“DER SPIEGEL” Y LAS COBERTURAS DE LOS ABUSOS EN ARGENTINA EN TIEMPOS DE BERGOGLIO. UNA INVESTIGACIÓN DE 19 PÁGINAS.
“Der Spiegel” publica hoy diecinueve páginas de una investigación dedicada al pontífice reinante, titulada “Du sollst nicht lügen. Der Papst und die kirchliche Kirche in ihrer grossten Krise“ [No debes mentir. El Papa y la Iglesia en su crisis más grande]”. En el artículo, del que traducimos algunos párrafos de la versión inglesa publicada por Maike Hickson en LifeSite News se centra la atención sobre las faltas del papa Bergoglio, sobre todo en el tema de los abusos sexuales.
Una gran parte del artículo se centra en entrevistas a víctimas de abusos clericales en Buenos Aires, la diócesis de la cual Bergoglio fue arzobispo hasta la elección en marzo de 2013. Escribe Maike Hickson que “Der Spiegel es sorprendentemente crítico del papa Francisco con respecto a su gobierno en general, incluyendo su actitud ambigua en muchos campos – entre ellos la comunión a los protestantes y la comunión para los divorciados y vueltos a casar -, y recuerda las palabras atribuidas al pontífice sobre su temor de “pasar a la historia como alguien que ha dividido a la Iglesia”. Der Spiegel recuerda además el caso del padre Inzoli, el sacerdote abusador condenado por la justicia italiana, y "agraciado" por un cierto período por el Papa contra la opinión del cardenal Müller, la fiesta homosexual con droga del secretario del fiel Coccopalmerio, el escándalo del encubrimiento de McCarrick y la posición anómala de hombres de confianza del pontífice, como los cardenales Maradiaga y Errazuriz. Este examen escrupuloso tan impiadoso y factual del diario alemán es interesante, porque representa una grieta en el silencio periodístico que los principales medios de comunicación han derramado sobre el pontífice hasta el día de hoy.
Los periodistas de Der Spiegel viajaron a Argentina, a Múnich y a otros lugares para recoger noticias. Hablaron con una mujer de La Plata, llamada Julieta Anazco, víctima de abusos por parte de un sacerdote, que como descubrió posteriormente, había sido transferido por las acusaciones de abusos contra menores. Julieta sufrió mucho por este episodio, tuvo que ir a terapia y ahora es miembro de la “Red de sobrevivientes de abusos eclesiásticos”.
Escribe el diario: “En el 2013, poco después que Bergoglio fuera elegido Papa, Julieta Anazco y otras trece víctimas del padre Giménez escribieron una carta en la que describieron qué les había sucedido, y por qué todavía vivían bajo depresión; que habían sufrido intentos de suicidio; o por qué algunos de ellos se entregaron al consumo de drogas, mientras que el sacerdote acusado seguía celebrando Misa y estaba en contacto con niños”.
La carta fue enviada como certificada con aviso de retorno, el cual fue confirmado en diciembre del 2013, y tres semanas después llegó la confirmación de la recepción. Luego no sucedió más nada. Ni una palabra. Pero el sacerdote acusado fue trasladado a una casa de descanso para personas ancianas, donde “todavía se muestra a los periodistas vestido con hábito talar. Sigue celebrando Misa y es respetado”, escribe el diario.
“Der Spiegel” explica que “durante el período en el que Bergoglio fue cardenal, muchas víctimas de abusos en Buenos Aires se dirigieron a ellas para ayudarles; no les permitieron que vieran a nadie”. Actualmente están en curso sesenta y dos procesos contra sacerdotes argentinos por abusos. “El número de sus víctimas llegarían a mil”. Explica Julieta: “Para nosotros es difícil, porque nadie nos cree. Queremos llegar al Papa, pero él no está interesado en nosotros”.
Es interesante una reflexión, contenida en el artículo, de Juan Pablo Gallego, un eminente abogado defensor de las víctimas, según el cual “Francisco está ahora exiliado en Roma, habiendo encontrado refugio (con inmunidad), para así hablar desde allí. En Argentina debería enfrentar la sospecha de haber protegido durante años a violadores y abusadores de menores”.
Gallego habló del caso del padre Grassi con Der Spiegel, para lo cual remitimos a este link . Según Gallego, Jorge Mario Bergoglio fue durante años confesor del padre Grassi, y ordenó una contra investigación para defender al sacerdote que está cumpliendo quince años de cárcel por abusos, y “para criminalizar a las víctimas”. Que es lo que hizo el pontífice en el caso de Chile, definiendo como “calumniadores” a los que pedían justicia por los abusos del obispo Barros. De paso: esta frase del abogado puede contribuir a explicar el misterio de un pontífice que después de cinco años de la elección no parece tener ninguna intención de irse a casa…
De la página web Rosso Porpora, del colega Giuseppe Rusconi, tenemos una noticia interesante:
"De Accattoli ha llegado una indiscreción de considerable importancia: según su información, la propuesta de 'respuesta' de la Santa Sede al Testimonio de Carlo Maria Viganò fue presentada al Papa el lunes 17 de septiembre por el cardenal Parolin y aprobada el día siguiente . Por lo tanto, su publicación debería ser cuestión de horas o de unos pocos días”.
Luigi Accattoli, ex vaticanista del Corriere della Sera, es uno de los colegas más entusiastamente filo-bergogliano en una platea en la que este tipo de personas no desertan. Históricamente muy vinculado a la Secretaría de Estado y al ala más progresista e izquierdista de la Iglesia (su gran amigo y colega, el difunto Giancarlo Zizola, atribuyó su ingreso Corriere al cardenal Achille Silvestrini, en ese entonces Ministro de Asuntos Exteriores y más adelante hacedor de reyes para Bergoglio) una indiscreción de esta clase tiene indudablemente valor. Será curioso ver si es así y cómo se corregirá o desmentirá, o se explicará, el relato de la conversación entre Viganò y el Papa el 23 de junio de 2013, cuando Viganò explicó claramente qué tipo de criminal era McCarrick, y cómo lo había sancionado Benedicto XVI.
Publicado originalmente en italiano el 22 de setiembre de 2018, en www.marcotosatti.com/…/der-spiegel-e-l…
Traducción al español por: José Arturo Quarracino
