El equipo editorial quiso cancelar al cardenal Sarah
Como consecuencia de ello, la editorial - la “Sociedad de Periodistas de Paris Match” - culpó al propietario de la revista por “injerencia”. Si Sarah fuera judío en lugar de ser solo un hombre negro, el comportamiento del personal sería calificado de “antisemitismo”.
Sarah fue entrevistada por Philippe Labro, quien es cercano al oligarca Vincent Bolloré, propietario de Vivendi, el mayor accionista del grupo Lagardère al que pertenece Paris Match.
El equipo editorial admitió en Twitter.com que su editor en jefe intentó incluso el día de la fecha límite para la edición convencer a Lagardère de que reconsiderara la decisión.
“Tememos que esta cobertura perjudique la imagen [anticatólica] de Paris Match”, escribió el equipo, menospreciando al mundialmente conocido cardenal Sarah como “poco conocida” para el “público en general” [= periodistas anti-Iglesia] y afirmando que su “ideología más controvertida [= opuesta a los activistas de Paris Match] “se ha pasado por alto en silencio”.
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