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La Jerusalén del Cielo - E.S. Marino Restrepo. 12 Al vencedor le haré columna del templo de mi Dios, y no saldrá más; escribiré sobre él el nombre de mi Dios, el nombre de la ciudad de mi Dios -la …Más
La Jerusalén del Cielo - E.S. Marino Restrepo.

12 Al vencedor le haré columna del templo de mi Dios, y no saldrá más; escribiré sobre él el nombre de mi Dios, el nombre de la ciudad de mi Dios -la nueva Jerusalén, que baja del cielo de junto a mi Dios- y mi nombre nuevo. 13 El que tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. Apocalipsis 3, 12-13

1 Vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían desaparecido; y el mar ya no existía. 2 Y vi a la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo del lado de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su esposo. 3 Y oí venir del trono una voz potente que decía: "Ésta es la morada de Dios con los hombres; él habitará con ellos, ellos serán su pueblo 4 Enjugará las lágrimas de sus ojos
5 Y el que estaba sentado en el trono dijo: "Ahora hago nuevas todas las cosas". Luego me dijo: "Escribe que estas palabras son fieles y veraces". 6 Y añadió: "Está hecho. Yo soy el alfa y la omega, el principio y el fin. Al que tenga sed yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. 7 El vencedor heredará estas cosas; yo seré su Dios, y él será mi hijo. 8 Pero los cobardes, los incrédulos, los depravados, los homicidas, los lujuriosos, los hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su herencia en el estanque ardiente de fuego y de azufre: ésta es la segunda muerte".

9 Uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las últimas plagas se acercó a mí y me dijo: "Ven, que te voy a mostrar la esposa del cordero".
10 Y me llevó en espíritu sobre un monte grande y alto, y me mostró la ciudad santa, Jerusalén, que bajaba del cielo de junto a Dios 11 con la gloria misma de Dios: su esplendor era como el de una piedra preciosísima, como el jaspe cristalino. 12 Tenía un muro grande y alto con doce puertas; sobre las puertas, doce ángeles y nombres escritos, los de las doce tribus de Israel. 13 Al oriente, tres puertas; al norte, tres puertas; al mediodía, tres puertas; al occidente, tres puertas. 14 El muro de la ciudad tenía doce fundamentos, y sobre ellos doce nombres, los de los doce apóstoles del cordero.
Apocalipsis 21, 1-14
maryp
Muerte a nosotros mismos, hasta que algún día podamos decir como san Pablo, _Ya no soy yo quien vive sino Cristo quien vive en mi_. No es imposible con nuestro padre, con Jesucristo; vencedor sobre la muerte, sobre el pecado, que es la verdadera muerte. Para vivir en gracia y como ciudadanos del cielo, esos ciudadanos que multiplican sus tesoros en el cielo, al gastar en la tierra todos sus dones …Más
Muerte a nosotros mismos, hasta que algún día podamos decir como san Pablo, _Ya no soy yo quien vive sino Cristo quien vive en mi_. No es imposible con nuestro padre, con Jesucristo; vencedor sobre la muerte, sobre el pecado, que es la verdadera muerte. Para vivir en gracia y como ciudadanos del cielo, esos ciudadanos que multiplican sus tesoros en el cielo, al gastar en la tierra todos sus dones. Que dicha sería, ayúdanos padre.
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