LA GRAVE ACUSACION DE BENEDICTO XVI y la furia de Bergoglio

Las 18 páginas escritas por Benedicto XVI, el texto sobre la pedofilia en la Iglesia, 40 mil palabras, un borrador encíclico, produjeron un terremoto en el Vaticano. Las quejas sobre el abuso son impresionantes, al igual que los ataques al 68. El papa emérito pone nombres y apellidos de los "malos maestros". Sin embargo, el documento también apunta con el dedo a la Europa que ha perdido sus raíces cristianas. En resumen, aquello del "abuelo sabio", como lo llama el Papa Francisco, es una dura acusación contra la Iglesia hoy. Un ataque que al Papa no le habría gustado mucho.
Ratzinger, en su texto, señala con el dedo su insatisfacción a la misa, el abandono de los sacramentos, la pérdida de la fe. Benedicto XVI dijo que había escrito sus notas antes de la reunión de obispos que tuvo lugar del 21 al 24 de febrero, que quería "proporcionar alguna indicación que pudiera ayudar en este difícil momento". Y, sin embargo, como señala Il Giornale, no hay rastro de su estudio en el trabajo de esos tres días. Precisamente por esta razón, Ratzinger consideró apropiado publicar su texto "después de los contactos con el Subsecretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, y con el Santo Padre mismo". Y además de este pasaje, Benedicto XIV cita a Francisco solo una vez más, en la última línea, para agradecerle.

Siempre Il Giornale revela cómo la difusión del texto habría creado bastantes molestias en Santa Marta, donde se percibió como una crítica no solicitada. La hipótesis de un juego paralelo también se niega, ya que Ratzinger dice lo que el Papa no quiere o no puede decir: esto se confirma por la reacción de los medios eclesiásticos al texto de Ratzinger, tibio, por decir lo menos. Vatican News solo propuso un breve resumen, el sitio de Avvenire no lo mencionó, y finalmente el caso de Stefania Falasca, experta del Vaticano en el periódico de los Obispos, que pasó dos tweets inequívocos contra Ratzinger. El primero dijo: "El obispo emérito tendrá cuidado de no interferir en nada en la guía de la diócesis y evitará cualquier actitud y relación que incluso pueda dar la impresión de ser casi una autoridad paralela a la del obispo regente". Cualquier referencia a Ratzinger, obispo emérito de Roma, no es de ninguna manera accidental. Grandes pistas de lo que al Papa Francisco no le gustó, en absoluto, el duro texto escrito por Benedicto XIV.

12 de abril de 2019
liberoquotidiano.it