Angelo Lopez
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Ese HOMBRE, Esa MUJER...ERES TÚ

Cada vez que nosotros “juzgamos en nuestro corazón a nuestros hermanos – prosiguió – es peor, cuando hablamos de esto con los otros somos cristianos homicidas” Estas palabras de el Papa Francisco Ma hacen acordar 2 Samuel 12: 1-9.
Cuando Natán se presentó ante el rey David y le contó un caso; había dos hombres, uno era rico y el otro pobre, el rico con muchos rebaños y el pobre sólo tenia una corderilla; cuando el hombre rico recibió visita, en vez de tomar un animal de sus rebaños para convidar con sus huéspedes, tomo la corderilla del pobre.
Ante esta injusticia, David reaccionó con vehemencia y con furia: <<iVive Dios, que el que ha hecho eso es reo de muerte! No quiso respetar lo del otro, pues pagará cuatro veces el valor de la cordera>>.
Jesús nos dice: “¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo?”
Lo que no se esperaba el rey David era la respuesta de Natán: <<iEse hombre ERES tú!>>. Lo que con mucha licidez habia juzgado y condenado en OTRO, no había sabido verlo en sí mismo. Sí, ese hombre era REALMENTE él; para encubrir su adulterio, había hecho matar a Urías, y finalmente se había quedado con la mujer de Urías {2Sam. 12:1-9}. iAquella historía era en realidad su propia historia!!
Por eso cuando leo Las Sagradas Escrituras trato siempre de VER mi propia historia. De ese modo puedo yo aplicar lo que el Señor me quiere decir a mi personalmente, es tener una experiencia un encuentro personal con la Palabra Hecha Hombre, La Palabra Viva que ES Jesús. Porque como digo siempre; La Palabra Hace Lo Que Dice y Dice Lo Que Hace. Lo que dice y hace la Palabra no es una aplicación artificial, es todo lo contrario; "Todas estas cosas sucedieron para nuestra enseñanza" {1Corintios 10: 6}. Yo estoy cada vez más convencido de que esta es la única perspectiva adecuada para entender la Biblia, Las Sagradas Escrituras.
Cada relato bíblico encierra una experiencia de fe que hay que saber descubrir. Cuando me conecto con esa experiencia, la Biblía deja de parecerme un documento del pasado y se convierte en el relato vivo de mi propia historia. Cuando nos hacercamos a diversos personajes bíblicos precisamente desde esta perspectiva: ESE hombre eres Tú, ESA mujer eres Tú. Abraham eres tú, David eres Tú, Saulo de Tarso eres Tú, María Magdalena eres Tú, uno de los personajes de la párabola del Hijo Prodigo eres Tú... Todo depende con que expectativas uno se hacerca al texto sagrado.
Para mi l Espíritu Santo es el mejor pedagogo que todos nosotros juntos. El, que conoce perfectamente el corazón humano {cf. Juan 2: 25}, sabe qué necesitamos y cómo hemos de recibirlo. El sabe que muchos de nosotros los hombres y mujeres no somos filósofos ni teólogos, y en su infinita sabiduría se ha revelado así; en "historias". En su admirable condescendencia {cf. D. V. 13} ha tenido a bien ponerse al nivel de los que somos niños y ha preferido hablarnos en nuestro lenguaje, accesible a todos los humanos. A mi juicio, no hemos tomado aún suficientemente en serio la historia de la salvación como categoría fundamental de la revelación bíblica. No, la Biblia no es un código ético ni un manual de teología. Nos transmite la vida real de un pueblo y la existencia concreta de hombres y mujeres dentro de él, desde la perspectiva de su relación con Dios. Por eso, porque es vida –no «ideas» o «teoría»– está llena de «historias». Dios los bendiga ahora y siempre. Su hermano en Cristo y María, Angel García López.