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25 junio S. GUILLERMO VERCELLI YossMaria Jun 4, 2010 († 1142) Nació por el año 1085 en Vercelli, como indica su nombre, en el norte de Italia. Pocas cosas sabemos de su nacimiento e infancia, pero sí …Más
25 junio S. GUILLERMO VERCELLI
YossMaria Jun 4, 2010 († 1142)
Nació por el año 1085 en Vercelli, como indica su nombre, en el norte de Italia. Pocas cosas sabemos de su nacimiento e infancia, pero sí de su juventud y mocedad como un prodigio de mortificación y de don de milagros. El solía decir a los monjes que trataban de imitar su vida y pretendían seguirle a todas partes: "Es necesario que mediante el trabajo de nuestras manos nos procuremos el sustento para el cuerpo, el vestido aunque pobre y medios necesarios para poder socorrer a los pobres. Pero ello no debe ocupar todo el día, ya que debemos encontrar tiempo suficiente para dedicarlo al cuidado de la oración con la que granjeamos nuestra salvación y la de nuestros hermanos".
Ahí estaba sintetizada la vida que él llevaba y la que quería que vivieran también cuantos quisieran estar a su lado.
Cuando todavía era un mancebo hizo una perigrinación a Santiago de Compostela que en su tiempo era muy popular y que hacían casi todos los …Más
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25 junio - SAN GUILLERMO VERCELLI
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SANTOS DEL MES DE JUNIO.
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SANTOS DEL MES DE JUNIO.

♥♥♥♥♥♫♫♫♫♫ 🙏
Irapuato
😇 Josefina & MsPandeVida 🤗
El Evangelio de Hoy Sábado 25 de Junio 2011
Lecturas del día:
*El Evangelio de hoy
El Evangelio de hoy
Mateo 8, 5-17
En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún se le acercó un oficial
romano rogándole: «Señor, tengo en mi casa un criado que está en cama
paralítico, y sufre mucho». Él le contestó: «Voy a curarlo». Pero el
oficial le replicó: «Señor, yo no soy …Más
😇 Josefina & MsPandeVida 🤗
El Evangelio de Hoy Sábado 25 de Junio 2011
Lecturas del día:
*El Evangelio de hoy
El Evangelio de hoy
Mateo 8, 5-17
En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún se le acercó un oficial
romano rogándole: «Señor, tengo en mi casa un criado que está en cama
paralítico, y sufre mucho». Él le contestó: «Voy a curarlo». Pero el
oficial le replicó: «Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa,
con que digas una sola palabra mi criado quedará sano. Porque yo
también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes, cuando le
digo a uno: ¡Ve!, él se va; al otro: ¡Ven!, y viene; a mi criado: ¡Haz
esto!, y lo hace». Al oír aquellas palabras, se admiró Jesús y dijo a
los que lo seguían: «Yo les aseguro que en ningún israelita he hallado
una fe tan grande. Les aseguro que muchos vendrán de Oriente y de
Occidente y se sentarán con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los
cielos. En cambio, a los herederos del Reino los echarán fuera, a las
tinieblas. Ahí será el llanto y la desesperación». Jesús le dijo al
oficial romano: «Vuelve a tu casa y que se te cumpla lo que has
creído». Y en aquel momento se curó el criado. Al llegar Jesús a la
casa de Pedro, vio a la suegra de éste en cama con fiebre. Entonces la
tomó de la mano y desapareció la fiebre; ella se levantó y se puso a
servirles. Al atardecer le trajeron muchos endemoniados. Él expulsó a
los demonios con su palabra y curó a todos los enfermos. Así se
cumplió lo dicho por el profeta Isaías: “El hizo suyas nuestras
debilidades y cargó con nuestros dolores”.
+ Reflexión
Un texto muy breve, que la mayoría de las veces nos pasa
desapercibido, es el versículo 15 en el que leemos que la suegra de
Pedro estaba enferma y, una vez curada, “se levantó y se puso a
servirles”. Llama la atención sobre este texto que en la mayoría de
los casos recibimos gracias especiales de Dios, incluso, muchas veces,
hasta grandes milagros y pruebas de amor de nuestro Señor, y una vez
recibidos, los disfrutamos y no hacemos nada más. En este caso la
suegra “se levantó a servirles”. Qué mejor manera de agradecer todas y
tantas gracias que recibimos de Jesús que sirviéndole. Hoy en día
tenemos muchas formas de servirle, especialmente en la Iglesia, sin
que esto reste el que descubramos en nuestros hermanos, sobre todo en
los que viven con nosotros, la persona de Cristo.
Hay tanto que hacer en la Iglesia, en nuestra parroquia, que tus manos
son muy importantes. Jesús decía: “La mies es mucha y los obreros
pocos”. Es posible que digas: Pero yo no sé predicar, no conozco bien
la Biblia, ¿qué puedo hacer?”. Pues en una parroquia no sólo se
necesitan evangelizadores, también urgen, catequistas, auxiliares de
la pastoral social, de la pastoral de enfermos, del cuidado de los
niños, de la Sacristía, etc. Siempre podremos encontrar en qué “darle
una mano” al Señor. Si has recibido alguna gracia especial de Jesús,
no sólo te contentes en decirle “gracias”. Busca una manera concreta
de servirlo y mostrarle así tu agradecimiento y tu amor.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
MsPandevida
GRACIAS Irapuato !!
*********BRAVO !!
👏Más
GRACIAS Irapuato !!

*********BRAVO !!
👏
48josefina
Muy bonito el nombre de Guillermo y hermosa su vida de humildad.
🙏
Irapuato
S. GUILLERMO VERCERELLI († 1142)
Nació por el año 1085 en Vercelli, como indica su nombre, en el norte de Italia. Pocas cosas sabemos de su nacimiento e infancia, pero sí de su juventud y mocedad como un prodigio de mortificación y de don de milagros.
El solía decir a los monjes que trataban de imitar su vida y pretendían seguirle a todas partes: "Es necesario que mediante el trabajo de nuestras …Más
S. GUILLERMO VERCERELLI († 1142)
Nació por el año 1085 en Vercelli, como indica su nombre, en el norte de Italia. Pocas cosas sabemos de su nacimiento e infancia, pero sí de su juventud y mocedad como un prodigio de mortificación y de don de milagros.
El solía decir a los monjes que trataban de imitar su vida y pretendían seguirle a todas partes: "Es necesario que mediante el trabajo de nuestras manos nos procuremos el sustento para el cuerpo, el vestido aunque pobre y medios necesarios para poder socorrer a los pobres. Pero ello no debe ocupar todo el día, ya que debemos encontrar tiempo suficiente para dedicarlo al cuidado de la oración con la que granjeamos nuestra salvación y la de nuestros hermanos".
Ahí estaba sintetizada la vida que él llevaba y la que quería que vivieran también cuantos quisieran estar a su lado.
Cuando todavía era un mancebo hizo una perigrinación a Santiago de Compostela que en su tiempo era muy popular y que hacían casi todos los cristianos que podían. Pero él lo hizo de modo extraordinario: Se cargó de cadenas, que casi no podía arrastrar por su gran peso, y apenas tomaba bocado. Un día llegó a las puertas de una casa de campo y parecía desfallecer. A pesar de ello habló así al dueño de la misma que parecía ser un valiente caballero: "Señor, estas cadenas se me rompen continuamente y me hacen muchos honores porque son vistas por todos. ¿No serías tan bueno que me dieras una coraza para llevarla escondida junto a mis carnes y un casquete para mi cabeza? Dicho y hecho. Guillermo salió de la presencia de aquel caballero con gran esfuerzo, ya que apenas podía moverse con tanto hierro y con los dolores enormes que le proporcionaban. Vuelto a Palermo, el rey Rogerio que había oído ya hablar muchas maravillas de aquel raro peregrino, sintió grandes deseos de verlo.
En la corte se contaban chascarrillos a su costa y cada uno lo tomaba a chacota y decía de él las cosas más raras e inverosímiles. En aquella corte había una mujer que llamaba la atención por su vida deshonesta y ella al oír hablar de la santidad del peregrino dijo a todos los cortesanos: "Yo os prometo que le haré caer a ese pobre hombre en mis redes de lascivia". Se arregló lo mejor que pudo y se dirigió a visitarle. El santo hombre la recibió con grandes muestras de simpatía y tuvo con ella una larga conversación creyendo la dama que ya lo había conquistado para el pecado. Así volvió contenta a la corte y contó sus victorias. Pero habían quedado que volvería aquella noche para pasarla con él. El santo peregrino la invitó, la tomó el brazo y le dijo: "Ven y acuéstate conmigo en este lecho nupcial". El extendió las brasas y llamaradas de una gran hoguera que había hecho preparar y se arrojó en ellas. La pobrecilla mujer, que se llamaba Inés, cayó avergonzada y prorrumpió a llorar al ver que no le tocaba el fuego al siervo de Dios. Hizo penitencia, abrazó la vida religiosa y murió santamente.
En Monte Vergine fundó un célebre monasterio y purificó la corte y los palacios de tanto pecado como se cometía. Príncipes y labriegos, hombre y mujeres abandonaban su mala vida y seguían su ejemplo dejándolo todo por seguir a Jesucristo.
Desde este Monte Sacro, que ahora se llama como en tiempos de San Guillermo, Monte de la Virgen, nuestro Santo continuaba ejerciendo un gran influjo por medio de su oración y vida de sacrificio. Lleno de méritos, murió el 25 de junio de 1142.
www.magnificat.ca/cal/esp/06-25.htm