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Bottega
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Ciociara, Violaciones de guerra. En las afueras de Berlín, en el parque Treptower, hay una estatua de unos 12 metros de alto, con la figura de un soldado soviético con una espada en la mano y una …Más
Ciociara, Violaciones de guerra.

En las afueras de Berlín, en el parque Treptower, hay una estatua de unos 12 metros de alto, con la figura de un soldado soviético con una espada en la mano y una muchacha alemana en la otra, pisando una esvástica rota.

La Segunda Guerra terminó el 15 de agosto de 1945 cuando Japón aceptó la rendición incondicional. Luego de la explosión de una segunda bomba atómica en Nagasaki.
El fin de la segunda guerra mundial, está marcado por uno de los asaltos más brutales contra la cristiandad.

Soldados musulmanes del ejército otomano, asaltan las derrotadas -sin ejército ni policía- Italiana y Alemania, con la venia de los ejércitos Americano y Rojo de Rusia, produciendo la violación en masa más grande que la historia haya registrado.

Posteriormente se dan nuevamente violaciones masivas de mujeres Alemanas , a manos de soldados soviéticos en Alemania.

En lugares como Stuttgart los oficiales franceses animaron a sus tropas coloniales a tomar venganza contra las mujeres alemanas.

En el libro “Taken by Force”, de J. Robert Lilly, se estimó en más de 11.000 el número de violaciones cometidas por soldados de los Estados Unidos durante la ocupación de Alemania.

Todas las mujeres de Patrica, Pofi, Isoletta, Supino, y Morolo han sido violadas, y como no había suficientes para todos han sido violadas también las niñas y ancianas. Los musulmanes normalmente agreden a las mujeres en parejas: mientras uno la viola de manera normal, el otro la sodomiza. Norman Lewis en el libro Napoli

130.000 hombres, en su mayoría marroquíes, argelinos, tunecinos y senegaleses; los goumier, violaron a todas las mujeres que encontraron entre 11 y 86 años y también hombres. Un informe inglés revela que numerosas mujeres y niñas fueron violadas en plena calle, numerosos prisioneros sodomizados y algunos hombres notables de la región, castrados, el párroco de Esperia intentó en vano salvar a tres mujeres de la violencia de los soldados, siendo atacado y sodomizado repetidamente, resultando muerto como consecuencia.

En Italia, en la ciudad de Castro dei Volsci, existe el Monumento a la Madre Ciociara, una escultura dedicada a la memoria de las madres víctimas de la violencia sexual durante la Segunda Guerra Mundial.

Vladimir Gelfand era un joven teniente judío, proveniente de la región central de Ucrania, quien escribió con una franqueza brutal todos los pormenores de las atrocidades de la guerra desde 1941. A pesar de que el ejército había prohibido llevar diarios, por considerarlos un riesgo para la seguridad.

«Las gatas alemanas que capturábamos decían que estaban vengando a sus maridos muertos», escribe el teniente. «Debemos destruirlas sin misericordia. Nuestros soldados sugieren apuñalarlas en sus genitales, pero yo solo las ejecutaría».

El hijo de Gelfand, Vitaly, cuenta que su padre vio cómo los soldados nazis acabaron con pueblos completos, matando incluso a niños pequeños. También vio evidencias de violaciones masivas. Ahí están los reportes de violaciones masivas en Prusia Oriental, y de cómo las alemanas preferían matar a sus hijas y a ellas mismas para evitar ese destino. Solo entre junio de 1945 a 1946 hubo 995 peticiones de abortos en uno de los distritos de Berlín. Los archivos tienen reportes escritos a mano con escritura infantil, denunciando violaciones en la sala de sus casas frente a sus padres
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Ciociara, Violaciones de guerra.
En las afueras de Berlín, en el parque Treptower, hay una estatua de unos 12 metros de alto, con la figura de un soldado soviético con una espada en la mano y una muchacha alemana en la otra, pisando una esvástica rota.
La Segunda Guerra terminó el 15 de agosto de 1945 cuando Japón aceptó la rendición incondicional. Luego de la explosión de una segunda bomba …
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Ciociara, Violaciones de guerra.

En las afueras de Berlín, en el parque Treptower, hay una estatua de unos 12 metros de alto, con la figura de un soldado soviético con una espada en la mano y una muchacha alemana en la otra, pisando una esvástica rota.

La Segunda Guerra terminó el 15 de agosto de 1945 cuando Japón aceptó la rendición incondicional. Luego de la explosión de una segunda bomba atómica en Nagasaki.
El fin de la segunda guerra mundial, está marcado por uno de los asaltos más brutales contra la cristiandad.

Soldados musulmanes del ejército otomano, asaltan las derrotadas -sin ejército ni policía- Italiana y Alemania, con la venia de los ejércitos Americano y Rojo de Rusia, produciendo la violación en masa más grande que la historia haya registrado.

Posteriormente se dan nuevamente violaciones masivas de mujeres Alemanas , a manos de soldados soviéticos en Alemania.

En lugares como Stuttgart los oficiales franceses animaron a sus tropas coloniales a tomar venganza contra las mujeres alemanas.

En el libro “Taken by Force”, de J. Robert Lilly, se estimó en más de 11.000 el número de violaciones cometidas por soldados de los Estados Unidos durante la ocupación de Alemania.

Todas las mujeres de Patrica, Pofi, Isoletta, Supino, y Morolo han sido violadas, y como no había suficientes para todos han sido violadas también las niñas y ancianas. Los musulmanes normalmente agreden a las mujeres en parejas: mientras uno la viola de manera normal, el otro la sodomiza. Norman Lewis en el libro Napoli

130.000 hombres, en su mayoría marroquíes, argelinos, tunecinos y senegaleses; los goumier, violaron a todas las mujeres que encontraron entre 11 y 86 años y también hombres. Un informe inglés revela que numerosas mujeres y niñas fueron violadas en plena calle, numerosos prisioneros sodomizados y algunos hombres notables de la región, castrados, el párroco de Esperia intentó en vano salvar a tres mujeres de la violencia de los soldados, siendo atacado y sodomizado repetidamente, resultando muerto como consecuencia.


En Italia, en la ciudad de Castro dei Volsci, existe el Monumento a la Madre Ciociara, una escultura dedicada a la memoria de las madres víctimas de la violencia sexual durante la Segunda Guerra Mundial.

Vladimir Gelfand era un joven teniente judío, proveniente de la región central de Ucrania, quien escribió con una franqueza brutal todos los pormenores de las atrocidades de la guerra desde 1941. A pesar de que el ejército había prohibido llevar diarios, por considerarlos un riesgo para la seguridad.

«Las gatas alemanas que capturábamos decían que estaban vengando a sus maridos muertos», escribe el teniente. «Debemos destruirlas sin misericordia. Nuestros soldados sugieren apuñalarlas en sus genitales, pero yo solo las ejecutaría».

El hijo de Gelfand, Vitaly, cuenta que su padre vio cómo los soldados nazis acabaron con pueblos completos, matando incluso a niños pequeños. También vio evidencias de violaciones masivas. Ahí están los reportes de violaciones masivas en Prusia Oriental, y de cómo las alemanas preferían matar a sus hijas y a ellas mismas para evitar ese destino. Solo entre junio de 1945 a 1946 hubo 995 peticiones de abortos en uno de los distritos de Berlín. Los archivos tienen reportes escritos a mano con escritura infantil, denunciando violaciones en la sala de sus casas frente a sus padres