de los obispos alemanes, con la anuencia del Vaticano y el silencio de la enorme mayoría de los obispos del mundo. Nunca le perdonaron que él, el teólogo más brillante que dio Alemania en el siglo XX, haya sido …Más
Durante la semana pasada hemos asistido al proceso de lapidación del Papa Benedicto XVI por parte no solamente de los medios de comunicación sino también, y esto es lo más triste, de los obispos alemanes, con la anuencia del Vaticano y el silencio de la enorme mayoría de los obispos del mundo. Nunca le perdonaron que él, el teólogo más brillante que dio Alemania en el siglo XX, haya sido conservador, haya criticado la reforma litúrgica y haya sido un hombre piadoso y de fe católica. Ellos preferían a Rahner, a Küng o a Lehmann, pero el que brilló fue Ratzinger, y ahora, anciano y enfermo, se lo están haciendo pagar. Un buen resumen de lo ocurrido puede verse en este informe del P. Santiago Martín. Lo que me ha llamado poderosamente la atención es la especial virulencia de la prensa contra el Papa Benedicto, desde Google que ya no lo llama “Papa Emérito” sino “Ex Papa”, hasta las cadenas televisas más pretendidamente serias. Un buen ejemplo puede verse en este breve informe preparado por la Deutsche Welle.